Dream Melodies

XXII

Las risas mientras salian del lugar, eran las protagonistas del momento... Esto debido al reciente momento que ambos castaños habían pasado, Fabian luego de la función se había topado con las bailarinas, al verlas de cerca, su subconsciente lo traiciono, provocando una risa que no tomaron muy bien, por el tono de burla que emitía, esta acción, incito a la castaña también a tener unas grandes ganas de reírse aunque las pudo disimular, lo que paso a continuación, fue que una de las bailarinas, le pregunto de que se reía, ante ello el chico de ojos marrones, se congelo, sin saber que decir pero eso fue peor, debido a que elevo su mirada en dirección a las plumas que habían sido el comienzo de toda esta comica situación, nuevamente una risa traicionera se le salio sin poder evitarlo, aún sin despegar los ojos del accesorio que portaban las bailarinas en sus cabezas, esta vez ellas lograron darse cuenta del motivo de la risa del joven frente a ellas, enfureciendolas, por ello Fabian se había ganado unos cuantos insultos en distintos idiomas, algunos los había comprendido, sin embargo otros aún tenía curiosidad por saber que significaban...

- Eres un tonto... En todo el sentido de la palabra - expreso la castaña, luego de unos minutos, donde por fin había logrado calmarse del ataque de risa.

- No lo hice en el mal sentido - se trato de defender el chico, quién aún continuaba con las risas, motivo por el cual su estomago comenzaba a doler - No fue una burla con intención - explico unos segundos más tarde.

- Pues las bailarinas no pensaron lo mismo... - contesto con una sonrisa divertida la ojiverde.

- Me quedo muy claro... Apostaría cualquier cosa a que aparte de insultarme, me han maldecido - comento, fingiendo algo de horror para la gracia de su cita.

- No exageres Fabian White... - le recrimino con diversión.

El castaño, se quedo por los siguientes segundos, perdido, admirando a la ojiverde ante él, la sonrisa en su rostro, a causa del espectaculo presenciado, tanto el teatral como su metida de pata, eran los motivos del brillo de calma que transmitía en ese gesto.

- Gracias Fabian... - comenzo diciendo la joven - Realmente gracias por esta noche - agradecio, con el ramo de tulipanes en sus manos, de manera insconciente lo atrajo más a ella, como forma de mantener consigo aquella sensación que la había invadido al recibirlo.

- Las gracias te las doy yo a ti... Por tu maravillosa compañia - respondio, acercandose a ella, acción que desperto los nervios en la castaña.

La distancia entre ambos se redujo a centimetros, permitiendo que con suma delicadeza, Fabian elevara su mano para poder acunar la mejilla de la chica, este dulce gesto, provoco el rubor de la joven de ojos verdes, quien solo se limito a disfrutar de cierta caricia así como también esbozar una sonrisa que calento el corazón del castaño.

Sus miradas se enlazaron por los proximos segundos, algo que los hizo sentir comodos, con el lugar, el tiempo pero sobre todo la persona. Las ansias de juntar sus labios, por parte del castaño, eran más grandes de lo que imaginaba pero no quería hacer nada que pudiera poner incomoda a la ojiverde, quien por su parte, sentía lo mismo pero en su caso, la timidez le estaba ganando para poder actuar y realizar ese pequeño anhelo que por el momento, era todo en lo que podía pensar.

Entonces, Fabian quiso terminar de la mejor manera posible esta noche, por ello, por el momento, se limito a darle un leve beso en la comisura de los labios, de esa manera su ansiedad por la cercanía de Miranda, cesaría un poco pero también evitaría hacer algo que pudiera incomodarla.

- Me gustaría llevarte a un lugar más, me permites? - consulto con algo de nervios.

- Por supuesto - respondio sin duda la joven.

El castaño tomo la mano de la chica, llevandola al auto, para unos minutos después emprender viaje al lugar que sabría le encantaría, durante el trayecto de manera involuntaria, su mano derecha tomo la izquierda de la ojiverde, pudo notar la sorpresa que ella sintio pero le reconforto el ligero apreton que dio, el cual tomo como una respuesta positiva a su gesto.

Tan solo les llevo media hora de recorrido llegar al prado de las flores, uno de los lugares más bellos de Haling Cove, por su mismo nombre, en el prevalecían los distintos tipos de flores que existían en todo el mundo, era algo que nadie comprendía pero las distintas especies convivían sin importar sus grandes diferencias.

Se estaciono con calma, para luego voltear a ver a Miranda, quien sorprendentemente, se había quedado dormida, esto causo que el castaño esbozara una sonrisa debido a la ternura que sentía ante tal escena, también noto que sus manos seguían unidas, motivo por el cual decidio no hacer ningun movimiento, solo se limito a recostarse en su propio asiento y contemplarla, luego de unos segundos, su mirada se desvio al pequeño compartimento que se ubicaba frente al copiloto, ahí se encontraba el regalo que pensaba darle a la ojiverde, aquel que compro con ayuda de Samanta, esperaba realmente que le gustara. 

Unos minutos después, la castaña comenzo a mover su cabeza con lentitud y delicadeza para unos segundos más tarde, abrir los ojos, fijar su mirada en la ventana para ver el paisaje y sorprenderse al ver que se encontraban estacionados, por ello volteo con rapidez hacia Fabian, quien agrando su sonrisa al ver un leve sonrojo en sus mejillas.

- Siento haberme quedado dormida, llegamos hace mucho? -  consulto con timidez.

- No te preocupes, acabamos de llegar... Solo que me dio pena despertarte - contesto con brevedad.

Una leve sonrisa fue su contestación, a la vez giro nuevamente en dirección a la ventana, apreciando otra vez el paisaje de diversas flores, el cual estaba iluminado por luciernagas, era algo tan hermoso de ver.

- Es simplemente hermoso Fabian... - comento con una ligera emoción.




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