Dos mundos, un amor

Capítulo 10: La Promesa del Amor

Después de haber tomado mi decisión y elegido a Alexander Waverley, nos encontramos en un rincón tranquilo del jardín, rodeados por la belleza de la naturaleza y el perfume de las flores

Alexander me miró con ternura en sus ojos, y su mano tomó la mía con delicadeza. "Anne, nunca imaginé que encontraría un amor tan profundo y sincero en medio de estas páginas literarias", dijo con su voz suave y melodiosa.

Sonreí, sintiendo el latido acelerado de mi corazón ante sus palabras. "Yo tampoco esperaba encontrar el amor en este mundo de ficción, pero nuestro destino parece estar entrelazado más allá de las páginas de esta novela".

Alexander se acercó más a mí, y nuestras miradas se encontraron en un abrazo silencioso. Los latidos de nuestros corazones resonaban en armonía, como si estuvieran destinados a latir al unísono.

"No importa si nuestras historias son ficticias o reales", susurró Alexander con dulzura. "Lo que importa es el amor que hemos encontrado aquí, en este mundo mágico que nos ha unido".

Mis manos acariciaron suavemente su rostro, y una sonrisa se formó en mis labios. "Sí, Alexander. Nuestro amor trasciende las páginas de esta novela. Es un lazo que va más allá del papel y se ha convertido en una realidad en nuestros corazones".

En medio del susurro de las hojas y el aroma de las flores, nos acercamos más, permitiendo que nuestros corazones hablen en el silencio del atardecer. Sus labios encontraron los míos en un beso suave y apasionado, como si estuvieran sellando una promesa de amor eterno.

El tiempo pareció detenerse mientras nos perdíamos en el abrazo del otro, dejando que nuestras emociones fluyeran libremente. Cada caricia y cada palabra compartida eran un recordatorio del poder y la belleza del amor que habíamos encontrado en medio de esta famosa novela.

Cuando nos separamos, nuestras miradas seguían conectadas, como si nuestros ojos fueran espejos que reflejaban nuestros corazones.

"Anne, te prometo que te amaré más allá de estas páginas y más allá del tiempo mismo", dijo Alexander con convicción. "Nuestro amor es real, y estoy dispuesto a enfrentar cualquier desafío para estar a tu lado".

Lágrimas de felicidad brotaron en mis ojos mientras respondía con igual sinceridad, "Y yo te prometo, Alexander, que estaré contigo en cada capítulo de nuestra vida juntos, sin importar qué adversidades enfrentemos".

 

 




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