Capítulo 4 "Fragmentos de Un Alma"

Sienna.

Lunes, 14 de Junio del 2017

Reviso el último mensaje recibido con lágrimas en los ojos, el corazón me late de prisa y mi cerebro se niega a procesar por completo la información que recibe.

Releo el mensaje y mi estado anímico vuelve a decaer una vez más.
 

Elijah.
Siento decirte esto Sienna, pero mi hermano falleció esta mañana, su estado terminó por ser completamente deplorable y no pasó la noche.

Fue un gusto conocerte, pero no puedo seguir hablando contigo; no cuando ese dolor es tan reciente. Lo lamento de verdad, pero es mejor que todo este contacto virtual termine aquí.

Adiós.

Intento escribir algo pero mis dedos solo tiemblan y mi voz se estanca dando varios sollozos, arrojo el celular a la cama y me dejo caer en ella también, pasando ambas manos por encima de mi pecho mientras intento recomponerme del todo.

Se ha acabado.

Miércoles, 1 de Julio del 2017
(Día del vídeo hace dos años)

Presiono el botón de eliminar y respiro mucho más tranquila. Ya ha pasado más de un mes desde que el que se supone y era mi segundo novio virtual hubiera fallecido pero aun así me duele un poco el recordar todo; como si fuera mucho más reciente de lo que en realidad es.

A veces siento que nunca lo voy a superar y eso me carcome. Es como si nuestra "relación" hubiera sido mucho más seria de lo que en verdad era.

Su nombre era Saffron, nos conocimos en un divertido juego de rol que ambos iniciamos en algo llamado Google+. Mi nombre clave "Mireia" el suyo, tan real como pudo haber sido o tan falso como casi todo en mi vida.

Nuestra relación comenzó después de que duramos casi un mes conociéndonos. Lo admito, fue muy corto todo, demasiado apresurado, pero nadie puede culparnos, éramos unos niños jugando a la mamá y el papá; nuestra vida social se resumía a un juego de rol y eso no me molestaba.

—¡Ash! ¿cuándo se van a hacer novios? ¡me tienen desesperada —fueron las palabras escritas de mi amiga Doris en una imagen pública donde se supone y Saffron había editado una foto con nuestros personajes de rol, juntos, como una pareja ficticia.

—¡Claro que no! Solo somos amigos —explicó Saffron en otro mensaje con las palabras +Doris53 seguido de eso.

—Mejores amigos —agregué yo con el +Saffronrot como primera palabra.

—¡Vamos! ¡se ven tan lindos juntos! —exclamó la otra chica de nuevo, lo que en verdad quiso decir es que nuestros personajes se veían lindos juntos.

—Ammm, no lo sé, ¿tú qué opinas? —me preguntó él tomándome totalmente por sorpresa.

—No lo sé, dime tú... —sonreí nerviosamente.

—¡No! Las damas primero —rió.

—¡Bien! —respondí al final—. Creo que sí me gustas un poquito.

—¿¡Qué!? ¿enserio? —se desmaya.

—¿Estás bien? —te ayudo a parar.

—¡Ya dile que sea tu novio Mireia! —gritó Doris de nuevo.

—No lo sé amiga, creo que la embarré —fue lo que escribí con desanimo al ver que Scott no respondía después de más de cinco minutos.

Me sentí fatal, ni siquiera un novio virtual y casi ficticio es capaz de meterse con alguien como yo.

O eso fue lo que pensé, hasta cuando llegó el mensaje de Saffron donde admitía que yo también le gustaba y que quería ser mi novio.

Me sobrecogí y me sentí totalmente emocionada mientras miraba la pantalla fijamente, justo después de escribir un nuevo mensaje donde aceptaba la propuesta.

Debí saber que los juegos de rol son totalmente aparte de la vida real, y que las relaciones a distancia son mucho más complicadas cuando ves que tu novio es más una persona totalmente extraña que se oculta detrás de un personaje animado.

Pero debo admitir que aún así, su muerte me dio bastante duro, de alguna manera una parte de mí quería ser como las otras chicas, con un novio a los quince años en vez de ser una chica que ni siquiera a dado su primer beso a esa edad.

Y esa era vergonzosamente yo.

Jueves, 2 de Julio de 2017

Mi vida en la escuela era un poco más complicada de lo que quisiera admitir.

Llevaba casi seis meses estudiando en el nuevo colegio pero aun no había conseguido ni un solo amigo. Mis compañeros parecían mejor empeñados en joderme la existencia que en socializar, y los maestros... Bueno, ellos no se quedaban atrás.

Me encontraba garabateando la última hoja de mi cuaderno de inglés después de haber anotado la lección del día y haber terminado el ejercicio en tiempo récord, cuando escuché que la profesora de inglés me llamaba.

Levanté la mano y dije presente pero para mi sorpresa todos mis compañeros se rieron, los miré con confusión, acomodándome las gafas de pasta cuando recordé que ya habían llamado lista ese día. Sentí mis mejillas arder y luego el esfero de tinta morada cayó al suelo, me incliné para recogerlo, pero Elliot Hernandez, el compañero sentado a mi lado estiró el pie y alcanzó con él mi esfero, pero en vez de pasármelo, lo empujó por el suelo hasta casi la mitad del salón.

—Sienna, ven por favor.

Habló la maestra de nuevo perdiendo poco a poco la paciencia, me puse de pie y caminé lentamente hasta llegar a ella con todas las miradas de mis compañeros atravesándome de lado a lado.

—¿Es-está, está todo bien? —pregunté en voz baja en cuanto hube llegado hasta la maestra.

—No, no lo está. Has faltado a mis dos últimas clases y no has traído ninguna excusa que las justifique Sienna; me debes cinco notas, el periodo está por terminar y no quiero que pierdas mi materia cuando todos tus otros compañeros la pasan con tanta facilidad.

¿Cómo explicarle que mis faltas de esos días fueron porque me inventé un resfriado y una fiebre para no tener que asistir?

Me quedé callada, mirando fijamente hasta el tablero antes de regresar la mirada y clavarla en el escritorio de la señorita Ethel, donde una pequeña hoja con las palabras "citación a padres" en el título era diligenciada con mis datos.