Capítulo II
¿Hielo o pista?
Cuando llegamos al sitio parecía sacado del reino de Frozen o algo, porque era bastante grande y muy bien decorado. Yo tenía un problema, no sabía patinar sobre hielo, en pista sí pero en hielo se me complicaba, si es ridículo que alguien que vivía en un sitio como Canadá donde la nieve es el primer problema y el patinaje sobre hielo, no sabía patinar sobre él, mi padre de pequeña nunca me llevó a ninguna pista, decía que podía ser peligroso y que podría llegar a morir.
Hacía mucho frío aquí dentro, obvio que hacía frío tienen que mantener la pista congelada, habían veces que no pensaba bien las cosas, encima yo me hago la inteligente.
A lo mejor te hacías inteligente para que Robert o Luka te hagan caso.
Callate mente, tu no sabes nada.
—¿Robert cómo vamos a patinar? ¿Con el culo?
—No no, vamos a alquilar unos patines como en los boliches
—¿Me estás diciendo que mis pies van a tocar los hongos de otros pies?
—Que yo sepa los limpian y desinfectan
—Que asco pero bueno, si tengo que morir que sea de esto
—No vas a morir, ¿Oye Debora tu hermana siempre fue así?
—Así y peor
—No inventes Debora Sofia tu eres peor
—¿Sofia? Vaya vuestros padres sí que estaban inspirados
—Y aburridos— suspiro cruzandome de brazos— Yo soy Mika Eleonora y ella Debora Sofia
—Nuestros padres tardaron casi todo el embarazo pensando nuestros nombres
—Si pero nos pusieron uno bien fácil y aburrido
—Pero son bonitos–les dije a los dos, Luka tenía buena rima, para hacer la burla, pero no la iba a decir, no tengo la confianza para hacerlo.
Luka mi miembro con peluca, típica rima de un desesperado para llamar la atención.
Es la primera vez que estoy de acuerdo contigo, la primera y última vez.
Mientras seguían hablando de sus nombres, yo me fui al mostrador para pedir mis patines, mire las tallas y los precios, no parecían tan caros, en Canadá podría estar como a 25 C$ por pasar una mañana o una tarde, no estaba muy segura, tampoco me acordaba, porque mi hermana solía ir cada fin de semana y siempre llegaba a pedir dinero a nuestros padres, mamá se lo daba encantada pero papá le decía que no lo hiciera, que iba a malcriar a la niña.
¿Por qué los patines tenían que ser tan feos? Se que soy muy quejica pero creanme que eran horrendos, pedí mi talla y espere a los demás, cuando por fin pensaron en lo que venimos a hacer aquí ya habían pasado quince minutos, mientras pedían sus patines yo me estaba peleando con mi pantalón para poder ponerme el maldito patín.
—¿Necesitas ayuda?— al levantar la mirada vi a Luka, el cual me estaba mirando algo divertido— Parece que te gusta pelear con cosas sin vida
—Tranquilo Luka puedo sola o eso creo— me seguía peleando con el pantalón y el patín, pero así era yo, un ser humano algo inútil— ¿Porque es tan difícil ponerse un maldito patín?
—Pero si es como ponerse unos zapatos, literalmente
Después de unos cinco minutos pude ponerme los patines, fuimos a la entrada de la pista, mi hermana y Luka entraron rápidamente, mientras yo le rezaba a quien sea para no matarme aquí mismo.
—Ven yo te ayudo, es fácil si tienes un gran profesor
—No gracias soy mayor para hacerlo sola
—Bien luego no vengas pidiendo ayuda
Robert entró en la pista y antes que pudiera alejarse más de mí, me rendí.
—Bien Robert ayudame
—Con una condición, que me llames el profesor guapetón
—Agh bien pero ayudame bobo
—A ver dilo—dijo acercandose a mi con una sonrisa juguetona
—¿Me ayudas profesor guapetón?
—¿Tanto te costaba?—me agarró de una mano y la cintura y empezó a darme consejos de como hacerlo.
Pasamos unos veinticinco minutos intentando que me separará del borde, pero no podía, me daba un poco miedo caerme, mientras Robert se reía de mí, otras veces me ayudaba agarrandome de los brazos, otras veces nos rendiamos y nos quedabamos hablando.
—Venga ahora tú sola, no me voy a alejar mucho—dijo mientras se alejaba poco a poco.
—No me sueltes por favor—le agarré del brazo fuerte y lo abracé fuerte, tenía miedo de caerme y de hacerme daño.
—Aunque quisiera hacerlo jamás te dejaría caer—volvió a agarrarme como antes y seguímos con la clase
Seguí intentando patinar mientras mi hermana y Luka estaban hablando un poco más lejos de nosotros, a ella si se le daba bien porque ya tenía práctica, pero a mi me estaba costando mucho aprenderlo.