Drawn | Serie: Sangre de dragón

CAPÍTULO 1

DRAWN

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Muevo mi esfero y echo un vistazo al bar de la facultad de arquitectura. Estoy sentado, mientras escucho la algarabía de los alumnos pasar de un lado al otro. ¿Será que es excesivo tener que verla de lejos? Sonrío y acomodo el libro de finanzas que estudio en mis manos para poder apreciarla mejor.

¿Acaso soy un acosador?

Desde hace un mes, vengo aquí solo para verla comer.

¿Por qué lo hago? Es entretenido verla de lejos. Es un hobbie nuevo que hace tranquilizarme y olvidar que tengo ir a la empresa James para ver a mi querida prometida.

—Siempre la ves —dice Dalton apareciendo a mi lado—. ¿Seguro que no te gusta?

¿Gustarme?

Solo he hablado con ella una vez. Dudo que me guste. No creo en el amor a primera vista. Además tengo prometida.

—No me gusta.

—¿Sabes lo que significa que alguien te dé interés, hermano? —inquiere Dalton, sentándose en la misma mesa que yo. Ha tomado vacaciones de su universidad de Francia. Por eso, está visitando a la familia.

Carcajeo.

—¿Desde cuándo sabes de estos temas?

—Desde que estoy enamorado de una mujer —declara sin tapujos. Dejo de reírme enseguida y lo observo sorprendido. ¿Acaso escuché mal?—. No es una sorpresa que sienta amor hacia alguien del sexo opuesto.

Eso no lo esperaba.

—¿Enamorado?

—Sí —asiente con la cabeza, mientras mira a Dahlia de lejos—. Es normal que nos enamoremos. ¿No sabes lo que hacen las hormonas?

Oh, vaya.

Parece como si mi hermano mayor Duncan, empezara a explicar temas del cuerpo. Aún no olvido, su explicación sobre las enfermedades de trasmisión sexual de los humanos o el aborto. Fue tan detallista que todos quedamos sin habla, mientras que él, sacaba orgullo de estudiar medicina.

Dalton siempre fue serio en todo.

No pensé que confesara su enamoramiento por alguien.

—Sé algo de ello. No es necesario que lo expliques. —Sonrío. Sigo sorprendido por la nueva información dada por él. Busco con la mirada a Dahlia, encontrándome que conversa en el celular muy feliz.

La misma expresión que vi la otra vez.

Está conversando con su novio.

Cuando empieza a interesarte una mujer, terminas enamorado de ella —cuenta con tranquilidad—. No le veo lo malo. Sé a la perfección que no estás de tu prometida.

Una verdad que todos saben.

Hasta la misma protagonista.

—No estoy enamorado de Dahlia —declaro sin despegar mis ojos de ella—. Solo que es la primera vez que conozco a una persona así. Es diferente a las demás mujeres que se me han cruzado.

Sí. Es muy diferente.

Cabello largo que le llega hasta sus provenientes caderas gruesas. Unos hermosos ojos mieles claros que están revestidos de pestañas naturales y un cuerpo que se puede moldear en cualquier palma masculina.

Es hermosa.

—No pensé que tus gustos fueran sencillos.

Río de nuevo.

—No me gusta, hermano menor. Mejor dime de quien estás enamorado —digo, volteando a verlo, encontrándome con su mirada que es similar a la mía y mis hermanos—. ¿Eso tiene que ver con tu decisión de estudiar aquí?

—Sí.

—No pensé que mi hermano menor le gustara alguien de aquí. —Sonrío alegre—. ¿Cuál es la afortunada?

—Karinne.

¿Karinne?

Trato de buscar la imagen de esa mujer dentro de mi cabeza. Dalton observa a su reloj y se levanta del asiento, dejándome confundido. Aún no sé quién es ella. ¿Una muchacha de aquí? ¿De qué facultad? No lo he visto salir con nadie.

—No he escuchado ese nombre. ¿Desde cuándo la conoces?

—Desde niño.

¿Qué? ¿Desde niño?

Trato de nuevo visualizar la imagen de esa mujer en todos los recuerdos de infancia. Me detengo en uno, sorprendiéndome. Ahora sé de quién se trata. ¿En serio está enamorada de ella?

—Ella……

—Lo sé —dice, dándome una mirada sin mostrar ninguna emoción en ella—. Es mayor por nueve años y es profesora de inglés de esta universidad. Nunca me interesó su edad. —Hace una pausa y en sus ojos marrones brilla la pizca rojiza de sus verdaderos iris—. Sabes muy bien como somos nosotros. Cuando nos interesa alguien, no la dejamos ir. Hasta más tarde, hermano.

He quedado sin palabras.

“Sabes muy bien como somos nosotros. Cuando nos interesa alguien, no la dejamos ir”.

Sé que somos intensos con la persona de la que estamos enamorados. Eso vi a mi hermano Dragos con Halle. ¿También lo seré? Hasta hoy, no he sentido eso por nadie. Ni por mi prometida. Busco con la mirada a Dahlia, encontrando solo a estudiantes comprando.




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