Capítulo 53: Campaña electoral
—¿Tú crees que ella esté haciendo todo esto por mí? —pregunté, mientras le daba un sorbo a mi bebida— Es decir, no me sorprendería que fuese así porque ella ha demostrado ser irracional en ocasiones, pero no tiene sentido que se sienta amenazada por mí. Si es que se siente amenazada, tal vez sólo es la imaginación de Johnny... pero después están ese grupo de porristas que sonaban tan seguras sobre el tema, que aseguraban que yo iba a postularme para presidenta aunque obviamente no es cierto, que... No he dejado de hablar de Riley desde que llegamos —dije, sintiéndome repentinamente como una idiota. Habíamos llegado hacía una media hora y en lugar de hablar con Nick sobre cosas verdaderamente importantes, me la pasé hablando sobre una idiota que resulta ser su ex novia. ¡Bien, Scarlett!—. Lo lamento.
—No, mira, lo comprendo —dijo él, acercándose un poco hasta tomar mis manos—. Sé que esto te está molestando, es sólo que creí que esto sería bueno para que nos despejemos y... no parece estar funcionando.
—Y fue muy dulce de tu parte hacer esto por mí —me arrebaté en decir, pasando mis brazos sobre su cuello para acercarlo a mí—, así que tienes mi autorización de tirarme del árbol si sigo hablando sobre ella.
—Es bueno saber que tengo opciones —río Nick, y tomó mi barbilla para plantarme un beso—. Sé que serán sólo dos semanas, pero no me agrada la idea de que te quedes aquí sola. Nadie debería pasar las festividades solo.
—Y no lo haré, de verdad. Te sorprendería la cantidad de gente que se queda en Ridgewell en esta época, debemos ser al menos unos cincuenta y Monroe se encarga de hacer una fiesta todos los años para que estemos juntos —me encogí de hombros—. Al principio, la primera vez, fue incómodo; no conocía a nadie y todo el mundo me juzgaba por el rumor que Chanel... como sea. Summer se quedó aquí en esas fiestas, fue un tiempo después de que Heather nos propusiera la idea de unirnos en una radio por "la fortaleza de nuestras voces", y nadie le había dado el sí definitivo aún. Ella se acercó a mí en la fiesta de Navidad y empezamos a hablar sobre la idea de la radio, y a medida que transcurría la noche y más conocía a Summer, esa idea sonaba cada vez menos como una locura. Para el final de la fiesta, las dos nos habíamos vuelto amigas.
—¿Así es cómo decidiste entrar al Club?
—Gracias a Summer —sonreí—. Al año siguiente surgió "Claire's Mind" gracias a que Wesley, a quien ya conocía después de largos meses en la radio, debió quedarse a pasar las fiestas aquí. Realmente me agrada quedarme aquí, y nunca estoy realmente sola. Quien sabe, quizás ahora conozca a alguien que me invite a hacer mi propio programa televisivo o algo por el estilo.
***
Llegó el domingo, entre lloriqueos de Summer y las amenazas de Patrick a Johnny porque el último se negaba a hacer las maletas, y en unas pocas horas debía comenzar a despedir a mis amigos uno por uno hasta que volviesen en dos semanas. La mañana del domingo, después de que Summer me despertara debido al insoportable sonido que provocaba abriendo y cerrando cajones y corriendo de aquí para allá, recibí un mensaje de Chanel pidiéndome que me pase por su habitación antes de ir a despedir a los chicos. Y lo extraño de la situación es que ya no se me erizaban los pelos de la nuca del susto cada vez que escuchaba su nombre ni sentía esa irrevocable necesidad de golpearle la nariz cuando le veía la cara, sentimiento que se fue extendiendo por el grupo a medida que pasaban los días y todos nos acostumbrábamos a esta "Chanel 2.0" que no nos insultaba porque el color de nuestro conjunto no combinaba ni nos escupía sus tan famosos comentarios sarcásticos-agresivos a los rostros.
—¿Has decidido que le dirás? —preguntó Summer, mientras me vestía para dirigirme a su habitación.
—Si, le diré que no. No necesito agregar más obligaciones a mi lista y... no lo se, sólo quiero sobrevivir a este año escolar en una pieza. Postularme para Presidenta sólo lograría que Riley tenga otro motivo para querer pisarme la cabeza.
—Pienso que es lo correcto —asiente la rubia—. Aunque admítelo, sería divertidísimo ver como Riley se atraganta con su propio veneno al perder contra ti.
La cuestión era la siguiente: Chanel había salido con la idea de que debía postularme para Presidenta para hacerle batalla a Riley, y me aseguraba que tenía a más de medio colegio asegurándome su voto si lo decidía. Mi respuesta fue, desde luego, un no rotundo, pero "sorpresivamente" el rumor de que acababa de iniciar mi campaña electoral se propagó como dinamita, tanto así que para esa misma tarde tenía prendido a mi camisa un botón con mi rostro y el lema "Vote a Scarlett", el cual aún no sé de donde salió. Le prometí a Chanel que me daría hasta el domingo para pensarlo, pero los contras se agolparon más rápido que los pros y hoy estaba lista para darle mi respuesta definitiva.
—Hola. —sonríe Chanel al abrir la puerta.
—No.
La sonrisa se le esfumó tan pronto como apareció y rodó los ojos hacia arriba como si estuviese pensando que soy una completa estúpida, luego dio un paso hacia atrás para dejarme entrar a la habitación. Al entrar, observé que la segunda cama, perteneciente a Molly, estaba totalmente vacía.
—¿Ya se fue Molly?
—No lo sabría, se cambió de la habitación hace una semana —dijo elevando su mentón, pero pude notar que su voz se quebró. Carraspeó, restándole importancia, y me miró expectante—. ¿Puedes decirme por qué no?
—Porque no lo necesito. Ni tú tampoco. Entiendo que quieras alguna forma de venganza por lo que ella te hizo, pero...
—Entiendo. No esperaba que dijeses que si en realidad, sólo se me ocurrió como una posibilidad —me interrumpió, y se sentó clavando la mirada al suelo—. Se me está haciendo difícil tratar de no culparla a ella por todo, ¿sabes? Podría pensar que Riley es la culpable de todos mis males, pero yo sé que yo fui quien se hizo esto a si misma.