Después de esa pequeña pelea… Bueno seamos honestos el cisne sí que doy una excelente pelea, y conecto algunos golpes al rostro del Fénix, pero este no se quedó sin regresárselos.
Tuvieron que intervenir desde luego Shiryu y Seiya, recibiendo algunos golpes perdidos por parte de ambos involucrados.
Al final siendo reprendidos por el peliverde, que tuvo que alzar su voz y mostró su verdadera molestia por que dos personas muy importantes para él, estén discutiendo hasta los golpes.
Así que la hermosa cita, y plan A, B y C… Quedo algo arruinado por un pequeño conflicto entre estos dos.
Andrómeda se molestó mucho, llevándose a su hermano y novio a un lugar algo apartado para hablar seriamente con ellos, y que entiendan de una buena vez que…
Uno, está en una relación con Hyoga, no es un niño y debe confiar en él
Y Dos, que cierto rubio debe calmar sus reacciones explosivas contra el hermano mayor de su pareja y comprenda su sentir por proteger al menor.
Mientras esto ocurre… Dan por terminado el almuerzo, y deciden ayudar a recoger o más bien la joven lo hace, pues los otros dos están empapados, y mojar todo no es una opción.
Debían ir a cambiarse de inmediato, así que Seiya, Shiryu y Shunrei subieron los templos para llegar a donde les corresponde.
-A pesar de todo… Creo que fue una buen almuerzo- El Pegaso sonriente, aunque está dejando su rastro húmedo, pero es agradable llegar a Leo para cambiarse, después de todo, su vida va del quinto templo al noveno, no olvida que le agrada mucho estar con su maestra, y si bien Aioros es ahora su mentor, a veces disfrutar estar en Leo haciendo de mal tercio.
-Si… Fue bastante lindo, aunque…- La joven hablo algo apenada por lo ocurrido –Creo que Ikki es un poco impaciente-
-No es malo, solo que tiende a ser bastante impulsivo y explosivo- Resalto el dragón, sosteniendo la cesta, suspirando pues se siente bastante decepcionado de que este día tan hermoso, termino algo mal.
-Bueno… Eso dilo por ti…- El castaño hablo bastante desganado –Ahora que volvió, estará viviendo en Leo, así que me va a correr del templo… Y no es justo… Yo llegué aquí primero- Hizo un ligero puchero, antes de estornudar.
-Oh… Salud Seiya- La pelinegra se sorprendió algo, pues esto tiene un significado.
-Creo que te has resfriado- El pelinegro contesto, suspirando y pensando que va por el mismo camino.
-Si… Ahora esto estará mejor…- Fue algo sarcástico, limpiándose con el dorso de su mano, bebo ir a secarme, nos vemos después Shunrei y Shiryu- Y un segundo estornudo lo acompaño, luego un tercero.
-Descansa, y come algo caliente, eso ayudará a que te sientas mejor- La joven sonrió, y con un gesto se despidió, para seguir junto a Shiryu el camino.
Antes de que se fuera el dragón, rápidamente el castaño lo detuvo.
-Oye, de verdad te quiere- Le susurro.
-¿Qué?- Este solo respondió, asombrado por la declaración.
-Se preocupa por ti, te aguanto tu torpeza de derramar jugo sobre la comida, además cuida de tus amigos, es muy buena- Le palmeo la espalda, para darle ánimos –Te quiere Shiryu, no seas tan tímido y dile lo que sientes-
El pelinegro lo miro detenidamente, algo sorprendido, pero de repente le sonrió, asintiendo, pues compendio a lo que se refiere.
-Gracias Seiya- Con esta pequeña confianza, proporcionada por su mejor amigo, le hace perder más sus miedos, él mismo se dio cuenta, ella se rio de sus ocurrencias, le sonríe en todo momento y también noto el cambio de peinado que se hizo.
Eso de seguro le da alguna pista, pero aún cree que es demasiado pronto.
Valla caballero de bronce… Tiene las pistas más evidentes y aun quiere esperar… Pero bueno cada quien lleva su romance a su tiempo.
El camino de regreso, ambos tranquilos, aunque la joven se apresura bastante preocupada, pues no quiere que Shiryu corra con la misma suerte que Pegaso y se enferme.
Aunque el pelinegro aguantaría lo que fuera, por pasar más tiempo con ella, sus nervios parece un poco controlados en esta ocasión.
Platicándole que ahora estas discusiones entre el cisne y el fénix se harán más cotidianas, por el amor fraternal tan grande que Ikki le tiene al pequeño Shun.
-Creó que en cierta forma, es algo lindo que se preocupé así por su hermanito- La joven rio, sonrojándose por la cercanía con el otro.
-Sé que es bueno, pero Ikki puede exagerar- Rio, mirándola con detalle.
-Nunca lo había conocido antes, pero sin duda… Es un caballero bastante fuerte, pobre de Hyoga- Shunrei, negó con la cabeza.
-Está acostumbrado- Levanto el dedo índice –Cuando se enteró que se formaron como pareja, hizo un pequeño escándalo y digamos que fue similar a como cayeron al agua, pero en vez de eso… El coliseo fue el escenario, terminaron llenos de tierra, Aioria y Camus tuvieron que intervenir-
-Vaya… Sí que… Debió ser algo interesante de ver- Rio nerviosa.
-Si lo fue… Y el castigo- Suspiro, acercándose más a la joven, que ni siquiera se dio cuenta cuando su mano rozo con la de ella.
Por ese tacto enmudeció un poco, denotando su sonrojo.
Ella sintió ese roce, y lejos de molestarla, solo sonrió y levanto su vista para encontrarse con los hermosos ojos del dragón.
-¿Cuál fue el castigo?- Intentando seguir la conversación, para no apartarse del roce de las gentiles manos del pelinegro.
-El… Castigo fue… Que… Limpiaran… Los doce templos… Y…- Ver ese hermoso rostro, teñido ligeramente por el rojo, la hace lucir tan hermosa, frágil, adorable.
Ambos conectaron por los ojos, sus sonrosas se pueden demostrar, y su cercanía se va acortando sin darse cuenta.
A ella no le interesa que este algo mojado, se acerca igual, para estar más a su lado.
-Shunrei…- Susurró el nombre de la joven, a escasos centímetros de su dulce rostro.
-¿Si? Shiryu- Ella pregunto, sonriendo, con las mejillas sonrojadas.
Él no contestó, tomo las manos de la joven con delicadeza, dejando caer la canasta, acercándose a ella, decidido por fin a dar un paso, pero por la atmosfera se puede dar a otro gesto, un poco más significativo.