Dos Corazones Infantiles

Capitulo 11 (Feliz Cumpleaños Parte 1)

---Veinte de abril (Cumpleaños de Shunrei)---

Es la costumbre de la joven, levantarse muy temprano por la mañana, le agrada tanto sentir la suave brisa del amanecer y los primeros rayos del sol en su rostro.

Pero en esta ocasión, parece que se tienen otros planes.

Dormida sobre la suave cama, que es para ella cuando está en Libra, comienza a sentir que unas pequeñas manos tocan las suyas y su rostro con suavidad.

Se le hace curioso, entre dormida esta sensación, aun así sonríe, pues parece que esos pequeños toques coinciden con otros que está teniendo en su sueño.

Como si en su mundo ideal, estuviera cuidando a alguien así, de las mismas características, un ser que es de ella y de su amado dragón.

Deseando no despertar aun.

-Tía Shunrei…- Una delicada voz infantil, la está llamando con cuidado, así como se lo indicaron.

-¿Mmh?- Pregunta con cuidado, sin abrir sus propios ojos.

-Tía Shunrei, ¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!- La pequeña Lemuriana, alza un poco la voz, aunque se le había indicado no hacerlo si está dormida la joven, pero se siente emocionada.

-¿He?- Confundida por esas palabras y reconociendo quien la llama, abre sus ojos con cierta pesadez, encontrándose con el rostro sonriente de la pequeña -¿Anshin?- Aun creyendo que está dormida o necesita comprobar que es la realidad.

-Felicidades- Le sonrió, para después darle un pequeño abrazo, mientras sigue dedicándole cumplidos por ser su aniversario de vida.

-Muchas gracias- Obviamente sentir ese tibio tacto, la invade de emoción, siempre siendo muy cariñosa con los pequeños, además que es demasiado hermoso que tantos recuerden su cumpleaños, cuando siempre estuvo acostumbrada a solo dos que la felicitarán.

-Tía Shunrei, tiene que ir rápido a la sala- La pequeña la mira atenta, mostrando un semblante algo serio para ser tomada enserio.

-¿He?- Ladeando su cabeza, bostezando delicadamente, cubriendo su boca con la mano -¿Sucede algo?- De inmediato se preocupa, creyendo que algo malo ha ocurrido.

Alzando su dedo índice delante de sus delgados labios y cerrando un ojo –Es un secreto- Una pequeña risita cómplice la niña le dedica –Solo tiene que ir rápido, yo la espero- La menor sentándose en la orilla de la cama, cerrando sus ojos, para según ella darle algo de privacidad a la pelinegra.

Dándole mucha gracia el comportamiento de la niña, ya estaba sospechando de qué se podía tratar, no haría esperar a nadie.

Se daba cuenta que apenas está saliendo el sol, eso quiere decir que durmió un poco de más.

¿Cómo no hacerlo?

Si en sus sueños estaba viviendo una hermosa fantasía que anhela con todo su ser, pero cada vez ya siente que está lejos.

Aun así, pensando mientras se cambia y arregla como cotidianamente lo hace, sus ropas de color fiusha, la blusa de un corte largo y el pantalón hasta poco más arriba de los tobillos, arreglando su cabello en esa larga y hermosa trenza que solo ella sabe cómo darle la forma deseada.

Pensó por unos segundos si sería adecuado portar esa bella flor que Shiryu le dio alguna vez, un lindo toque a su parecer.

Al final lo hizo, sonriendo, solo pensando que Shiryu estuviera con los demás esperándola, para dedicarle un feliz cumpleaños y comer algo delicioso, todo en compañía de la familia tan peculiar que ahora tiene.

Al sentirse satisfecha con el resultado, le indico a la niña que podía descubrirse los ojos.

-¿Cómo me veo?- No cambio mucho, pero su sonrisa es lo que da el mejor toque a todo.

-¡¡¡MUY LINDA!!!- Alzando sus bracitos, emocionada por halagar a la joven.

-Entonces… Estoy lista- Sonrojada pues no está muy acostumbrada a cumplidos tan exagerados a su parecer, hasta sintiéndose avergonzada.

Levantándose de un salto de la cama, rápidamente tomando la mano de la China –Vamos- Para guiarla hacia su primer destino.

-Ja, ja, ja, está bien- Se dejaría guiar por los pasillos de Libra ya conocidos.

-Pero primero debe cubrir sus ojos tía Shunrei- Habla bastante seria –Yo la voy a llevar, así que no se preocupe no chocara contra nada- Su declaración es suave y orgullosa, después de todo está lista para cumplir la misión dada por su abuelo Dohko.

Curiosa por como la niña actúa, eso la hace recordar la similitud que posee con sus progenitores, haciendo que ría suavemente, pero obedeciendo a fin de cuentas.

-Confió en ti Anshin- Cierra sus ojos delicadamente, su sonrisa no se borra para nada.

Sintiendo el suave caminar de la pequeña, para llevarla a donde es indicado, sonríe tan solo imaginar lo que le espera, es una joven de gustos simples, tan solo con que le dieran un abrazo y recuerden su día especial es suficiente.

Para Shunrei un hermoso día es donde ella pueda cocinar para los que quiere mucho, pero de seguro será lo que menos le permitan hacer, siempre ha sido así en el día de su cumpleaños.

Al vivir en cinco picos con el viejo maestro y Shiryu, siempre el castaño cocinaba en ese día especial, preparándole deliciosos platillos que no sabían cómo terminarse toda la comida.

En un solo pensar, se da cuenta que extraña un poco esa vida tan apartada del santuario, en donde sentía que nada malo ocurriría.

Vivió demasiado preocupada esa época en donde los dos hombres más importantes en su vida, debían irse para cumplir su deber de caballero, sumiéndola en una gran preocupación y desesperación.

Que se calmó a medias cuando pudo ver de vuelta a Shiryu, pero al saber que Dohko jamás lo haría... Fue un golpe demasiado duro para ella.

Que agradecer no tener que haber soportado tanto, pues en un tiempo, Libra volvió a la vida, esta vez teniendo una oportunidad de vida nueva y con el lapso de paz actual… Es lo mejor.

-Cuidado…- Habla la pequeña, tomando ambas manos de la joven, para evitar que tropiece con la mesa.

Una sonrisa pequeña, asintiendo y dejándose guiar por la niña.

Con unos pequeños pasos más hacia delante y deteniéndose, fue como se dio cuenta que se encuentra en la sala.




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