Capítulo 75: Primeras impresiones
Estaba aterrada.
A mi alrededor, todo el mundo había cortado la conversación en el minuto en el que llegaron los platos de comida, pero yo apenas si había tocado mi pizza. Observaba como mi padre devoraba su plato de pasta sin ningún remordimiento, y sentía como se me cerraba aún más el estómago.
Nick, sentado a mi lado, notó mi comportamiento. Comenzó a pasar su mano sobre mi espalda en un intento de calmarme, ya que estaba totalmente erguida en la silla.
—¿Ocurre algo? —me preguntó, acercándose a mi oído y causando que una corriente eléctrica pase por todo mi cuerpo.
—Nunca antes conocí a la familia de mi novio. —le contesté, frotándome un poco el codo.
Nunca antes había tenido un novio, en realidad. Nunca nada tan serio como para que decidieran que debía conocer a su familia, así que no tenía ni idea de cómo actuar. Me sudaban las palmas de las manos, por lo que las frotaba sobre el pantalón de jean de vez en cuando.
—No deberías preocuparte. Creo que ya te ganaste a mi madre. —me dijo con esa encantadora sonrisa.
—¿Hace mucho actuas, Scarlett? —preguntó Thomas, el padre de Nick. Louise, su mamá, dejó de comer y me observó con interés.
—Cuatro años. Desde que vine a Ridgewell. Fui a ballet cuando era pequeña, y luego a canto y comedia musical, pero no había actuado realmente hasta ese entonces.
—Tienes todo un talento. —acotó Louise, por lo que le dediqué una amplia sonrisa.
—También la aceptaron en NYU el año entrante para estudiar artes escénicas.
—Papá... —murmuré.
—Nos contó Nick —dijo su madre—. ¡Qué coincidencias!
En realidad, no era ninguna coincidencia. New York University era algo así como la universidad a la que van todos los buenos estudiantes de Ridgewell, y por ello siempre estan buscando talentos en el instituto.
—Menos mal, sino mi hermano estaría con el corazón roto de estar lejos de su Scarlett —exclamó Evanna, quien llevó una mano a su pecho. La miré curiosa, pero no tuve evitar reír al ver a Nick ponerse completamente rojo—. ¿Qué? Es verdad. No dejó de hablar de tí durante las vacaciones. Estaba miserable.
—Bueno, yo también lo extrañé. —le dije a la chica, acariciando la mejilla de mi novio. El me sonrió, con esa atractiva sonrisa en la que sube solo una comisura de los labios.
Realmente quería besarlo.
"Pero te controlas. No podemos hacer el ridículo delante de sus padres, niña" gruñó Pepe el grillo.
Tampoco es como si pensara realmente hacerlo.
—Nick me dijo que es contratista, señor Rogers.
—Llámame Thomas —dijo él, moviendo la mano y restándole importancia—. Y si, lo he sido desde que tengo quince años, al igual que mi padre. Yo me hice cargo de la empresa junto a él, es por eso que no terminé la secundaria a tiempo.
Asentí con la cabeza. Nick me había contado esa historia antes: básicamente, él quería darle a sus hijos todo lo que él no había podido tener, por lo que no presionaba a ninguno con seguir en la empresa familiar.
Su madre, por otro lado, tenía un buffet de abogados junto al padre de Riley Piper. Razón por la cual Nick se sentía reacio a terminar con la chica, por temor a la reacción del padre: al parecer, ella era toda una niñita de papá.
—Y cuéntame, Lily —dijo Louise a mi madre, quien insistió en que la llamase así—, ¿en donde estudiaste?
Me perdí en mis pensamientos, ignorando completamente la conversación. Sin embargo, mi mente no voló muy alto porque rápidamente Evanna llamó mi atención preguntándome por mi disfraz del baile de bienvenida. El baile de bienvenida.
—Me contó Nick que fuiste Katniss —dijo, elevando un poco la ceja izquierda—. Dime, ¿eres posser o leíste los libros?
—No se lo que signifique lo otro, pero los leí. De hecho, los leí en un fin de semana antes de que se estrene Sinsajo parte 1.
La mirada de la chica se iluminó, y pronto se encontró preguntandome cuál era mi personaje favorito, mi libro favorito, la muerte más dolorosa.
—Puedes decir mucho de una persona según cuál muerte le dolió más. —puntualizó.
—Quisiera decir que fue Finnick, porque me dolió, pero fue Prim. Mi corazón se detuvo cuando menciona la colita de pato en el bombardeo. Tuve que dejar de leer por horas porque no dejaba de lloriquear. —negué con la cabeza.
La chica me observó con los ojos vidriosos, y asintió. Luego prosiguió a enumerar una lista de cual era su top 5.
—También le gusta Harry Potter. —murmuró Nick como si estuviera contando un secreto.
La chica, que hasta el momento parecía estar en esa actitud de típica adolescente desinteresada, dejó escapar un grito agudo digno de Summer y me tomó por los brazos.
—Esta chica es oro. No la pierdas, o te patearé. —amenazó al hermano, apuntándolo con el dedo, lo que hizo carcajearme.
Conversamos un rato sobre la saga, hasta que su madre nos interrumpió para preguntar sobre la obra escolar. El hombre parecía realmente sorprendido por nuestra actuación, lo que me halagaba más allá de las palabras.
—No sabíamos que Nick cantara tan bien. —admitió mi madre, ya que no lo había escuchado con anterioridad.
—Desde los cinco años que toca el piano, descubrimos que tenía buena voz a temprana edad. —dijo Louise, y yo codeé a Nick, mirándolo con sorpresa.
Él no me había contado eso. Sólo sabía que le gustaba muchísimo la guitarra, y que en su tiempo libre disfrutaba de la música, pero piano...
—Tan pronto como comencé a jugar futbol americano, dejé de tocar el piano —refutó encogiendose de hombros—. Mi madre realmente deseaba que fuese músico.
—Y mirate ahora, todo un John Travolta —rió la mujer, lanzandole un beso a su hijo desde el otro lado de la mesa—. Quedamos totalmente impresionados por la crítica de Byrnes.
—También nosotros. Ni siquiera sabíamos que vendría, Heather casi se desmaya al enterarse. —comentó Nick. Y eso era cierto.