Dream Melodies

XII

Su mirada se encontraba fija en ella... No lo podía evitar.

Logan luego de atrapar con las justas a Samanta al notar a una corta distancia que su cuerpo tambaleara, se aparto unos segundos antes de ver su estado, sintió esa peculiar sensación de alerta con la que había convivido desde que nació...

Seguían en la sala de juntas, aunque había cerrado las puertas para evitar entradas inoportunas, principalmente debido a que habían pasado unos minutos desde que Samanta había caído inconsciente, instantáneamente la recostó en una silla  pero seguía sin despertar lo que estaba causando que la preocupación del chico aumentara.

Tomo una silla y la coloco al frente de donde había dejado a la castaña para poder observarla, durante unos segundos que se le hicieron eternos, no pudo evitar observarla a detalle, aceptando para si mismo que Samanta Snow poseía una belleza natural que era imposible de ignorar.

Los minutos siguieron pasando, causando una alarma de preocupación en el pelirrojo que hace mucho no sentía, por ello decidió recurrir a algo que juro dejar atrás desde hace 6 años pero que en este momento veía como un alivio a su preocupación, por ello con delicadeza y lentitud se acerco a la castaña, nuevamente no pudo evitar perderse en su rostro por unos segundos pero al instante recordó lo que debía hacer, se acerco aún más a la chica que se encontraba totalmente inconsciente y con delicadeza planto un beso en la frente de la castaña, se mantuvo así por unos segundos para luego separarse y esperar que ella despertara, lo que sucedió casi al instante de volver a su posición anterior.

Con lentitud la chica, abrió sus ojos acostumbrándose a la luz de la realidad, el italiano solo la observaba con detalle, pendiente de cada movimiento de la chica en caso necesitara su ayuda.

- ¿Qué sucedió? - pregunto con la voz baja, aun regresando a la realidad.

Trato de pararse pero eso solo le produjo un mareo y nuevamente que su cuerpo perdiera el equilibrio, por ello rápidamente Logan se acerco a la castaña, para sostenerla y evitar algún golpe.

- Te desmayaste, logre atraparte a tiempo - le explico el arquitecto brevemente.

Ante la explicación, la castaña se limito al silencio, porque automáticamente las imágenes sobre lo ocurrido unos minutos antes vinieron a su mente, los nervios volvieron a invadirla, cosa que no paso desapercibida para Logan.

- Bueno, gracias por la atención - dijo la castaña, observando que se encontraban en la sala de juntas pero las puertas estaban cerradas.

- No es nada... Por cierto, me gustaría hablar contigo - pidió el pelirrojo cruzando miradas con la chica, ella se extraño al notar que no la trataba de usted.

- Dígame - respondió la joven, optando por dejar de evitarlo y escucharlo.

- Te debo una disculpa Samanta - el estremecimiento ante la mención de su nombre, se hizo presente nuevamente - No tengo justificación para haber reaccionado así... Incluso cuando hemos estado trabajando juntos estas semanas, yo mismo soy testigo del talento y profesionalismo que posees, debí recordar eso antes de reclamarte - explico el joven siendo sincero y soltando aquello que deseaba decirle desde que la vio en el estudio. 

- Es cierto, debió tenerlo en cuenta - contesto sencillamente la joven.

Inconscientemente el pelirrojo, se acerco un poco a la chica, para con delicadeza retirar un mechón del rostro de la castaña, que tapaba una parte de ella y él personalmente no quería privarse de verla.

- Reitero mi disculpa y te pido que regreses al estudio - comento Logan - Y también, espero sigas considerando asistir al cumpleaños de mi hermana, su pijamada , la que tiene programada esta noche - pidió el pelirrojo, recordando la insistencia de su pequeña hermana porque le pidiera disculpas a la castaña.

- No se preocupe, su hermana me cae bien y es tolerable a diferencia de usted - respondió la ojicafé recordando sus palabras en su discusión.

- Cierto, te parezco detestable no? - consulto con gracia el pelirrojo.

- La mayor parte del tiempo, supongo que es algo innato... Una pena - menciono la castaña con una pequeña sonrisa - Aunque si me permite, decirle algo - el italiano asintió como señal de que continuara - Se me hace raro que ya no me trate de usted - confeso algo tímida.

- Creo que podemos tutearnos... No soy tan mayor que tu - aclaro el chico.

- No? - pregunto la castaña con una leve sonrisa.

- Solo unos 7 años... - contesto con simpleza el pelirrojo - Me sentiría más cómodo si dejáramos la formalidad - pidió con su voz en un tono más bajo, incluso él no comprendía porque ahora le molestaba usarla con ella. 

- Pues siento decirle que no lo veo correcto, después de todo es mi jefe... - respondió la chica.

- Fue usted quien la olvido primero - dijo, haciendo mención a su discusión de hace unos días.

- Me encontraba furiosa... Fue involuntario pero ahora lo correcto es usarla, Sr. Overland - contesto la castaña, con algo de timidez ante el detalle de que Logan se había acordado de eso.

- No se porque no me sorprende su terquedad - fue la respuesta del chico, quien había optado por seguir con la formalidad para la comodidad de ella, aunque él ya no se sintiera tan cómodo en tratarla de usted.

Ambos se miraron durante unos segundos para luego esbozar una sonrisa cada uno, luego Logan le tendió la mano a Samanta para ayudarla a pararse pues aún le preocupaba su desmayo, ella la acepto sin pensarlo, casi de manera involuntaria, nuevamente sus dedos al rozarse sintieron esa electricidad, por lo que la castaña trato de apartarse pero el jefe no la dejo.

- Aún sigue débil... Déjeme que la lleve a su casa - se ofreció con amabilidad.

- No es necesario, puedo pedir un taxi - respondió Samanta.

- Por favor Srta. Snow... No estaré tranquilo - confeso sin darse cuenta.




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