Drakkar: ignition

Capitulo 16: Sentimientos encontrados

CAPITULO 16:

Sentimientos encontrados

 

caminaba en silencio por los callejones del lado norte del refugio. a esas horas del mediodía la gente se encontraba cerca del área central, buscando algo que almorzar. por mi parte, pensaba que, si algo de cualquier tipo de constitución caía en mi estómago, saldría de vuelta por donde entro, sin ningún tipo de duda.

de todas formas, tenía que visitar a alguien que sabía que en ese momento no estaría almorzando, Carter.

la herrería, o casa de la familia Johnson, era uno de los edificios más grandes que tenía el refugio, poseía inmensas habitaciones casi siempre y un extenso patio donde exhibían sus mercancías, sin embargo, se encontraba en una de las áreas más alejadas, puesto a que muy pocos querían vivir al lado de la fragua. por ese motivo, Arthur Johnson se encargaba de mantenerla lejos de los demás habitantes del clan.

el herrero principal del negocio era en efecto Arthur, un hombre realmente escalofriante. solían haber leyendas de las armas que él y su padre hicieron para los primeros rangers, las armas que mataron a Ámbar y Koltten. sin embargo, el señor Johnson casi nunca atendía clientes, había muchos rumores, pero ninguna información en concreto. por ese motivo sus hijos llevaban casi todo el negocio, Albert y Carter.

como ya había mencionado, ambos eran muy buenos herreros. se diferenciaban en calidad y eficiencia, por decirlo de alguna manera. Albert era capaz de hacer increíble armamento de alta calidad y durabilidad, unas verdaderas joyas en las batallas contra dragones y rebeldes, sin embargo, Carter se especializaba en hacer armas eficaces, su lema era: una buena ofensiva es mejor que cualquier defensiva.

en ese momento no veía a Carter por ningún lado, su hermano mayor, por el contrario, trabajaba vigorosa y ruidosamente en el ambil con una concentración casi absoluta.

los dos apenas se parecían. poseían casi la misma estatura diferenciados apenas por un par de centímetros y su musculoso físico de Herrero era algo que se "forjaba en la familia" si saben lo que quiero decir. Albert tenía la piel de un color más claro que su hermano y su cabello era rizado, según creía recordar, más hacía ya mucho tiempo que él se había rapado la cabeza. su porte, igual de masculino, mostraba un tabique prominente y un mentón marcado que sobresaltaban en su rostro. su mandíbula cuadrada enmarcaba una boca carnosa que casi nunca había visto sonreír y sus ojos, aunque igual de profundos que los de su hermano menor, poseían un color chocolate oscuro, asemejándose al negro. 

realmente me aterrorizaba su carácter ya que, por algún motivo, Albert me había agarrado manía y siempre era duro conmigo.

gracias a su concentración fui capaz de recorrer todo el camino hasta situarme frente a él, antes de que detuviese su movimiento y alzase la vista para mirarme. su mirada no fue agradable, pero no parecía enojado tampoco así que estaba bien.

- Carter está en casa?

el no dijo nada, solo me observo de arriba a abajo durante un par de segundos en completo silencio. La presión de su mirada hacia que mi cuerpo quisiese encogerse y salir huyendo, pero no le hice. con lo testaruda que soy, le di mi propia versión de una mirada profunda. no iba a dejar que me intimidase.

- está de viaje- intento mentir y de no haber visto a Carter un par de días antes, estoy segura que le hubiese creado, pero...

- no mientas, Albert. tu hermano vino a visitarme nada más llegar al refugio. solo te pregunto por cortesía.

- para que lo quieres? - dijo al fin con la voz más grave que he escuchado a un joven de 25 años.

- es un asunto nuestro- respondí cruzándome de brazos.

- él se encuentra ocupado, no voy a permitir que lo molestes por algo insignificante cuando hay tanto trabajo.

no me gustaba mucho la idea de decirle al gran hermano mayor que su pequeño hermanito me regalo un conjunto de valkirias realmente raras sin ningún costo adicional. eso sonaba a problemas de los grandes y la verdad es que estaba hasta las narices de problemas. por eso solo suspire profundamente y me rendir a ...una verdad a medias...

- necesito equipamiento.

- yo podría hacerlo en su lugar.

- lo siento, Albert, pero solo tu hermano es capaz de ayudarme con lo que necesito, sin ofender.

había agregado la última parte cinco segundos antes de que sus ojos marrones se oscureciesen aún más. se había enojado, ¡Mierda! no quería enojarlo. estaba a punto de darle alguna de mis super ingeniosas respuestas cuando hablo.

- esta en la parte de atrás, no dejes que nadie te vea entrar.

y sin decir una palabra más prosiguió con su trabajo ignorándome por completo. no le agradecí, decidí que romper su concentración una segunda vez sería un plan suicida, así que solo di una mirada alrededor y cuando estuve segura de que nadie andaba cerca, me escabullí hacia la tienda.

Había estado en la tienda de los Johnson en varias ocasiones. no era nada del otro mundo, pero sí que era ENORME. los tres solían vivir juntos y necesitaban bastante espacio para almacenar las armaduras y los materiales con los que trabajaban.




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