Drink Me: Bebeme

Capítulo 24:

—Está de regreso, agente Cárter— dice el Dr. Baróti sin quitarme la mirada de encima, parece molesto —tal parece que la rebelión que hubo no la impide para siempre regresar, incluso puedo atreverme a decir que pasa más tiempo entre estas paredes que resolviendo el caso— parece motivado a molestarme.

—Estoy resolviendo el caso al venir aquí— le contesto intentando contener mi molestia.

—Su jefe no piensa lo mismo.

—¿Perdón?

—El capitán Müller me acaba de llamar y me pidió que restrinja su entrada a este lugar— parece complacido por decirme eso.

—Pues él no me ha dicho nada— no puedo evitar poner mi rostro lleno de confusión y molestia.

—Claro, eso es porque no ha puesto un solo pie en la jefatura o ¿me equivoco?

—No tengo tiempo para esto— le doy la espalda y me dirijo hacia el pabellón como siempre.

—¡Agente Cárter! ¡No puede entrar!— Me grita sin acercarse, no hace ningún esfuerzo por detenerme más que hacerse oír.

—Entrégueme una hoja firmada por Müller y le creeré— sigo mi camino temiendo lo peor, entiendo perfectamente que lo que me dice puede ser verdad, que en cualquier momento puede llegar la policía y arrestarme por desacato, pero no tengo tiempo para rogarle a Müller que me permita continuar con mi trabajo.

Entro corriendo al pasillo en cuanto las puertas se abren, no debo de perder tiempo así que entro a toda velocidad dejando que mis tacones se hagan escuchar y retumben por todo el pasillo, de seguro Aiden se pondrá alerta. En cuanto llego al final, frente a su celda él ya está de pie frente a la reja viendo fijamente como intento recuperar el aire.

—Estás infringiendo la ley, agente Cárter…

—¿Baróti ya te dijo lo que ocurre?

—No tienes permitido estar aquí, Müller ya dio el aviso de que aparentemente no estoy siendo de mucha ayuda en este caso y lo siento.

—No pareces arrepentido— me acerco a la reja con las manos en la cintura, aun jalo aire con dificultad, me cuesta demasiado, ¿cómo me había dicho Akos que respirara?

—Estoy consciente de mis limitaciones, Cárter… en este caso no he podido adentrarme en la psicología del asesino, no he podido guiarte, pero he llegado a la conclusión de que no es posible porque simplemente no hay nada en ti que pueda usar para llegar a él.

—Porque él se parece más a ti que a mí, él quiere ser como tú ¿por qué?

—Tú lo has dicho Cárter y lo malo es que lo dices a la ligera… no estás viendo el verdadero trasfondo— no puedo atrapar la idea, me quedo por un momento perpleja intentando retroceder sobre mis palabras —quiere ser como yo, más no yo… algo busca y cree que matando como yo lo hago lo conseguirá… ¿Qué une a todas las víctimas?

—No hay mucha relación entre una y otra— pienso en su edad, color de piel, sexo, poder adquisitivo, pero no hay ninguna relación a parte de la física.

—¡Error! Claro que la hay… piensa— parece desesperarse, se aferra a los barrotes y me ve fijamente a los ojos.

—Su forma de morir…

—Estás cerca…— me pierdo en sus iris y trato de relajar mi mente.

—Mueren por un golpe contundente y les falta algún órgano.

­—¿Por qué les falta un órgano, Cárter? Piensa…

—Tú se los quitabas…

—¿Por qué? ¿Qué hacía con ellos?

—Alimentarte— frunzo el ceño y me acerco a la reja —pero eso es porque eres… así… eres un wendigo, él es un humano… o eso pensamos.

—Tienes motivos para creer que es un humano, sabes que los wendigos trabajamos de formas diferentes, ¿Por qué un humano se comería a otro humano?

—Un problema mental— es lo primero que se me viene a la mente.

—Sí, suena lógico para un agente que no ha visitado el infierno, pero tú tienes una mente más abierta a diferentes posibilidades… volvamos al principio, Cárter… él quiere ser como yo, intentó imitar mis asesinatos, pero no mis motivos, me conoce, me ha estudiado…

—Quiere ser un wendigo…— me quedo horrorizada por lo que digo, veo con más insistencia a Aiden y este parece orgulloso de mi deducción.

—Después de todo lo que ocurrió en la academia, después de que me atraparon y manteníamos esas conversaciones tan fascinantes en las celdas de ese lugar, ¿Qué ocurrió, Cárter? ¿Quién fue mi siguiente víctima?— Abro lo suficiente mis ojos para demostrar mi asombro.

—Jason— pronuncio su nombre con miedo.

—Tal vez termine con el trabajo que inicie… aunque sinceramente lo único que buscaba es que Jason viviera limitado el resto de su vida, anhelando morir a cada respiro ¿lo logré?— Parece ansioso de esperar la respuesta, pero como sé que estoy contra reloj decido cambiar el tema; saco la foto de mi chamarra y se la entrego, puedo notar su rostro confundido.

—Preguntabas de donde saque esa fecha… ahí está… — ve la foto con nostalgia y hasta cierto punto tristeza.

—¿Dónde la hallaste?— Me pregunta con la voz entre cortada sin despegar la mirada de ella.




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