Capítulo 58: Regresos
—Te extrañé tanto que creo que voy a llorar, nunca más nos separaremos, bebé. —dramatizó Johnny cuando abrí la puerta de mi habitación, y sin pensarlo salté a abrazarlo con fuerza.
Freddie sonreía desde la cama de Summer al ver entrar a Johnny conmigo colgada a él como un koala.
—Y ahí se fue la tranquilidad. —negó Summer con la cabeza.
—¡Gracias a Dios! No tienes idea de lo mucho que me he aburrido durante estas semanas. Ni siquiera pude caminar en mi casa con zapatos porque mi madre me gritaba que le iba a arruinar el perfecto encerado. —resopla Johnny, moviendo un mechón de su cabello al hacerlo.
—Debo disentir, porque estas vacaciones han sido perfectas. —dice Summer, separando la última palabra en sílabas.
—Si, me pregunto por qué será eso...
—¿Qué estas insinuando? —le pregunta la rubia a mi mejor amigo, entrecerrando los ojos.
—Estoy diciendo que tus vacaciones han sido perfectas por que tú y Patrick han estado teniendo s...
—¡Basta! —dije riendo, golpeando las manos de Johnny antes de que pudiera terminar su gesto obsceno.
Summer le respondió con otro gesto obsceno y así fue como pronto se abalanzaron uno sobre el otro dispuestos a tirarse del cabello hasta que alguno de los dos llore. Sobre mi cama, mi teléfono comenzó a vibrar mientras el nombre de Patrick se hacía visible en la pantalla.
—Uy, pero si no es el hombre de la hora —reí, y presioné el botón de aceptar llamada—. Hola, patán.
—¡Hola, Carlitos!
—¿No planeas venir a saludar?
—Por supuesto, por eso te llamo. Espera, ¿qué es ese sonido? —pregunta, luego de que Johnny le golpeara a Summer un seno con su codo sin querer, por lo que la voz de la rubia se acababa de transformar en la de un monstruo mientras le gritaba que acabaría con él— ¿Estás con los chicos?
—Si, acaba de llegar Johnny hace como tres minutos así que te imaginarás el resto...
—Ponme en altavoz —pidió, y así lo hice—. ¿Pueden dejar eso y escucharme?
—Claro, cariño. —dijo Summer, sentándose al lado de Freddie mientras mi mejor amigo se levantaba del suelo masajeándose la cabeza.
—Tenemos pase libre hasta las diez de la noche, así que los espero en Ronnie's en diez minutos. Y por cierto, Scarlett, Nick estará ahí.
—¡¿Ya llegó!? —exclamé, pero él ya había colgado.
Salté sobre Freddie para dirigirme hacia el baño y en menos de cinco minutos ya me había sacado el pijama y estaba maquillándome mientras Summer me trenzaba el cabello, lo que causaba risas en mis dos amigos. Vamos, dos semanas son mucho tiempo.
Eran las siete y veinte y nosotros entrábamos al local que ahora se encontraba repleto de recién llegados de Ridgewell, lo que dificultaba la misión de distinguir a Patrick en el tumulto. Una mano se eleva en el aire y el rostro de mi castaño amigo pronto aparece visible, pero a medida que nos acercamos más es notable la falta de Nick en el lugar.
—Tranquila, llegará. —dijo Pat leyéndome la mente cuando se aproximó a abrazarme.
—Me alegra volver a verte. —susurré. Patrick siempre tuvo la habilidad de leerme el pensamiento, cosa que atribuyo a los años de amistad compartida, aunque no significa que no me impresionara cada vez que lo hacía.
—¡Por favor, pueden dejar de besarse! Literalmente, literalmente acaban de bajar del avión juntos.
—Creo que alguien está gruñón. —dijo Summer mientras abrazaba a su novio, picando con el dedo a Johnny.
—Falta de sexo.
Todos miramos a Freddie, quien asentía con la cabeza reafirmando lo que acababa de decir, mientras que el rubio se hundía en su silla tanto como fuese posible.
—¿Es en serio? —preguntó Pat entre risas.
Sin embargo, mis ojos volaron hacia el otro extremo del local, donde Riley Piper acababa de entrar agarrada del brazo de mi novio. Podía sentir como la ira comenzaba a hacer ebullición dentro de mí, a punto de explotar. Durante todo el día había esperado un mensaje de Nick, me sentía realmente ansiosa por volver a verlo, y no sólo llegó sin haberme avisado, sino que está hablando con su ex novia sin preocuparse por sacársela de encima.
En el segundo en el que iba a levantarme a golpearla, el brazo de Johnny rodea mi espalda y tira suavemente de mí hacia su cuerpo. Cuando me doy vuelta para verlo, sorprendida, él me niega suavemente con la cabeza.
—No lo hagas. Ella no vale la pena, Zanahoria.
—Dios, te extrañé. —le contesté, dándole un abrazo genuino.
Mis amigos seguían hablando sobre sexo, sólo que ahora el sujeto en cuestión era Freddie, por lo que no me interesaba demasiado el tema. Volví a dirigir mi vista hacia la puerta del local, y entonces me encontré con una escena diferente: se habían dirigido afuera, y desde mi posición podía verlos a través del vidrio. Nick agarraba por los hombros a Riley, podía notar que estaba enojado con ella por algún motivo, y la chica encogía el cuerpo tratando de parecer indefensa.
Unos segundos más tarde, Chanel apareció junto a Lydia, y se ubicó al frente de Riley sin importarle la conversación para agarrar al chico del brazo y dirigirse al interior del local.
—No hagas que te lo repita —escuché que decía Chanel, y al captar mi mirada me dirigió una sonrisa—. ¡Miren a quien me encontré!
Tan pronto cuanto lo tuve frente a mí, mis pensamientos sobre la escena que acababa de presenciar se esfumaron y lo único en lo que pude pensar fue en la forma en la que mi corazón latía desbocado en mi pecho.
Me levanté para abrazarlo de inmediato, y el calor de sus brazos me hizo sentir reconfortada. Y querida. Apoyé mi cabeza en su pecho y el olor de su fragancia me inundó las fosas nasales, pero no fue hasta que me tomó de los costados de la cara y me besó que lo supe.
Así se sentía estar enamorada.
—Guarden un poco para esta noche, chicos. —rió Chanel, quien acababa de tomar una silla de otra mesa y colocarla entre Lydia y Johnny. Summer, quien definitivamente se empezó a sentir más cómoda estando alrededor de la rubia ex porrista, comentó que observaba que Chanel se encontraba de buen humor.