DRAGOS
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Muy divertido.
O eso viene a mi nombre al ver la expresión de la pequeña conejita. Mi amiga de infancia, es una chica seria. Justo lo que busco en las personas que trabajan para mí. No deseo encontrarme con mujeres que solo quieren llevarme a la casa. Muy aburrido. Si eso desearía, hace tiempo, hubiera agarrado a una mujer para complacer mis deseos oscuros.
Sin embargo, en este momento, quiero estar tranquilo.
Tenerla trabajando a mi lado, es una buena idea. De paso, quito lo aburrido que estoy. Sonrío y en mi mente, llega un recuerdo que se planta, igual que una abeja en miel.
—¡Me gustas mucho, Dragos! —exclamó mi pequeña amiga con una expresión bien adusta—. Seré tu esposa en el futuro.
Sus palabras, hicieron que ría con muchas ganas.
Ella dijo esa declaración, usando su ingenuidad de por medio. No sabía nada relacionado con la verdad de mi ser.
—Quisiera ver eso, Halle.
—¡Ya lo verás! O sino, te secuestraré —declaró con el tono lleno de burla. Reí ante descaro grande de su parte—. ¡No te rías! ¡Lo digo en serio!
—El secuestrar una persona, es un delito, Halle.
—¡No lo es! ¡Lo haría por amor!
Solté otra risa y le regalé una sonrisa sincera.
—Hagamos una cosa. Si creces y me gustas, te haré mi mujer —dije sin pensarlo. Todas las cosas que decían los niños, eran tonterías—. Mientras tanto, debes crecer y convertirte en una hermosa mujer.
—¡Bien! Pero….
—¿Pero?
—Si en ese tiempo, estás con otra mujer, te secuestraré —refutó con el ceño fruncido en su carita de niña—. ¡Te tendré!
Me tendrá.
Vuelvo a la realidad y la observo de soslayo. Se ha convertido en una mujer muy hermosa. Una universitaria de diecinueve años. Muy menor a mí. A un hombre que no es completo humano.
Cabello negro largo ondulado que cae por su cabeza de manera elegante, con unos ojos diferentes a los míos. Así es mi pequeña conejita que dijo tenerme. Sus facciones han cambiado. Ya no son de niña, sino de una chica hermosa. Sonrío. Me gusta la idea de su pureza a esa edad. ¿Espera al elegido? ¿O quizás……
Ya lo sabré.
Será divertido descubrirlo por mí mismo.