capitulo 26 - por fin se tu dolor

Oreyet surcaba los cielos con un vuelo sereno, disfrutando de la brisa suave que acariciaba sus alas, cuando de repente se encontró con la figura menos esperada.

—¿Cómo te encuentras, mi querido amigo? —preguntó Reur con una galantería que apenas ocultaba la tensión en su voz. Su sonrisa, esta vez, era un tanto forzada, y no pasó mucho tiempo antes de que Oreyet percibiera la inquietante verdad que se cernía entre ellos.

—Vaya, vaya, así que por fin has caído en desgracia, maldito corporalmente —replicó Oreyet, su tono cargado de ironía.

—Así es, he cambiado bastante, o eso creo —respondió Reur, riendo con un tono que sonaba más a un eco de desesperación que a una verdadera alegría.

—Ese poder no fue concebido para un mortal —advirtió Oreyet, su voz grave resonando con preocupación—. Es magia oscura, y lo que ha penetrado en tu ser te está consumiendo lentamente.

—No me importa —replicó Reur, su mirada fija y decidida—. Al fin lograré cumplir con el destino que se me ha encomendado, y también reclamaré el tuyo. —Una sonrisa escalofriante se dibujó en su rostro, revelando una ambición oscura.

Sin embargo, algo extraño acontecía en el aire; Oreyet no mostraba ni una pizca de emoción. Su semblante permanecía impasible, como si la tormenta que se desataba a su alrededor no le afectara en absoluto.

—No sé qué sufrimiento has atravesado, ni qué tormentos has vivido —dijo Oreyet, su voz firme y serena—, pero en este momento no estoy interesado. Así que, gracias y adiós.

Las palabras de Oreyet dejaron a Reur sin aliento, un vacío se instaló entre ellos, pero aún así, su determinación no flaqueó. No lo dejaría en paz.