-Muy fácil- Sonrió animado –A Anshin y a mí se nos ocurrió, porque pronto será el cumpleaños de la señorita bonita… Tío Shiryu debe prepararle un pastel muy rico- Alzo sus brazos para enfatizar ese hecho.
-¿Un… Pastel?- El rubio pregunto, bastante preocupado.
Ya que se sabe de antemano que el pelinegro no es precisamente un as para la cocina, pero puede que ese hecho cambie por la joven Shunrei.
Y con esta nueva idea, pasemos al día siguiente, donde bueno… Veremos si se logra.
---Templo de Tauro---
-Buenos días, Aldebarán, Adonia- Dragón saludo de la forma más respetuosa posible a ambos.
-Buenos días- Y como fue idea de su hermanito, el Ruso está dando apoyo moral.
Aparte que su novio por el momento está mostrándole los alrededores a Ikki de nueva cuenta pues algunas cosas cambiaron y las reglas de ciertos también.
El segundo guardián de inmediato saludo a ambos jóvenes, que los recibe bastante feliz –Hola muchachos, ¿Están listos para cocinar?- Sonrió de manera forzada, pues… Ya se ha intentado ayudar antes al próximo Libra pero… No ha tenido buenos resultados que digamos.
-Hola- La joven mujer también saluda con ciertos nervios, la última vez Tauro quedo incendiado, pero nunca se le niega la oportunidad de nuevo para aprender.
-Gracias por ayudarme- Sin duda recuerda perfectamente lo que ha hecho –Prometo que esta vez no quemare nada- Suspiró resignado.
-Está bien Shiryu- Palmeó con algo de fuerza sin pensarlo el Toro dorado -A veces se falla, no te apures-
-Además, vamos a practicar hacer un pastel… No tan casero, pues intentaremos hacerlo de manera más fácil- Mostró una caja para hacer el pan instantáneo, que solo se debe mezclar, batir y hornear.
-Entiendo- Bajo su mirada, sonrojado, no es un maestro culinario para nada, pero intentará esta vez hacerlo bien.
-Solo piensa que lo harás por Shunrei- Hyoga le animo más –Y puede que salga perfecto a la primera, así ya podrás hacerlo un día antes de la fiesta-
-Gracias amigo- El pelinegro asintió más confiado por esas palabras.
-Es muy lindo de tu parte que quieras aprender por la chica que te gusta- La joven mujer hablo, pareciéndole bastante adorable las acciones del bronce.
Pero en vez de darle ánimos, lo hizo ponerse rojo de la vergüenza, ya que… Ahora parece que todo el santuario lo sabe, menos Shunrei.
Entonces después de este breve saludo, los dos jóvenes bronces, entraron a Tauro para comenzar la preparación del pastel.
Obviamente es solo una práctica, para el día importante hacerlo con mayor confianza, esto será ensayo y error.
Esperemos que sea más ensayo que error.
-Bien Shiryu- Adonia con un lindo mandil color crema, sencillo, pero que le queda bastante bonito –Primero ya que tenemos todos los utensilios, leeremos las instrucciones, necesitando dos tazas de leche- Sonrió para que el joven comience a mezclar los ingredientes, obviamente con las manos previamente lavadas.
El dragón que también porta un delantal blanco, listo para comenzar y seguir las instrucciones que la joven pelicastaña le va dando.
-Si- Y así comienza a usar una taza graduada para vaciar la leche en esta.
Con las dos tazas, vaciadas al volt.
-Muy bien, lo que sigue…- Lee las instrucciones –Vaciaremos todo el contenido de la harina-
Dicho esto el dragón prosiguió a hacerlo, pero se notó lo descuidado que es, pues un poco voló por el aire, haciendo que el joven tosiera.
-Disculpen- Tose, tratando de disipar el polvo que se intensificó.
-Está bien, no pasa nada a cualquiera le pasa- Sonrió la joven, agradeciendo estar a unos metros lejos del joven.
Ya que no es la primera vez que lo ayuda, ocasionando un incendio en Tauro.
-Creo que esta vez le ira muy bien- Aldebarán sin duda le tiene mucha confianza a los jóvenes de bronce, aunque a veces duda.
-Eso espero- Se cruza de brazos bastante deprimido.
-¿Qué ocurre Hyoga?- El buen toro siempre dispuestos a ayudar a los demás.
Resopló, bastante pensativo, apoyando su mentón en su brazo que es sostenido por su pierna –Creo que metí en problemas a Milo, y por seguir sus concejos yo ocasione que Shun este molesto conmigo- Le tiene un grado de confianza al gran toro, después de todo, fuera de su familia, Alde funge como el tío buena onda y en el que pueden confiar todos.
Sonrió, rascando su cabeza, sin duda la situación le pareció algo familiar.
-Hyoga, tu sabes que la relación de tu maestro y Milo es algo conflictiva a veces, pero eso no significa que no se amen- Señalo aquello con bastante interés –Desde que eran niños, Milo siempre es el problemático y Camus es el que lo reprime por las cosas que hace- Sonrió de seguro algo le vino a su mente.
Aquello le dio algo de gracia porque de hecho es cierto, el mismo ha sido testigo de esto, por lo de esta mañana, le tiene preocupado.
-Además… Sabemos que Ikki regreso al santuario y no se llevan muy bien que digamos- Le revolvió los cabellos al Ruso, para animarlo.
Esto provocó que saliera de sus pensamientos, algo desconcertado pues sin duda recordó que en la mañana, encontró al octavo guardián durmiendo en el sofá de Acuario y Camus lo estaba castigando con el látigo de su desprecio.
Solo por apoyarlo en que no debe dejarse del Fénix.
Pero sin duda Escorpio esta vez no se dejaría, ya que estaban hablando de uno de sus hijos y aunque Hyoga fuera primero el aprendiz e hijo por adopción de Acuario, eso no impide que quiera al patito como lo que es ahora.
Como todo buen padre debe darle concejos, y si bien es importante guardar siempre el orden y la templanza, a veces es necesario mostrar de lo que es capaz para proteger y defender a los que aman.
-Cierto, pero creo que llegamos a un acuerdo por fin- Revelo, haciéndose para delante, pues por fin está más tranquilo con esa situación en particular, ahora solo debe esperar a que a Andrómeda le dé permiso de acercarse nuevamente, pero sabe que no puede esperar mucho tiempo sin abrazar o besar a su novio.