Drakkar: ignition

Capítulo 15: Las cosas que fueron, ya no serán

CAPITULO 15:

Las cosas que fueron, ya no serán

 

dos horas y quince minutos después abandone las duchas ya completamente limpia y libre de cualquier tipo de suciedad. Sentía que mi cara estaba hinchada de nuevo, pero era probablemente porque había pasado la mitad de ese tiempo llorando como una niña pequeña que se niega a creer que está a salvo sola en la oscuridad mientras que su mente le dice que los monstruos la devoraran; pero al igual que esa niña, yo tuve que aceptar que no había nada más que la cruel y triste oscuridad. Caleb había hecho aquello, yo no era una niña pequeña, hora y media de lágrimas habían sido suficiente para aceptarlo...o eso creía.

en mi camino de vuelta tome la ruta más larga con tal de no pasar por los campos de práctica, intentando evitar a toda costa encontrarme con alguno de los dos. ahora entendía a que venía su sonrisa maniática cuando la vi esa mañana y lo último que necesitaba era soportarla de nuevo. Tenía cosas que planear, cambios que hacer y no podía perder ni un maldito segundo más llorando por algo que ni siquiera me pertenecía.

me había tomado casi veinte minutos estar de regreso en mi tienda y me veía ridícula mirando hacia cada rincón como si alguno de los dos fuese a saltar sobre mí, Sin embargo, cuanto más me acercaba, más tranquilo se volvía todo. llegue a pensar que me mantendría a salvo de mis rivales imaginarios, pero una vez entre en mi zona de confort descubrí que los verdaderos enemigos te esperan en casa.

- te demoraste tomando esa ducha, Allison.

- hola, papa.

el líder, héroe de la humanidad, más fuerte de todos los ranger, terror de los dragones y el cabronazo más grande de toda la historia, ya que estamos hablando de sus logros, mi padre, estaba sentado encima de mi cama. se había tomado la "molestia" de revisar mi habitación completa y sostenía en sus manos una fotografía antigua que estaba segura de haber guardado en el fondo de mi baúl. Ahora, a la luz del día, se veía diferente. Su cabello negro, cubierto por canas estaba más largo de lo habitual, llegando a tocar sus hombros levemente, pero no era lacio ni caía sobre su rostro del mismo modo que el de Jason, padre tenía el pelo tan rizado como el mío, solo que los suyos nunca llegaban a ser tan pronunciados como los que yo tenía. El tono de su piel era de un color acaramelado claro, había sospechado durante años que mi familia paterna era descendiente de los ancestros llamados latinoamericanos, pero nadie nunca se dignó a darme una respuesta exacta, de hecho, solían evitar el tema, pero no muchos tenían ese tono de piel en la actualidad, no era algo que lograbas al broncearte con el sol. su tamaño oscilaba en los dos metros y su musculatura dejaba bien en claro que no desperdiciaba sus días detrás de una mesa tomando decisiones, papa entrenaba a diario...aunque no se en dónde. la verdad es que nunca nos parecimos mucho, pero entonces llegabas a esa parte de su cara donde las arrugas empezaban a notarse y las puertas de su alma eran tan cristalinas como el aire. sus ojos, bueno, quizás los míos, eran una copia exacta de los suyos. de un azul tan oscuro como el cielo nocturno en la noche más estrellada. un azul tan inusual que ni siquiera estaba segura de que fuesen sus ojos reales, siempre pensé que le ocurrió algo parecido a Carter, que la magia los cambio pero que en algún momento volverían a ser los que eran, sin embargo, allí estaban, tan reales como nada más, mirándome de frente...cansadamente.

- que necesitas? - pregunté con sequedad y procedí a guardar lo que pudo ser salvado de mi ropa.

- solo quería comprobar como estabas.

- Bastante bien, teniendo en cuenta que CASI muero a manos de un ranger, para luego pasar a CASI morir por un dragón y después CASI morir por un grupo de dragones, para luego pasar a ser humillada en frente de todo mi clan y ser golpeada por mi propio padre.

ally- me interrumpió con ese tono de advertencia y segundos después suspiro. para ser exactos tomo una enorme bocanada de aire y la dejo salir con fuerza. - sé que no la tuviste fácil, pero no puedo permitirme ser negligente, no con todas esas personas allá afuera que dependen de mi para protegerlos. No puedo dejar que mi propia hija rompa las reglas y quede impune.

- Claro! y tenías que romperme el labio en dos lugares diferentes. porque eso es muy lógico! ¿cierto, papa?

- rompiste el Tabú, Allison. no tenemos permitido subir a los antiguos edificios, nos exponemos a que nos encuentren. Tu sabia eso, sabias a lo que te exponías cuando lo hiciste.

- si quiera sabes por qué lo hice?

el silencio nos inundó en el lapso de tiempo en el cual me deshice de mi pullover, dejando al descubierto mis cicatrices, bueno, los restos de ellas. vio las marcas rojas donde habían estado las heridas en mi espalda, los cardenales en mi cuerpo, pero sus ojos se concentraron en la herida de mi hombro, había curado y aunque fuese pequeña, aun se podía notar la cicatriz. no importaba lo buena que fuese la magia de Gemma, esa la llevaría para siempre.

- Veo que la señorita McAllen hizo un buen trabajo con eso.

- si no hubiese subido no estaríamos teniendo esta conversación.

- podrías haberte rendido. te capturaron.

no- dije y me coloqué de vuelta el pullover. - no lo hicieron. escape y contra todo pronóstico escape de nuevo de Cane y aún más asombroso: logre escapar de un dragón y sus crías. No me atraparon, les demostré que no.




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