Drag Me To Your Hell

Capitulo 6:La naturaleza de uno mismo.

Leizel

Por la madrugada:

Las luces apagadas, los guardias con sus uniformes intactos, sus frentes en alto y sus peinados perfectamente peinados hacia atrás. Al verme me permitieron la entrada sin siquiera decir un "buenas noches". Cuando entre a casa todo estaba en completa oscuridad, dejé mis botas en la entrada para no ensuciar el piso, busqué entre las salas pero no había nadie. Por último fui al estudio donde miles de libros decoraban las paredes. Me quedé en la puerta observando a mamá, esperando a que me notará.

—¿Hija estás bien? —No quitó la vista de su libro y su voz era tranquila.

—¿Dónde está papá? —Hable desde la oscuridad.

—Creo que fue a atender unas cosas ¿Pasa algo?

—¿Y Heinz?

—Está durmiendo. —Camine unos pasos más hacía la única luz de la sala, junto al sillón donde estaba mamá sentada. —¿Hija qué es esto?

—Lo hice.

—Leizel… Cariño. —Cada rasgo, cada extremidad y poro demostraban miedo.

—Mamá, creo que papá se enojara conmigo.

—¿Él te lo pidió? —Negué sin poder hablar.

—Si no lo hacía yo, él me mataría.

—Lei, acabas de…

Por la tarde:

Pol estaba haciendo pasos largos demasiados exagerados mientras yo me reía antes sus quejas de que en cualquier momento saldría un animal feroz de entre los árboles y lo comería entre esta “jungla”. El sol nos estaba quemando prácticamente, mi compañero dice que le está derritiendo la piel como cera.

—¿Puedes caminar como una persona normal? Si alguien nos pudiera ver te aseguro que me daría mucha vergüenza estar contigo.

—Puede salir una serpiente en cualquier momento.

—¿Y te va a ofrecer una manzana? —Me burlé.

Empujo mi hombro con suavidad. —Tus chistes son muy malos ¿Falta mucho? —Con su mano trato de hacer sombra a su vista para poder ver nuestro destino.

Respondí que faltaban unos metros, aunque no era cierto, pero diría cualquier cosa con tal de que se callase por un segundo. Aunque eso no fue lo que pasó. Seguimos caminando bajo la estrella enorme que nos estaba tomando como juguetes en su tortuosa diversión, el castaño no paraba de decir que moriría de sed y de hambre en cualquier momento, cuestionaba cada cinco segundo porque elegí llevarlo ahí en un día tan soleado como hoy, entre mil quejas más. Mi paciencia se acababa cada vez un poco más ante el bombardeo de preguntas y quejas de su parte. Creo que Pol no conoce lo que es una caminata en silencio.

Llegamos a nuestro destino, un peñasco bastante alto que en su borde lo decoraba un gran árbol, nos sentamos en la sombra mientras dejábamos nuestros pies jugando en el vacío.

—La vista es hermosa. —El rostro de Pol era una mezcla entre paz y asombro.

—Es muy tranquilo, es una lastima que no muchos puedan verlo.

—¿Por qué?

—Porque pueden morir, es muy inestable y demasiado peligroso.

Luego de un corto silencio, aclaró su garganta y habló con su vista al frente —¿Puedo preguntarte algo?

—¿Qué pasa?

—¿Quién era esa familia?

—Es algo complicado. —Quise ignorar su pregunta pero sabía que sería en vano.

—Dios me ignora cuando quiero hablar con él, Miguel solo me quita mi trabajo y el resto del equipo ni siquiera me habla, necesito respuestas. —En su voz se notaba su frustración y el cansancio.

Divagué por un momento, pensaba si era lo correcto decirle toda la verdad o hacer que lo supiera por sus propios medios.

Una cosa era segura, la información que yo tenía tardaría semanas en conseguirla, y para ese entonces ya sería demasiado tarde.

—La niña... es el segundo mesías.

—¿Cómo…?

—Pol, no sabes muchas cosas y eso que eres un arcángel, es obvio que te dieron ese puesto solo para intentar cuidarte.

—¿Cuidarme de que?

Llene mis pulmones de aire, aprecie los últimos segundos de silencio porque sé que luego de lo que voy a decir va a reventar mis oídos con preguntas y súplicas pidiendo explicaciones que no podría darle.

—Hace muchos años, casi en los principios del hombre, en el cielo reinaba la paz. Dicen que un ángel se empezó a comportar extraño, sus ojos se volvieron blancos y escupía un líquido negro, antes de desmayarse dijo "un aliado tendrá la oportunidad de traicionar a su hogar o llevarlo a su gloria, esto traerá la peor guerra que se ha conocido entre la luz y la oscuridad. La marca lo identificará como el traidor o el que traiga la paz al nuevo mundo".

—¿Y que tiene que ver eso conmigo?

—La marca que tienes en la muñeca es de la que habla la profecía.

—No entiendo cómo pueden pensar que los podría traicionar. —Dijo mientras admiraba la marca en su muñeca.

El día que fuimos a la tierra, le mentí diciendo que esa marca era normal y ni siquiera se a cuestionado que todos sus compañeros tenían esa marca, su fe a ciegas, esa confianza que regala a quien le brinde un poco más de información de la que él tiene en su pequeño cerebro es tan peligrosa.




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