Dr. Dron Cronicas de un Atentado

Capítulo 11. La Conclusión:

     En este instante ya no sentía preocupación, me encuentro aislado en mis emociones, y funcionaba como una máquina, solo pensaba en como mandar el siguiente golpe, pues era definitivo destruir lo que habían ejecutado en mi contra, y destruir aquella magistral obra de engaños y traiciones en cinco peldaños, a partir de este momento, todo se iba a convertir en un plan de ataque, y el primero empezará con la verdad, lo que nos habían hecho, lo iba a devolver multiplicado por cien, pero una rabia desbocada, puede llevar a buscar únicamente la venganza, y la venganza suele hacerte desviar de los detalles, de los cuales habían informantes, o como paradójicamente les llaman acá en prisión, drones de vigilancia, capases de delatar hasta sus propias madres, solo por indulgencias del gobierno, y de esto no estaba exento, y cuando se había filtrado la información y estaban apunto de caer sobre mi, escalé el primer peldaño, una primera ofensiva que sería una salva de honor para todos los enfermos y caídos que nos encontrábamos muriendo por parte del sistema judicial, en donde pensaba a razón, en que estaría junto a los míos hasta el momento de quedarme sin aliento, y pensar en comernos el mundo, valla iluso, y volver a casa en año nuevo, pero todo acabó y lo de menos, yo solía imaginar que la vida era un juego, y esperaba que el día que yo muriera, mis pensamientos se tumbaran sobre la arena, y que los lleven lejos cuando suba la marea, a razón de todo esto, tenía que buscar como contactar a la prensa Internacional, este sería la forma, pero el segundo peldaño se adelantó sin poder iniciar la primera ofensiva, y es que en el segundo peldaño, tendría que mandar los hechos a toda la prensa internacional, preparando la matriz de opinión, en la que se develara la situación que acontecía con los enfermos en este lugar, pero aunque no lo crean, no fue necesario por mi parte realizar cualquier movimiento, por que la muerte de un compañero prisionero, de nombre Pablo Cárdenas, inició como cebador del detonante, pues a pesar de tener una medida cautelar aprobada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH, esta es una organización perteneciente a la Organización de Estados Americanos OEA), y en donde Venezuela, se encuentra suscrita, y de conformidad a los tratados pactados por Venezuela ante la corte Interamericana, se violó el derecho a la vida de Pablo, ya llevaba tres años haciendo la solicitud de medida humanitaria ante el tribunal, a pesar de que su vida se encontraba en una situación de gravedad, y en donde la CIDH le había otorgado una medida cautelar, pero el gobierno Venezolano, a pesar de las notificaciones, no acató el cumplimiento de lo establecido, de igual forma su familia y defensa no desmayaban, interponiendo en cuatro ocasiones, solicitudes de medida humanitaria, las cuales les fueron negadas, en donde pareciera que el tribunal recurría a un solo guión, desde el año dos mil diecisiete, en donde se había congelado el otorgamiento de medidas humanitarias a la población penitenciaria que las requiriesen, lanzando a la muerte no solo a Pablo, si no a muchos quienes estamos bajo los padecimientos y enfermedades, graves, crónicas o terminales, y que a pesar que esto suene conocido para mi, tales solicitudes estaban bien fundamentada y respaldadas, pero aún así, se las habían negado, permitiendo que la no adopción de esta medida, Pablo perdiese la vida por un Cáncer de cuello, pero ustedes se preguntarán, o alegrará el tribunal, que ellos mismos le otorgaron una boleta abierta de traslado, a algún centro hospitalario, para su valoración o atención clínica, y es donde yo les respondo, ¿acaso ustedes no han tenido la desafortunada suerte de tener algún familiar que padezca este tipo de enfermedad?, donde hay que tener un tratamiento especial, dietas balanceadas, estar en un sitio idóneo o acorde a su salud, y sin contar los trámites burocráticos y atenciones que estando prisionero, no podría este desventurado poder tener, llevando a la sintaxis del desprecio del derecho a la vida, donde es menoscabado por la indecisión de un juez, que así como tiene el deber de sancionar por un delito, usurpa su labor, violando los artículos y procedimientos consagrados en las leyes, y en la carta magna de este país, que le amparaban, y que podían poder permitir, que Pablo siguiera viviendo, pero claro estaba que la vida de un privado, como su libertad, eran un negocio lucrativo, por que para poder aprobar una medida humanitaria que le permitiera poder seguir viviendo a Pablo, o de quienes estamos sumergidos en la misma desgracia de Pablo, costaría dinero, y donde ningún estado de derecho y ningún país demócrata del mundo existía algo parecido.

          Pero el tribunal aún después de lo ocurrido, solo lo que hizo es aprobar aquella solicitud de medida, buscando tapar su fallo, con sarcasmo y arrogancia, pero el tribunal estaba muy confiado, por que era su palabra contra la de un fallecido, pero lo que no perciben, es que los muertos tienen dolientes, y que a pesar que no les asistía el derecho de castigar al culpable, quedaba el recuerdo y la acción que los aria ahogarse en las arenas movedizas de sus propios logros, donde no esperaban jamás que el tribunal les llegara una denuncia, pero que a pesar que transcurre el tiempo, y que se sientan libres de culpa, los crímenes cometidos en un gobierno que apoye la tortura, no prescriben; vendría mi tercer peldaño, se me había otorgado una medida cautelar por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), similar a la otorgada a Pablo Cárdenas, y esta información circularía a través de la prensa nacional, a si como de medios de comunicación internacionales, anunciando el otorgamiento de esta medida, lo cual me daría la ventaja de desmontar el plan fantasma que se cernía sobre mi, y donde yo quedaría como un tenista solitario, intentando devolver las bolas que me habían lanzando sin parar, estando tan concentrado, devolviendo los pelotazos, pero estaba descuidando el tiempo y la energía, en lo cual, todo tendría su propósito, ¿por que cuando tienes un incendio de tal calibre, solo lo que puedes pensar  es en una sola cosa?, y esa, es apagarlo, no por la credibilidad de España ni por la honestidad  del Centro de Inteligencia de la Unión Europea, si no por mi propia libertad.




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