Nina se fue sin despedirse del conde
y llegó a la casa de Marie.
Allí estaba Jhon.
—¡Jhon! Amando, ¿qué te pasó? —preguntó Nina.
—Me pasó que casi muero.
—¿Cómo? —dijo ella, alarmada.
—El conde Drácula no aparenta ser quien es.
Es un vampiro, chupa sangre…
y vino por ti.
Tú te pareces a su princesa.
—Eso es imposible —respondió Nina—.
Él fue todo un caballero conmigo.
—Ya está aquí —dijo Jhon—.
¿Es primo de Marie, verdad?
—Sí —respondió Nina.
—¿Y Marie? —preguntó Jhon.
Nina miró alrededor.
Marie no estaba.
Se había ido.