Drink Me: Bebeme

Capítulo 31:

Simone Cárter

Todo el trayecto en auto estuve dormida, escuchaba vagamente el sonido de los autos a nuestro alrededor, también de forma distorsionada percibía la radio, no alcanzaba a escuchar claramente las voces de los locutores; cuando mis sentidos decidieron comenzar a regresar, el auto estaba estacionado y Novak me sacaba en brazos del asiento del copiloto, en silencio, pero el ruido de aves y el viento pasando por entre las ramas de los árboles, hay naturaleza cerca. Aun así mi mirada seguía siendo borrosa.

—¡Vamos dormilona! ¡Es hora de despertar!— Un par de bofetadas en las mejillas me obligan a abrir los ojos, Novak me tiene contra lo que parece una pared de madera, en las palmas de las manos siento las astillas queriéndose encajar en mi carne.

Me mantengo recargada, sintiendo que cualquier movimiento por muy ligero que sea terminará tirándome. La pared vibra, algo se está moviendo, volteo hacia mi izquierda y veo a Novak abriendo una puerta bastante grande, desvío la mirada hacia el cielo, este empieza a oscurecer, tiene esos tintes violetas y anaranjados del anochecer.

—¡Anda! No hay tiempo— de nuevo me toma del brazo así como lo hizo en el aeropuerto y de un jalón me mete a lo que parece un granero.

Veo la paja en el pasillo debajo de mis pies, la arrastro con la punta de mis zapatos al no poder levantar bien los pies para caminar, a mí alrededor veo corrales y el olor a estiércol llega a mi nariz. ¿Dónde estamos?

—No creerás que la fortuna de los Platz se hizo a base de trabajo arduo en la policía  o ¿sí?— Su comentario me retuerce el corazón y siento que ya sé dónde estoy, pero no estoy consciente aun como para confirmarlo. —Se dedicaban también a la ganadería, específicamente borregos y cerdos además de las carreras de caballos, el padre del detective Platz le encantaban las apuestas y tenía mucha suerte, una combinación ganadora ¿no crees? Jason nació en cuna de oro, su único deber era cuidar la fortuna que sus padres ya habían ganado, ese era su única labor… pero una vida de excesos y abusos terminaron con su carrera como policía. Supongo que te contaron el escándalo de la academia, el imbécil violó a la secretaria de Emerich de aquel entonces, nadie le creyó a la pobre mujer y el pobre diablo salió absuelto de todos sus pecados mientras ella terminó sin trabajo y siendo señalada con el dedo, ahora comprendo porque Aiden no decidió acabar con su vida, quería verlo sufrir, quería verlo perder todo…— intento mantener su paso, pero aun soy demasiado torpe para caminar, tropiezo y él tiene que compensar la distancia entre los dos por mi rezago tomándome con fuerza del brazo y dándome jalones —…no sé si te has enterado, pero Platz está en banca rota, todo el dinero, la fortuna de la familia se fue en la recuperación de Jason, en todos sus medicamentos y terapias, no hay ni un centavo en sus arcas y sus negocios fueron descuidados desde que el decidió jugar al detective, claramente era un capricho por su parte, no es que quisiera en verdad atrapar a los ladrones, él solo lo hacía como hobbie y buscaba obtener beneficios extra… él lo tenía todo y solo tenía que cuidarlo y mira lo que hizo, todo se convirtió en mierda— con un nuevo jalón termina poniéndome contra las puertas de una de las porquerizas, me agarro con ambas manos de ella y mi mirada está clavada en el suelo, veo paja y estiércol, el olor de los cerdos es más penetrante y me pica en la nariz cada vez que intento respirar, no me ayuda a recuperarme de la anestesia que usó Novak en mí.

De pronto la mano fría de mi secuestrador se posa en mi mentón y me obliga a levantar la mirada, con forme lo hago escucho los chillidos de los animales, son agudos y algunos parecen que roncan. Caminan alrededor de algo, son bestias enormes con pequeños colmillos asomándose por la comisura de sus bocas, hozan toda el suelo y con forme mi panorama se amplía veo manchas de sangre, ropa, tela desgarrada y pedazos de piel, alcanzo a identificar un dedo pulgar, lo está masticando el más pequeño de los cerdos, parece demasiado duro, así que después de un par de segundos en sus quijadas cae de nuevo al piso y lo vuelve a recoger de entre la mierda.

—Todo su dinero se convirtió en mierda… al igual que él… mierda de cerdo— una angustia se apodera de mi pecho, siento una presión con forme analizo las palabras de Novak, me siento furibunda porque mi cerebro no puede asimilar tan rápido las cosas. De repente un pequeño espacio se abre entre las bestias que parecían aglomeradas y entonces lo veo, en el piso, más deforme de lo que recuerdo, con la carne del rostro arrancada, sin ojos, sin dedos, sus intestinos se desparraman frente a él y los cerdos que no se están peleando por un poco de sus vísceras, las pisan y hasta se resbalan con ellas.

—¡¡¡NO!!!— Grito con toda la fuerza que me queda en los pulmones y es suficiente para que los cerdos más cercanos a la puerta giren hacia mí y se acerquen con curiosidad.

Antes de que sus hocicos toquen el borde de la media puerta, Novak me abraza por la espalda y me aleja prácticamente cargándome, siento como su pecho sube y baja repetidamente de forma rápida, está riéndose mientras que las bestias chocan contra la puerta, algunas intentan levantarse mientras olfatean el borde donde descasaban mis manos.

—Yo que tu no haría eso, los cerdos tienen la mala fama de arrancar dedos, comen carne humana, bien podrían ser nuestros depredadores sin no vivieran bajo nuestro yugo— me dice casi al oído y me siento asqueada, veo de nuevo lo que queda de Jason en el suelo, aun está con la silla de ruedas que se había vuelto su fiel y tristemente única compañera.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.