Drakkar: ignition

Capítulo 26: Quienes deciden el Futuro

CAPITULO 26

Quienes Deciden el Futuro

 

Estuvimos esperando a las afueras de la sala de reuniones durante más tiempo del que mi padre nos había ordenado. 2 soldados nos hacían compañía vigilando que no causásemos estragos, por lo visto ya me había ganado una reputación. a medida que pasaban los minutos mi amiga y yo veíamos entrar a los hombres más importantes que el clan del Este poseía.

- Alexandro Cavalierri- susurraba mi amiga al ver entrar a uno de esos hombres- Lucrecia Gómez, Vincent Denver, Amanda Blake...

- Vas a mencionar los nombres de todos los que pasen por la puerta? - le susurre molesta saliéndome de mis casillas. conocía muy bien a todas y cada una de esas personas, no necesitaba que me recordaran su presencia en una de las decisiones más importantes de mi vida.

- perdón- me susurro de vuelta y note que ella jugaba con sus manos nerviosamente- la espera me está matando.

- a mi igual- acepte dejando que un suspiro abandonase mis pulmones vaciando cada muestra de ansiedad de mi cuerpo

- ese no es...? - mi amiga apretó con fuerza mi brazo y dirigió mi atención a la persona que acababa de entrar por la puerta. por todos los cielos si no era el!

- William Zimmer- termine por ella y mi corazón se detuvo durante más de una fracción de segundo.

no me malinterpreten, mi corazón no se detuvo porque el sr Zimmer fuese un bombón, de hecho, era un anciano de más de 50 años, escaso de cabello, con unas cejas descuidadas y pobladas, nariz aguileña y rostro delgado, prácticamente huesudo. su increíble altura lo hacía destacar de todos los demás en el clan. Sin embargo, no era alguien que se dejase ver a menudo. William Zimmer no era conocido por su particularmente extraña apariencia, ni siquiera por ser un ermitaño misterioso y huraño, El Sr Zimmer era bien conocido por sus habilidades...sus tétricas habilidades...

- Srita Pierce- el sonido de su ronca y desgastada voz recorrido cada parte de mi cuerpo trayendo escalofríos y malas memorias a la superficie. - que...sorpresa volverla a ver.

- si...hola...Sr Zimmer. - tuve que aclarar mi garganta varias veces para poder dirigirle la palabra.

el hizo una pequeña reverencia para lograr quedar a mi altura, luego extendió la mano hacia mi mientras una sonrisa se forma en su rostro. debería parecer un gesto de cordialidad y educación...debería, pero bien sabía que no lo era. quizás me quede mirando su mano demasiado tiempo ya que la sonrisa se amplió dejando ver claramente sus maltratados dientes amarillentos.

- ¿Me dejara con la mano extendida, Srita? eso es ser descortés.

- déjese de juegos, Zimmer- me sorprendió incluso a mí la forma arisca de mi voz. pero seamos realistas. prefería volver a aquel edificio lleno de dragones y rebeldes locos antes que darle la mano al hombre frente a mí.

- auch! - recogió su mano e hizo un gesto de fingido dolor- tanto rechazo hiere mis sentimientos.

su risa aguda, para nada acorde a su aspecto, hizo que incluso los guardias se retorciesen en silencio. ese el efecto que él tenía.

- espero verla adentro...Allison

pronunciando mi nombre con un toque de añoranza dio media vuelta y paso junto a los soldados para adentrarse en la habitación. apenas salió de mi vista me vi en la necesidad de sacudir mi cuerpo quitando de mi piel la sensación de pequeños insectos caminado sobre mí. realmente ese hombre me asquea.

- el...que hace aquí? - pregunto Gemma con algo de miedo

- creo que lo mismo que estás pensando.

su cara perdió todo el color, imagino que la mía también. Bien conocidas eran las historias de aquellos que habían probado...las habilidades de Zimmer. Bien conocido era el hecho de que ninguno había salido cuerdo de ellas.

- Ally.

- tranquila. estaremos bien. - intente tranquilizarla, pero que demonios! yo necesitaba que alguien me tranquilizara.

- Srita Pierce, Srita McAllen? - nos llamó la voz de uno de los guardias desde el interior de la habitación- ya pueden pasar.

Ambas asentimos y tomando aire nos adentramos en aquel lugar.

"vamos allá. tú puedes" me dije a mi misma dándome ánimos a la vez que pasaba junto a los dos soldados que nos había estado vigilando y llegábamos a la habitación donde nos estaban esperando.

 Habían cambiado un poco su apariencia. varias sillas estaban a lo largo de la habitación, rodeando la misma y dejando un área despejada en el centro. los nobles del clan ocupaban dichos puestos, mi padre se sentaba justo entre los cráneos de Ámbar y Koltten, sabía que los nobles se sentarían más cercanos a en el disocian de sus relaciones políticas con él y los más alejados serian aquellos con el linaje más débil. no me sorprendió para nada que Elijah Bjerseng se sentase solo a 3 puestos de mi padre. la familia de la perra de Isora eran realmente personas a tomar en cuenta...y de seguro la opinión del Sr Bjerseng se tomaría muy en cuenta para este tema. 

El Sr Zimmer estaba de pie justo al lado de mi padre, clavando su mirada oscura en mi presencia, casi podía palpar las ganas que tenía el de ponerme las manos encima. Créanme cuando digo que algo sexual seria mucho menos peligroso que cualquiera de las cosas que pasaban por la cabeza de ese hombre.




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