Dream [yoonmin]

Parte única.

Busco mis lentes con la intención de cubrir un poco el cansancio marcado en mi rostro.

El mismo sueño vuelve con cada noche, de igual que una misma duda me embarga, ¿Por que?.

En el sueño estoy yo, en un lugar que parece conocido, sin embargo no puedo recordar donde es que lo he visto antes, donde se encuentra exactamente, pero ahí se encuentra el, como cada sueño toma mi mano y nos perdemos en el silencio de la noche, el manto oscuro nos cubre ligeramente, acompañados sólo por el latir de nuestros corazones retumbando en nuestros pechos, mostrándonos la calidez del momento.

Puedo sentir sus suaves belfos sobre mis labios, acarició con ternura estos, si presiones ni apuraciones, tan sólo deleitándonos con el fino roze de nuestros labios y la cálida respiración de ambos.

Cómo si fuera el momento que tanto había estado anhelando, y por fin llega a mi.

Trato de desviar esos recuerdos de aquel sueño por un momento.

"Tan solo es un sueño".
 

Pero algo llama mi atención, cierta cabellera rosa me atrae, y su portador capta mi mirada, el con un poco de esperanza en su rostro se acerca a mi.

-disculpa, buscó al editor Min Yoongi- su voz es tan delicada que me envuelve en la primera palabra.

-soy yo, ¿Que necesitas?- si embargo mi porte no me permite flaquear ante tal escena, tanta inocencia expresa el rostro de aquel chico visiblemente más joven.

-soy Park Jimin, vengo de la editorial de Busan-.

-asi que tú eres el aprendiz que Namjoon mando- el asintió energéticamente, no me equivocaba cuando hablaba de inocencia.

-si, será todo un placer trabajar para usted hyung- sonrió de manera en que sus mejillas demorarán más y sus ojos desaparecieran en dos finas líneas.

-por favor, dime sólo Yoongi- si iba a trabajar con este chico sería mejor que empezaramos con un poco de confianza- ven acompañame.

Caminamos hasta mi estudio, que estaba algo alejado de las demás oficinas, necesitaba un poco de espacio, alejado de tanto bullicio típico de una editorial, si quería producir material de calidad esto era lo mejor.

El pequeño pelirosa observaba todo con admiración, he de decir que nuestra editorial en Busan no es nada comparado con esta de Seúl y alrededores. Así que comprendo el por qué de su expresión al ver todo esto.

-primero que nada Jimin, hay que aclarar ciertas cosas, aquí soy el editor en jefe, pero también uno de los escritores que aquí presentamos y ayudamos con la publicación de sus obras-. Mientras aclaraba estos puntos invite con una pequeña seña al menor a tomar asiento frente a mi escritorio.

-si, Namjoon me ha comentado un par de cosas sobre este lugar antes de venir- trataba de mantener una postura firme, pero podía notar en sus ojos que estaba lejos de lograrlo.

-muy bien, ya sabes que hacer cuando a cierto editor se le asigna a un escritor para apoyar en su trabajo, pero por ahora no será así, aquí la demanda es más, por lo tanto el trabajo también lo es, en esta temporada te encargaras solamente de los trabajos que yo te pida, aún no te asignará un área o género en específico-.

-me parece bien- él sonríe, totalmente emocionado, pero aquel gesto, provoco un vuelco en mi interior, un pequeño escalofrió me recorre, sintiéndome menos frente a él, ¿Cómo era esto posible?

-bien- mi voz logro mantenerse estable, cuando mi mente ahora mismo se encontraba en blanco.
 

El día fue agradable en comparación a cualquier otro, a pesar de que las prominentes nubes de aquel día amenazaban una torrencial lluvia, el lugar se mantuvo totalmente tranquilo y cálido, aun mas cuando veía aquel pelirrosa que se encontraba a mi lado, sonreía y sus ojos se convertían en una fina línea, si fuera cualquier otra persona, el que siempre tuviera una sonrisa estando a mi lado, me era más que irritante, a veces no soportaba el bullicio de la editorial, más en concreto de la compañía de las personas, pero a su lado, todo era tranquilo.

Un par de noches después, aquel sueño volvió, en mi mente tenía la vaga idea de que fuera a ser igual que todas las anteriores veces, pero estaba equivocado. Las veces en las que trataba de recordar su rostro a la mañana siguiente, mi mente me jugaba una mala pasada, borrando aquella imagen.

Hoy, el ambiente era diferente, el lugar ahora se mostraba de día, permitiéndome ver cada color de las flores que lo adornaban, las nubes en un contraste perfecto al azul del cielo, y el. Frente a mí, lo veía, su cuerpo parecía tan delicado a través de las holgadas y delgadas ropas que traía, alce mi vista, recordando y grabando en mi mente, la primera vez que veía su sonrisa. Tan blanca y llena de pureza.

Las palabras no salían de mi boca, más en ese momento eran totalmente innecesarias. Alzo su pequeña mano, mostrándola entrelazada con la mía, y con un pequeño listón, delgado y de color rojo rodeándolas. El mensaje era más que claro.

La mañana llega en todo su esplendor, la editorial se encuentra extrañamente silenciosa, y al entrar a mi oficina me sorprende una imagen, totalmente tierna.

Él se encuentra ahí, recargado en uno de los muebles para dibujar, la inclinación de este le permite no encorvarse tanto, me acerco un poco, percatándome de que está dormido, y con la misma ropa del día anterior. Se había quedado a trabajar, recuerdo haberle dicho que se retirara, pero en su afán de terminar el encargo se negó, y yo en mi total egoísmo lo deje. Una basura, así me siento ahora.

Me acerco, y trato de despertarlo con pequeños movimientos, pero el apenas y responde.

-hey, despierta- susurro cerca de él, mala idea.

Dirijo mí vista a sus labios, esponjosos y con un tenue color rosa, fue en ese momento que mi lado racional se esfumo, y mi cuerpo actuó por sí solo, por impulso, ahora me encontraba besando sus tiernos belfos, sin intención de algo más, hasta que lo siento corresponderme, las sensación del sueño, es la misma de este momento, ¿Cómo era aquello posible?




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