Dos Dimensiones

Capitulo XIII

 

Lynn solo me miro, me analizó de arriba abajo y se fue, gracias Lynn no se me ocurría explicaciones que darte. Steven solo me miro confundido y su boca formada una O pero antes de decir algo fue tras de Lynn que azotó la puerta con fuerza.

Perfecto, si ellos dos salían podría irme de aquí, organizaría un plan para irme muy lejos o tal vez unas vacaciones o tal vez ya irme a mi casa de una puta vez.

Di dos pasos fuera de la bañera, cuando estaba decidida a salir miré el traje de baño. No podía salir así.

Me escabullí en el cuarto de Steven, si sabia cual era, soy una acosadora al 100% en sus redes sociales, su armario como esperaba estaba llena de ropa negra, sweaters y algunas camisas mangas larga. Todas seguramente me quedarían gigantes pero era mejor a que salir así por el edificio y que algún vecino me viera. Tomé un sweater que me llegaba por la rodilla el cual era negro con rayas grises adornando su tonalidad, se lo devolvería cuando pudiera. Pero probablemente no en persona.

Corrí hasta la puerta del apartamento y maldije hacia mis adentros al ver que estos seguían en el pasillo. Me quedé ahí esperando a que fueran a discutir a otra parte, cosa que no era probable siendo yo la intrusa.

-¡No puedo creer que ha estado todo este rato allí! Mientras me estabas mintiendo a la cara.

-Ya te lo dije Lynn, ¿Podrías calmarte? Solo un poco…

Grave error, nunca le digas a una mujer que se calme Steven, es una regla universal –pensé.

-Definitivamente no eres el Steven del que yo me enamoré, te has vuelto… Algo que sinceramente no reconozco.

Escuché sus tacones retumbar por el pasillo. Este era mi momento.

Me asomé por la puerta, Steven iba tras de ella por las escaleras, cuando vi que desapareció marqué el elevador con suma impaciencia, sabía que eso no lo haría subir más rápido pero tenía que intentarlo. Escuché unos susurros por detrás de mí, vi el apartamento del otro lado y atisbe a una mirada de lo que parecía ser un niño.

-No escuches conversaciones ajenas –Susurro una voz chillona y cerró completamente la puerta, justo en eso llegó el elevador, di un paso pero un jalón hacia atrás casi me hace caer.

Me quejé con un gruñido pero al ver de quien se trataba entendí su razón para jalarme.

Lo tenía en frente de mi muy cerca, de no ser porque su agarre me estaba haciendo daño no me quejaría.

-Creo que me debes una explicación.

Asentí.

Me jaló hasta su apartamento, cosa que vi innecesaria, y cerró la puerta. No tenía opciones en estos momentos, el no estaba en una cama de un hospital esta vez. No había una coartada.

Me observó y fijó su mirada en el sweater.

-¿Qué haces con mi sweater? –Bajé la vista hacia el sweater, pensando que decir.

-Lo tomé por un momento, pensaba devolverlo más tarde. –Arrugó la cara y rio por un momento.

-¿Esa es la explicación que me darás? –Espero mi respuesta –Bien, pasemos a lo siguiente y más importante –Miro hacia la ventana de su apartamento como si todavía no terminara de creérselo. -¿Qué hacías en el baño de mi apartamento?

-Buena pregunta -Movió sus manos para que siguiera hablando.  –Pero no tengo respuesta alguna.

Asintió como si ya se esperaba la respuesta.

-Entonces si no me dirás nada a mí, díselo a la policía.

Eso no lo esperaba.

Se acercó a un teléfono negro que había en la sala, marcó un numero, estaba hablando enserio. Entré en pánico.

-Baja el teléfono, hablaré.

-Muy sabía decisión.

-Está bien, responderé todo lo que quieras, pero no llames a la policía.

Se sentó y eso un gesto para que yo lo hiciera también, lo hice pero en un taburete lejos de él. Estaba incomoda. El pareció notarlo y se acercó poniéndose en la punta del sofá.

-Nunca fue mi imaginación –Se dijo para sí mismo –Lo sabia –Rió pareciendo más feliz que cuando le habían dado de alta en el hospital, se acomodó el pelo con su mano buena y volteó a mirarme.

-¿Nunca saliste del cuarto de baño cierto? –Negué con la cabeza -¿Eres alguna clase de bruja o algo así? ¿Te haces invisible o tienes alguna especie de súper poder?

Enarqué una ceja. El parecía el loco aquí.

-O no ya sé, eres una espía, una espía… No. no tiene mucho sentido, a menos que tengas un poder y te hayas aliado al gobierno y…

-Se que te gustan mucho las películas de policías y esas cosas pero esta no es una de esas.

-¿Entonces?

Estaba entre decirle la verdad y entre el no.

-Vengo de otra dimensión –Creí que se reiría pero siguió serio como si lo que dijera lo estuviera esperando por años –Yo como verás no soy de esta época, soy una viajera del tiempo –Mentí, debía hacerlo, sonaba mejor que decirle que había hecho un pacto con una bruja.

-¿Pasado o futuro?

No podía creer que se estuviera creyendo enserio esto.

-Futuro.

En su cara se formó una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Los autos vuelan?

-No, pero se están inventado prototipos.

-¿Qué año es?

-El año 2103.

Tocó su cara con las manos, desee ser sus manos en este momento, luego embozó una triste mueca mientras movía su brazo bueno con decepción.

-No viviré lo suficiente para verlo.

Ni yo tampoco-Pensé.

-No puedo creer que lleguemos al 2040 y los autos todavía no vuelen, tenia esperanza de seguir vivo en esa fecha todavía.

-Sigues vivo en esa fecha –Torció el cuello.

-En pocas palabras sabes como muero.

Me arrepentí de haber dicho lo que dije.

-Sí, algo así.

-Me muero de la curiosidad pero ¿sabes qué? No viviré atormentado toda mi vida pensando cuando moriré. Solo respóndeme si me falta mucho o poco.

-Mucho, tendrás mucho tiempo por vivir.

-¿Sabes si estoy casado o algo por el estilo?

-Sí, con una chica guapísima.



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En el texto hay: bruja, amor

Editado: 10.06.2021

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