Dos Vidas ,un Camino

Capitulo 1

CAPÍTULO 1: Melissa

Otra vez he despertado con esa sensación de vacío, esa que me deja el sueño recurrente que parece perseguirme noche tras noche. Siempre es el mismo: me encuentro paseando sola por la playa mientras el atardecer da paso a la noche. Los últimos destellos de luz naranja y violeta se desvanecen en el horizonte, y aunque en mi sueño soy solo una niña, no siento miedo al estar sola en la oscuridad. De repente, lo veo a lo lejos, un niño que parece esperarme. Corro hacia él, con el corazón latiendo fuerte, y cuando finalmente lo alcanzo, cuando estoy a punto de tomar su mano y ver su rostro… algo sucede. Algo siempre sucede, y despierto.

Hoy no fue la excepción. El sueño se desvaneció justo en ese momento, dejándome con más preguntas que respuestas. Tomé mi teléfono con pereza, arrastrándome de vuelta a la realidad, y me di cuenta de que ya era tarde. Paula me estaba llamando, como siempre, para recordarme que viene en camino a buscarme. Hoy es nuestro primer día de trabajo, y no puedo permitirme llegar tarde.

—Hola, Pau —dije, dejando escapar un bostezo—. Me vas a matar, pero todavía no estoy lista.

—¿Otra vez te quedaste despierta hasta tarde? —preguntó, como si no supiera la respuesta de antemano.

—Dame veinte minutos y estaré lista —prometí, sabiendo que ella confiaría en mí, como siempre.

—Vístete y arréglate rápido. Yo pasaré por la cafetería a por los cafés. Mira que los vamos a necesitar —dijo con un tono de complicidad—. Recuerda lo que nos dijo Lucas.

La interrumpí para decir al unísono: —“El señor Montenegro es sumamente estricto y está buscando gente puntual y activa”.

Ambas nos reímos, recordando lo insoportable que había sido Lucas todo el fin de semana, repitiéndonos una y otra vez las mismas advertencias. Aunque los tres tenemos casi la misma edad, él siempre ha sido como un viejo prematuro: serio, protector y, a veces, un poco pesado. Pero, al final, es gracias a él que hoy estamos empezando este nuevo trabajo.

Me di un baño rápido, tratando de despertarme por completo. Elegí unos jeans ajustados, una blusa negra sencilla y unas sandalias de tacón alto. No soy de usar mucho maquillaje, pero hoy me tomé el tiempo de delinearme los ojos y aplicarme un poco de rímel para resaltar su color ámbar, que siempre ha sido mi orgullo. Un toque de brillo en los labios y estaba lista. Veinte minutos después, como había prometido, escuché la bocina del coche de Paula. No es un modelo nuevo, pero lo mantiene en perfecto estado gracias a su hermano, Paúl, que es mecánico. Agarré mi cartera, el celular, los lentes y las llaves, y salí corriendo.

—Hola, Mel —me recibió Paula con una sonrisa—. ¿Lista para un nuevo comienzo?

—Sí, aunque Lucas se encargó de meterme miedo con lo del jefe —respondí, subiéndome al coche.

—Tranquila, eso es normal. Todos le temen al jefe al principio —dijo con un tono sereno que siempre me transmitía confianza—. Ah, por cierto, Paúl te manda saludos.

Me miró de reojo, esperando una reacción de mi parte. No podía evitar sonreír. Paula y su hermano eran gemelos, y aunque ambos eran increíblemente atractivos, Paúl siempre había sido especial para mí. No lo admitía abiertamente, pero Paula lo sabía.

—En serio, adoro a tus padres, pero ¿qué poca creatividad tuvieron con los nombres de ustedes dos? —dije, tratando de desviar la conversación—. No conforme con ser gemelos, sus nombres son casi iguales.

Paula torció los ojos, como siempre hacía cuando le sacaba el tema.

—¿Me lo dices a mí? —respondió, riendo—. Y cambiando de tema… ¿cuándo le das una oportunidad?

—Debo admitir que Paúl es muy lindo —confesé, mirando por la ventana—. Pero nos conocemos desde hace tanto tiempo que no sé si sea correcto. Podría dañar la amistad que tenemos, no solo él y yo, sino nosotras también.

—Yo creo que tocar no es entrar —dijo Paula con una sonrisa pícara—. Y además, nada dañaría nuestra amistad, ni siquiera el tonto de mi hermano.

Seguimos nuestro camino al trabajo, hablando de chicos, música, artistas y demás tonterías. Era uno de esos momentos que me recordaban por qué Paula era mi mejor amiga. A pesar de los nervios por el nuevo trabajo, su compañía siempre me hacía sentir que todo estaría bien.

Nota:hola espero que les guste mi historia,de ser asi no olviden darle⭐ me gusta,😎comentar y✍️suscribirte para estar informad@ de las actualizaciones esto me ayudaria a saber que les esta gustando.Estare actualizando 3 o 4 veces a la semana.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.