Drakkar: ignition

Capítulo 29: La Prueba Final

CAPITULO 29:

La Prueba Final

 

Con la primera luz del alba todos los participantes se habían levantado y antes de que nadie en el clan hubiese empezado su marcha, ya nosotros nos dirigíamos a la salida sur en busca del entrenador Marcus para recibir las órdenes para empezar las pruebas.

había logrado dormir tan solo 3 horas cuando un soldado llamo a mi puerta despertándome para la prueba y tan solo 15 minutos después había llegado al área, en el exterior del muro donde ya casi todos mis compañeros se encontraban, acompañados de varios soldados y un grupo de rangers que comprobaban la formación.

varias miradas curiosas se dirigieron a mi encuentro una vez ocupe el lugar que me tocaba entre las filas. uno que otro murmullo llego a mis oídos, pero estaba tan cansada que casi todos fueron opacados por mis incesantes bostezos. 

para mi sorpresa, o no tan sorpresa, cuando estaba dando uno de esos profundos suspiros de los sueños sentí la llegada de varias presencias en mi dirección, proyectando una hostilidad que realmente me importaba lo mismo que un pepino.

- esto es solo para los participantes de la prueba- la molesta vocecita de Beatriz hizo acallar los murmullos en el área. ahora éramos un perfecto centro de atención de todos los presentes.

le dirigí una mirada perezosa, realmente no tenía ganas, ni tiempo de ocuparme de una persona tan insignificante como ella, pero obviamente solo tenía dos opciones: o la ignoraba y aguantaba sus incesantes comentarios arrogantes o le contestaba y le propinaba un poco de mis propios comentarios arrogantes…me decanté por la primera.

- metete en tus asuntos, Beatriz. - respondí llanamente, carente de cualquier emoción aparte del desinterés y esperé que fuese suficiente para hacerla dejarme en paz...pero obviamente eso no iba a pasar.

- la hereje se ha vuelto arrogante? - avanzo dos pasos hacia mi e intento empujarme con una de sus manos en una muestra de (¿existe un equivalente a la testosterona para mujeres?) superioridad.

sin embargo, el movimiento me pareció torpe y lento, por lo cual lo esquive sin problema alguno dando un paso hacia un lado.

- déjame en paz, Beatriz. no tengo el humor para jueguitos- volví a repetir desinteresadamente. sin embargo, ya empezaba a despertarme y dudaba mucho que mi humor fuese a mantenerse igual por más tiempo

- ninguno de nosotros tiene tiempo para jueguitos, Allison- escupió mi nombre como si de veneno se tratase. - lárgate ahora sin montar un numerito y no nos obligues a sacarte de aquí a patadas.

me reí, cínicamente. fue una risa tan fría que de no haber sido yo misma la que la hacía me hubiese provocado escalofríos. pero simplemente me producía gracia que ella pensase que alguno de los presentes por debajo del rango ranger podría conmigo en el estado en que estaba. me reí...si, lo hice, durante un par de segundos y esa llama en mí, que últimamente parecía encenderse a menudo, dio un par de golpecitos leves en las puertas de mi cordura.

- necesitarías a 10 como tú para hacerme retroceder y aun así no serían suficientes.

- limpie el piso contigo una vez. hacerlo de nuevo seria como dar un paseo por el parque.

ella había anchado su pecho y se había acercado tanto que si hubiese intentado besarla no habría tenido que hacer el menor esfuerzo. por desgracia para ella, un beso no fue lo primero que me vino a la mente cuando me pare de igual forma encarando su bravuconería barata.

- quieres apostar? - fue solo un susurro. el más aterrador que había dado en mi vida. pero estaba tan segura como que me llamaba Allison, de que si ella hacia el menor intento por levantarme la mano, sería la última vez que la utilizase en lo absoluto.

- ocurre algo, Señoritas?

la voz del entrenador Marcus nos interrumpió desde su habitual posición delante de las filas. era obvio para el que ambas estábamos en una especie de disputa, pero era una de esas preguntas que tenían como objetivo hacernos callar. 

- aquí, Allison presente, ha osado venir a la prueba a pesar de que le ha sido estrictamente prohibido- la sonrisa de victoria en su cara fue exquisita, de esas que enseñan la satisfacción completa de una persona, pero más exquisita fue su reacción cuando el profesor hablo.

- la srita Pierce tiene permiso para participar en el examen ranger. - afirmo el entrenador- así que haga el favor de volver a su puesto si no quiere ser usted la que sea expulsada.

por un par de segundos quedo completamente atontada. en sus enormes ojos marrones brillo la confusión antes de voltearse a mirarme de nuevo. muy a pesar de lo que todos hubiesen esperado, yo no sonreía, hoy no me apetecía burlarme de la señorita heroína.

- esta sorda, srita Singh? - grito el entrenador- mueva su maldito trasero de regreso a su fila.

- sí señor- se apresuró a decir ella aun confundida para rápidamente regresar junto a sus acompañantes a sus respectivos puestos.

respiré exasperada cuando me vi sola de nuevo en mi lugar, aun siendo el centro de atención de varios incautos. 

- se nota que es la hija del jefe- susurro alguien a mis espaldas.




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