Drakkar: ignition

Capitulo 19: Unilateral

CAPITULO 19:

Unilateral

 

Todo el camino hacia mi tienda fue en silencio. un largo e incómodo silencio. Caleb no dejaba de caminar detrás de mí, no demasiado cerca, pero tampoco lo suficientemente lejos como para que pudiese estirar mi brazo y no tocarle. lo tenía allí, a solo un par de pasos...era la primera vez desde el examen que ambos andábamos juntos, la primera vez que lo veía desde...que el rumor llego a mí.

lo mire disimuladamente sobre mi hombro, no esperaba encontrarle observándome fijamente y por un par de segundos me asuste de haber sido pillada, pero no tarde en darme cuenta que a pesar de que sus ojos me enfocaban, yo no estaba en el hilo de sus pensamientos. no sabía si eso debía aliviarme...o simplemente preocuparme. mas no tuve tiempo para divagar en esa idea ya que pronto estaríamos encontrándonos con mi pequeña tienda.

me detuve antes de entrar, una parte de mi esperando algo más que un adiós. pero...realmente quería que se quedase a hablar? ¿realmente tenía fuerzas para averiguar si lo que decían de él era cierto? 

- entonces…gracias. Por acompañarme- dije para intentar llamar su atención. sus ojos parecieron cobrar una pequeña chispa de vida al oírme hablar.

- te encuentras mejor? - pregunto secamente. 

asentí levemente y al parecer fue suficiente. lo vi dar media vuelta y empezar alejarse haciendo que esa pequeña parte de mi se retorciese en una agonía silenciosa. mordí mi labio para reprimir el impulso de llamarle e incité a mis pies a dar un giro para obligarme a entrar en mi tienda. sacudía mi cabeza intentando alejar el pensamiento de detenerle, iba a hacerlo...incluso me detuve y apreté los puños intentando contenerme, más el sonido de su voz detrás de mí fue lo que me hizo saltar.

- p.… podemos hablar un momento?

él había regresado

"obviamente o de lo contrario no le estarías viendo" me burle de mi propia sorpresa.

- Pierce? - me llamo al ver que yo no reaccionaba.

- Sí? - respondí como una tonta. al parecer mi reacción fue lo suficientemente graciosa ya que una leve sonrisa adorno su rostro momentáneamente.

- podemos hablar un momento? - repitió en un tono más relajado.

- c.…claro- me hice a un lado y abrí la puerta de mi tienda haciendo una leve brecha en la barrera. - quieres pasar o hablamos aquí?

pareció pensárselo por un par de segundos antes de decidirse y finalmente asentir para pasar junto a mi e introducirse en el interior de mi vivienda. yo me tome personalmente un momento para respirar y poner en orden las ideas, luego mire hacia el cielo para volver a repetir una plegaria silenciosa e incorporarme tras él.

Cane se hallaba en el centro de la habitación, mirándolo todo con seriedad, tal vez una pizca de curiosidad reluciendo entre mirada y mirada, posando sus cristalinos ojos en cada rincón posible del único lugar del refugio donde mis secretos se encontraban…donde mis sueños se acumulaban. su fijación en cómo eran mis cosas me dejaba algo incomoda, con absurdas ideas asaltando a mi mente. ideas que deseche con un simple movimiento de cabeza.

- no tienes muchos objetos personales- agrego más para sí que para mí, 

- nos hemos mudado tantas veces que ya no veo la necesidad de decorar un lugar como si fuese de mi propiedad. - aun así, me vi tontamente respondiéndole mientras me sentaba en mi cama.

- llevamos 6 meses en este lugar- agrego a la vez que se sentaba en una de las sillas frente a mí. - ese tiempo suficiente como para sentir que algo de todo esto te pertenece.

me encogí de hombros indiferente a su comentario. lo cierto era que poco me importaba tener algo mío, mi sueño no consistía en formar una familia y tener una casa adorable donde vivir todos juntos lejos del caos. yo planeaba luchar en el caos, no alejarme de él.

- tú tienes muchas pertenencias contigo? - pregunte más por hablar de algo que por curiosidad en sí, más su respuesta no fue la que esperaba.

- no. soy un ranger, si voy a morir en algún momento no quiero que mi hermana se vea en la necesidad de deshacerse de mis cosas.

por un momento la imagen de la pequeña alana vino a mi mente. Alana Cane, la hermana menor de Caleb. la había visto tan solo un par de veces en todos los años que vivíamos juntos. ella rara vez abandonaba su tienda. de melena rubia y lacia al igual que su hermano. delgada, de estatura promedio. ambos solían parecerse mucho, incluso creo recordar que la voz de ella era solo una versión más melodiosa y alegre que la de su hermano. solo había una pregunta que circulaba mi mente, ambos tendrían el mismo color de ojos. Hasta el momento nunca había sido capaz de averiguarlo. desde el primer momento en que la vi, Alana siempre ha llevado una venda sobre sus ojos. muchos afirman que es ciega, otros que tiene que ver con su magia. Caleb nunca ha desmentido ni uno ni lo otro y yo simplemente nunca he preguntado. Alana Cane...realmente una chica misteriosa, tan frágil, tan buena, tan ajena a los males del mundo…vi esa imagen romperse en pedazos…el dolor crecer en ella si Caleb simplemente desaparecía. solo pensar en esa escena hizo que un escalofrió recorriese mi cuerpo.




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