Drama Queen

Capítulo 79: Johnny Becker, un atleta

Capítulo 79: Johnny Becker, un atleta

—No sabes, no sabes. —chilló Summer, viniendo hacia mí prácticamente corriendo mientras Lydia Hale se agarraba el costado detrás suyo, agitadamente.

Estabamos en el medio del pasillo, recién finalizaba la primera hora de clases y tenía mi mente ocupada pensando en el examen de literatura que tendría en la siguiente clase. Y estaba asustadísima porque no pude terminar el libro, faltándome cuarenta páginas para el final. ¿Y si me preguntaba al respecto? Estaría muerta.

Mis pensamientos caóticos se vieron interrumpidos de sopetón por la rubia, que daba saltitos alternando un pie y el otro. La morena se acercó lentamente y fue cuando llegó que puso su mano sobre la boca de Summer, callándola y dedicándome una sonrisa.

—Está emocionada.

—Ya lo veo. ¿Qué ocurrió?

—¡Que asco! —gritó Lydia, sacando su mano y secándola en su pantalón. Summer había intentado hablar, y al hacerlo, babeó toda la mano de la otra. Ahora reía agarrándose el estómago.

—Johnny —dijo Summer, tomándome por los codos—. Besó a Chanel. En medio de clase. Todo el mundo perdió la cabeza.

Yo negué lentamente y seguí caminando. Me resultaba difícil creer que ella haya interrumpido mi momento de tensión crítica para chismear acerca de mi mejor amigo. Además, la gente siempre va a hablar, hagas lo que hagas.

—Ellos ya se habían besado antes.

—Lo sé, pero ésta vez es diferente.

—¿Cómo?

—Ahora están de novios. —me dijo en confidencialidad, y ahí me paré de sopetón.

—¿Cómo lo sabes?

—Me lo dijo él.

Esta vez, no fui capaz de disimular mi asombro.

Era raro si pensaba al respecto, porque ellos ya compartían un vínculo especial: iban a tener un hijo. Eso, de alguna forma u otra, une a dos personas por más que quieran o no.

El alboroto venía del hecho de que Chanel no había tenido otro novio además de Leonard, y esta vez era nada más y nada menos que Johnny Becker, reconocido rompe-corazones.

Durante un tiempo entre segundo y tercero, el chico no dejaba de salir con chicas. Algunas menores, la mayoría de nuestra edad y pocas mayores a él, y todas parecían aceptar que mi amigo saliera con ellas por un breve período de tiempo y luego todo terminara. No me malinterpreten, él no era de la clase de tipo que usa a las mujeres y luego las deja, sino que él era el que resultaba dejado, o había un mutuo acuerdo de no involucrarse demasiado y divertirse.

A diferencia de Drake Murphy, que era de la clase de chicos que te usaba y te tiraba como una toallita para las manos.

—¿Alguna vez tuvo una novia? —preguntó Lydia con interés.

—Un par, pero nunca nada serio o que haya durado más que dos semanas. Pero esta vez presiento que será diferente.

—¿Diferente cómo? Es Chanel de quién hablamos.

—Exacto. Después de Leonard, nunca más se dejó usar por un chico.

Literalmente, se dedicó a espantar a cualquier interesado. Era como si huyera al romance, y la verdad es que no puedo culparla, en realidad. Lo que hizo Leonard con ella (con nosotras) estuvo jodido.

—¡Hola! —gritó Chanel detrás nuestro, y las tres pegamos un grito ensordecedor. La chica dio la vuelta, rodeándonos hasta quedar frente nuestro, y nos miró desaprobatoriamente— Con que hablando sobre mi, eh...

—Lo siento, pero todo el mundo estaba hablando sobre ti. ¿Johnny?

—Si, Lydia. Johnny —respondió, cruzandose de brazos y dandole una sonrisa espléndida—. Admítelo, es un espécimen hermoso.

¿Espécimen? ¿Por qué hablaba de él como si fuera un mono, o una mariposa, o algo por el estilo? No pude evitar reír.

—No existe persona más bella que mi mejor amigo. —canturrée yo, casi retando a Lydia a contradecirme. Pero esa era una mentira absoluta, porque Nick...

—Siempre me pareció atractivo, obviamente, pero decían que era un jugador...

Y pensar que eran las mujeres las que jugaban con él, dejándolo la mayoría de las veces completamente dolido. Por que, vamos, no se van a creer que el jugador siempre es el hombre, ¿o si?

No. La primera vez que conocí a Johnny fue en una de las primeras prácticas de porristas, cuando me dijo una de esas frases de ligue como "te vi a lo lejos y supe que eras la indicada para mí" o cosas así. Y yo me limité a reír y mandarlo a volar.

Desde luego que me parecía atractivo, porque hay que ser ciego para no ver eso, pero no estaba interesada en salir con nadie y él no sería (ni fue) la excepción.

—¿Estas segura, pelirroja? —preguntó él con un tono coqueto impropio de su persona, años atrás.

—Absolutamente. Creo que esta vez paso... ¿cómo era?

—Johnny Becker para ti, mademoiselle.

—Bien. Esta vez paso, Johnny Becker. —dije, y palmeé su hombro antes de correr hacia las duchas.

El resto de las chicas bromeaban sobre que era la más reciente conquista del chico, que al parecer había tratado con cada una de las porristas y algunas habían cedido ante sus encantos, pero pocas querían hablar al respecto.

El por qué tenía tan poca suerte con las mujeres era y aún es un absoluto misterio. Johnny tenía encanto, carisma, atractivo... supongo que el problema era que tenía la mente enfocada en alguien más, alguien en específico que no iba a hacerle caso.

Hasta que llegó el baile de bienvenida del último año, y todo cambió.

—Debo irme. —comenté, de vuelta en la realidad. El timbre acababa de sonar, y eso significaba que era hora de dar el exámen de Literatura.

—¡Suerte, Simba! —me gritó Summer, y yo saludé con la mano pero ya estaba correteando por el pasillo rumbo a esa aula en específico.

***

—Hola, Zanahoria.

Me di vuelta y observé como Johnny se sentaba a mi lado, en la mesa vacía. Había venido a tomar un café a la cafetería, puesto que anoche apenas si había dormido e iba a caer desmayada del cansancio en cualquier minuto.

—Pero si es el hombre de la hora. —bromeé, y él apretó mi nariz mientras me sacaba la lengua.



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En el texto hay: humor, romance, drama amor

Editado: 22.01.2021

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