Kate
Hace un año
Después de aceptar su propuesta, Henry insistió en quedarse conmigo para empezar a conocernos. La idea no me agradó mucho al principio, ya que aún debía ir al cementerio a visitar a mi madre. Pero no aceptó mi rechazo y debido a su insistencia y a que su hermosa sonrisa me embelesó más de lo que quisiera aceptar, decidí que la compañía en esos momentos no me caería mal. Por alguna extraña razón le encantó la idea de recolectar rosas y acompañarme al cementerio, y por otra aún más extraña me sentí feliz de su reacción.
Cuando llegamos al cementerio él me dio espacio, esperándome en una de las bancas de la entrada. Me gusta creer que mi madre puede escucharme, así que cada vez que visito su tumba le cuento cómo me ha ido, o cómo me siento. Después de contarle que ha pasado desde mi última visita, le hable respecto al chico que acababa de conocer y que extrañamente me agrada mucho.
Saliendo del cementerio Henry propuso que almorzáramos juntos y de paso podíamos conversar, según él tenemos el potencial para ser buenos amigos. No lo pensé mucho y acepté, porque yo también creo que podemos llevarnos bien, a pesar de que sigo pensando que es bastante engreído.
-¿Qué te gustaría comer?- cuestiona mi prospecto de amigo.
-Pizza-. Contesto al instante.
-¿Segura? Yo pensaba en hamburguesas y papas fritas-. Chilla y sonríe como un niño cuando desea obtener un dulce.
-Puede ser, también me gustan. Pero entonces para qué me preguntas.
-Por pura cordialidad.- ríe
-Como sea, vamos ya, muero de hambre.- rechisto
-Como ordene mi damisela en apuros.- me toma de la mano y empezamos a caminar hacia el pueblo.
-No soy una damisela en problemas, ya te lo dije antes. Tenía la situación controlada.
-Claro, lo que tú digas.
Durante el almuerzo conversamos muy a gusto, Henry es algo particular e interesante, me gustaría conocerlo más. Me sorprendió que tengamos varias cosas en común, como que a ambos nos encanta la música, sobre todo el rock, somos amantes de la naturaleza y compartimos el gusto por la lectura. También coincidimos en usar nuestros poderes sólo cuando es necesario, aunque para él necesario es ordenar un cuarto por medio de la telequinesis, y para mí lo es sanar a alguien herido En lo que sí diferimos es en la parte social, se nota que él es muy sociable y hasta algo extrovertido a mi parecer; yo al contrario soy más tímida. En el restaurante pude notar como varias chicas lo saludaban efusivamente y le coqueteaban, lo que no me asombra, debido a que es sumamente atractivo.
Al terminar el almuerzo decidí irme a casa a descansar y Henry se ofreció a acompañarme.
-No es necesario, puedo irme sola.
-Te dejaré en la puerta de tu casa, soy tu caballero, debo protegerte.- bromea
-Está bien-. Acepto. Caminamos un par de cuadras hasta que estamos frente a mi casa.
-Bueno mi damisela, hoy ha sido un placer conocerte y custodiarte.- hace una reverencia y yo estallo en risas.
-¿No vas a dejar de llamarme damisela cierto?
-Vamos, acéptalo, te encanta.
-¡Jamás!- Henry me mira fijamente y ambos empezamos a reír.
-Gracias Kate.
-¿Por qué?- pregunto
-Por aceptar ser mi nueva amiga y compartir parte de tu día libre conmigo. Me divertí mucho hoy. Me gustaría volver a pasar tiempo contigo.
-Yo también me divertí mucho y claro, podemos volvernos a ver.- murmuro algo apenada.
-¡Mañana!- exclama
-¿Ah? Mañana debo trabajar. ¿Tú no?
-Claro que sí, pero puedo sacar algo de mi valioso tiempo para compartir con mi nueva amiga. ¿A qué hora sales?
-Cierro la pastelería a las 6pm.
-Entonces listo, a las 6pm paso por ti.
-Ok, entonces hasta mañana.- me despido agitando mi mano, pero él me da un sorpresivo abrazo.
-Hasta mañana mi damisela.
Estoy segura que mañana será un largo día, pero me agrada la idea de compartir más tiempo con Henry y conocernos. Presiento que nos llevaremos muy bien.
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Editado: 27.03.2024