Dragos | Serie: Sangre de dragón

CAPÍTULO 3

HALLE

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Bebo un poco de té de manzanilla y suelto un hondeado suspiro. Las personas van y vienen en media avenida. No pude hacerle la entrevista a uno de los hermanos D. Imaginé hacerla con Dawson, pero nunca pensé encontrar a Dragos ahí. Por lo general, está en la compañía, tomando su papel de presidente. Me sorprendió su aparición repentina.

Mi primer amor de niñez.

—¿Halle?

Elevo la mirada, encontrándome con Patrick, mi mejor amigo de la secundaria. Lleva una malteada en su mano. Él también está en la misma universidad que yo. Estudia lenguas.

—Parece que no te fue bien.

Ni que lo diga.

Lanzo un suspiro profundo y bebo un poco de té.

—Siento como si hubiera aterrizado en algo que no debía —declaro, recordando la invitación para el dichoso evento—. Este día, es de mala suerte.

Ríe y se sienta enfrente de mí, dejando su mochila guindada en el respaldar de la silla.

—¿Pasó algo?

—Me encontré con mi viejo amor de infancia.

—¿En serio? ¿El chico que dijiste que ibas atrapar?

—Por favor, deja de repetírmelo. No quiero recordarlo —refuto en un suspiro. Sí, a él le conté de mi pasado vergonzoso, por una apuesta que hicimos en la secundaria—. Ha cambiado demasiado.

—Todos los hombres cambiamos, Halle —concuerda, sonriendo—. ¿Sigues sintiendo algo por él?

¿Sentir algo por ese tipo? ¿Por Dragos?

“Sigo esperando a una pequeña que dijo quererme atrapar, venga y cumpla su palabra”.

¡Es totalmente diferente! Es un seductor. Signo de mujeriego moja bragas.

—No —contesto rotundamente—. No puedo enamorarme de uno de los hermanos D.

—¡¿Hermanos D?!

Ups, lo solté.

Lo miro apenada. Él no sabía que mi primer amor, era uno de los hermanos D. Sonrío leve, como una disculpa.

—¿Conoces a los hermanos D?

—Bueno sí, solo de pequeña. En la actualidad, somos desconoci….

—¡Eres amiga de la familia Klein! No puedo creerlo, Halle.

Le algo una señal con mis dedos para que baje el volumen. No deseo que sepan que tengo conexión con esos hermanos. Frunzo mi frente y lo miro bien ceñuda, igual que él. ¿Es normal que esté de ese modo? No. Los hermanos D, son muy reconocidos en todo el país. Es por la empresa de su familia. Sin embargo, hay muchos rumores. Desde los más oscuros, siniestros y raros. Uno de ellos, es…

—¿Tienen cuernos escondidos? —pregunta Patrick robándome el recuerdo—. ¿Rabos? ¿No son demonios? ¿Y en la luna? ¿No se convierten en lobos? También, he escuchado que son hombres lobos.

Eso mismo.

—No son hombres lobos, ni tienen rabos, ni son demonios, ni nada parecido a eso —replico, bebiendo un trago de té—. Son personas normales, como tú y yo.

—¿Y lo del harem con niñas pequeñas?

¿También dicen eso de ellos?

—No tienen ningún harem. Mucho peor con niñas. —Entorno los ojos. Escucharlo suena ridículo—. Deberías dejar a un lado, todos esos rumores sin fundamentos.

Él absorbe de su pajita la malteada y sigue mirándome con curiosidad.

—Ellos….

—Son normales, Patrick —insisto—. Solo somos amigos de infancia que recién se encuentran.

—¿Por qué? Tú estás desde la secundaria y…

—Los he estado evitando —intervengo, contestando a sus dudas—. No quiero vincularme con ellos.

Así de fácil.

Soy una chica universitaria sin lujos o dinero que gastar. Aparte, tuve vergüenza en reunirme con Dragos. Solo fui hasta ellos, por el proyecto de la universidad. Una entrevista con un empresario, no importa de la clase de empresa, pero busqué al pez más gordo.

Así, podré llevarme la nota más alta.

—Eres una mujer suertuda.

—¿Lo soy? —cuestiono—. Lo dudo.

Necesito entrevistar a uno de los hermanos D. Así, tendré asegurada una calificación dorada. ¿Ir a la empresa Klein? No me gusta la idea de encontrarme con Dragos. Más aún, si es el presidente.

Suspiro de estrés.

—¿Por qué…

—Tengo que entrevistar a un empresario —declaro con una mirada decidida—. Debe ser a uno de los hermanos D.

Él agranda los ojos de sorpresa.

—¡Con razón! Ahora, comprendo —indica sorprendido—. Si lo consigues, tendrás una nota bien alta de tu salón.

Afirmo con la cabeza.

—¿Una idea?

—Vamos a la empresa Klein —dice sonriendo emocionado—. Puedo acompañarte hasta allá. Así, tendrás una entrevista con los hermanos D. ¿Con cuál sería? ¿Dawson? ¿Dragos?




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