Capítulo 4: Epoch

Trunks podía sentir como su cuerpo había cambiado, era simplemente como si le hubiesen entregado un cuerpo mejorado, para empezar, percibía el frio cada vez menos incomodo, si bien era cierto que el traje le brindaba protección contra el gélido ambiente, su cabeza y manos se encontraban expuestas, por lo que, ahora notaba una clara diferencia. Trunks podía sentir una mejora en su metabolismo, sus sentidos eran mas agudos y la percepción general del ki y el ambiente eran casi como si un nuevo mundo se abriera a sus ojos, en esos instantes recordó las palabras de Yajirobe "es un veneno que elimina tus debilidades y te hace mas fuerte de esa forma" y ahora todo cobraba sentido. El escuálido Yajirobe puso su mano sobre el hombro del muchacho y con una sincera sonrisa algo torpe le expresó su alegría ante su nuevo avance.

-Puedo sentir como tu poder incrementó abruptamente, estoy seguro que todo el planeta pudo sentirlo Trunks. Yajirobe estaba muy entusiasmado, en parte por la supervivencia y el avance de Trunks, pero principalmente por poder salir de ese lugar.

-Le agradezco mucho su compañía y consejo señor Yajirobe, lamento mucho interrumpir su ánimo, pero ¿podría enseñarme usted aquello que dice que puede ayudarme con la búsqueda de la respuesta de porque nuestro tiempo es diferente a la línea del pasado? Los ojos de Yajirobe se calmaron, pero no mostraba atisbos de tristeza o frustración, de hecho, el brillo de jubilo por poder salir de ahí cambió por una mirada sobria, una mirada llena de intensidad.

-Es algo extraño, el hielo que se encuentra en este lugar es mas antiguo de lo que imaginas, mas que el viejo Roshi o incluso mayor que el mismo Maestro Karin y sin embargo lo que encontré no cuadra con nada de ello.

-Por favor señor Yajirobe lléveme a ese sitio lo mas pronto posible. Trunks hizo una reverencia que terminó con un pequeño golpe en el hombro por parte de Yajirobe.

Volaron fuera de la cueva, al parecer la presencia de la oscuridad se había desvanecido después de que Trunks adquiriera el agua sagrada y sobreviviera a ella, el golen de hielo también había desaparecido y el clima ahora estaba calmado y con poco viento, por lo que Yajirobe, colgado de los brazos de Trunks, no tuvo problemas en encontrar el sitio que buscaba. Mientras volaban Trunks se dio cuenta que el lugar al que se dirigían era una depresión bastante considerable en el terreno, era como la cantera de una mina, a ojos del muchacho tranquilamente tendría una profundidad de más de medio kilómetro y abarcaba un radio de casi doscientos metros. 

Apenas al aterrizar Trunks pudo notar una enorme estructura de hielo se levantaba en medio de la cantera helada, casi como una pequeña montaña hecha del mas duro, pero extrañamente cristalino hielo del lugar, con aproximadamente quince metros de altura y unos veinte metros de largo y ancho, lucia como un pequeño ombligo en medio de la llanura hundida. 

Bajo toda la capa de hielo, como suspendida en el espacio y tiempo, una nave de colores pálidos, con una forma larga, medianamente ovalada con dos alas que terminaban en picos flexionados los esperaba, la extraña nave apenas tenía la mitad delantera, la parte trasera había desaparecido por lo que al parecer había sido un choque y por lo pronto no se veían restos en las cercanías. Trunks no entendía porque era especial, pues aunque era un modelo extraño, uno que nunca lo había visto ni en los libros de la CapsuleCorp ni en otras fuentes de tecnología, no dejaba de ser una nave por lo que decidió preguntar a Yajirobe.

-Señor Yajirobe, disculpe usted la duda, pero no entiendo la relación que pueda tener esta extraña nave con las líneas temporales y sus diferencias. Trunks esperaba una respuesta irreverente del desgastado guerrero, pero este, lejos de la expectativa de Trunks le respondió con paciencia e intensidad.

- ¿Sabes cuanto toma este hielo en crecer? Trunks negó con la cabeza. -Durante mis años en este lugar he notado un crecimiento de entre 4 y 6 centímetros del hielo duro por año y esta depresión de aquí, aunque te parezca increíble, yo mismo la hice. Yajirobe tocaba abdomen con palmadas firmes, una costumbre que le había quedado de sus tiempos con más barriga.

-Es usted sorprendente señor Yajirobe ¿Por qué hizo usted este agujero tan profundo? ¿Cuánto tiempo le tomó? Trunks separó su mirada de la nada mostrando genuina admiración por Yajirobe.

-Quizás si fuese más fuerte me habría tomado menos tiempo pero demoré aproximadamente dos meses en conseguir llegar hasta la nave, lo hice con la esperanza de usarla como medio de escape de este lugar pero desafortunadamente me di cuenta de los daños que tenían recién llegando a ella, veras, aunque las tormentas son intensas durante todo el año existe una época donde todo se calma y la nieve desaparece dejando solo el hielo a la vista, mientras recorría estos senderos buscando suministros en una tarde con un sol especialmente brillante mi mirada observadora pudo notar un punto llamativo bajo mis pies, comencé a cortar el hielo pero apenas lograba excavar unos pocos metros al día por lo que demore tanto.

-Tiene usted una vista excelente señor Yajirobe.

-Tienes razón, pero también ayuda mucho lo cristalino que se torna el hielo y que, como una lupa de cristal, hace que todo se vea mas cerca, creí estar a punto de llegar varias veces, pero ya ves como resultaron las cosas ha ha ha. La estridente risa del Yajirobe le hizo recordar los buenos momentos en el otro tiempo por lo que contagiado de su buen ánimo Trunks comenzó a reír. 

Trunks llevaba buenas provisiones e incluso una vivienda portátil, pero debido a la emoción de los eventos ocurridos había olvidado entregar un buen festín a su guía. Trunks sacó una de las unidades de almacenamiento con el numero 7 y soltándola en el suelo una enorme explosión develó una mesa con varias sillas y una nevera repleta de alimentos, mismos que fueron colocados en la mesa por Yajirobe. Trunks recordaba su forma de ser, sabia que el Yajirobe del otro tiempo se habría limitado a comer todo de la nevera sin ofrecer nada, pero este hombre frente a él había madurado en la adversidad, hecho que le hizo sentir aún más culpa por haber demorado tanto en ofrecer suvenires.