Antes de salir, tome un paraguas prestado y me fui rumbo a mi casa. Menos mal que no estaba lejos.
La lluvia cae y rebota en el paraguas, callendo en el suelo pavimentado. Saco mi celular y veo un mensaje de Ilarien, mi mejor amiga. Me meto al grupo de WatsAp y claro.
*Ilarien.
¿Como te fue?
*Mela.
Bien, ahora voy camino a mi casa. ¿Y como les fue con los papeles?
*Abdiel.
¡Hola chicas!. A mi me fue genial, ya me fueron a inscribir para trasladarme, ¿y a ustedes?
*Ilarien
Yo estoy en eso...creo que marratito, cuando lleguen mis padres ire. Asique no se preocupen.
*Mela.
Que bueno chicos. Grasias por apoyarme, enserio. No tenian porque hacer esto por mi y de verdad grasias
*Abdiel.
No agradescas nada, sabes que estamos en las buenas y en las malas. Sin ti, ya no seriamos los tres mosqueteros.
*Ilarien.
Jajajaja. Ya mi mosqueterita.
*Abdiel.
¡Que no soy tu mosqueterita, soy un mosquetero!
*Ilarien.
Ajam, ya ya. No te enojes mosqueterito.
*Mela.
Oigan chicos. ¿Creen que esta vez sea diferente?, digo. Que...ya no aiga mas Bullying.
*Abdiel.
Eso no lo sabemos, pero cualquier cosa, cuentas con nuestro apoyo.
*Ilarien.
Ajam. No te dejaremos sola, somos todos o no somos nada.
Sonrió.
*Mela.
Somos todos.
Guardo el celular y me apuro en llegar a mi casa, digo. A la casa de mi padre.
¡A!. Me presento:
Me llamo Mela Kassia, tengo 16 años, mido un metro sesenta y tres. Si, soy chiquitita. Vivo con mi padre, tengo dos mejores amigos. Como ya viste, se molestan por todo, pero en verdad, siempre se apoyan y están ahí, en los momentos mas dificiles.
La verdad, es que soy feliz, ovio, no del todo pero soy feliz. A mi padre lo quiero con todo mi corazon, y lo amo, aunque no se lo diga. Y se que el tambien me ama aunque no me lo diga.
Llego a mi casa y entro. Veo que esta la chimenea prendida, visitas.
Me saco la chaqueta y mi gorro de lana. Los cuelgo en el perchero y me voy a la sala. Llego y veo a los socios de papá.
Camino donde el y le doy un beso en la mejilla.
—Hola papá —le saludo.
Me mira con el ceño fruscido.
—Ella es mi hija, Mela. —me presenta.
Veo a varios hombres recorrerme con la mirada. Me coloco nerviosa y sin querer miro la hora en el gran reloj que hay en la pared. La inyección.
Me pican las manos y mi mente empieza alusinar. Esa voz, esa malcriada voz que siempre aparece cuando me retraso. Siento que quiere dominarme, que quiere salir, que quiere controlarme, se apodera de mi.
Y muy difícil controlarlo. Por eso digo que estoy completamente loca.
Mi padre se da cuenta y me toma de la mano para llevarme a su despacho. Se disculpa con los hombres.
—¿Como te sientes? —siento que cada vez mas se apodera de mi, y es como si yo estuviera ida y ella tomara control de mis actos.
—¿Cuantas veces me an preguntado?, ya perdi la cuenta. —esta no soy yo, me estoy volviendo loca. Nesesito la inyección, ¡y ahora.!
Mi padre me mira y sabe que algo anda mal. Saca un frasquito con un liquido y una jeringa. Introduce el liquido en la jeringa.
—¿Porque tan nervioso Miliano? —esta vez no soy yo. Me he ido, ya no estoy y esa voz en mi mente se a poderado de mi.
Lo único que siento, es un pinchazo en mi brazo y luego de unos segundos, todo vuelve a la realidad.
Parpadeo varias veces y asimilo lo que acaba de pasar. Todo a mi alrededor jira y empiezo a ver burritos de colores. Entro a otra dimensión, veo hadas, unicornios, estatuas desnudas. Conejitos teniendo sexo, y a mi padre que tiene cara de marsiano.
Se que esto no es real, nada es real, solo es producto de mi imaginación o de la inyección.
—¿Como te sientes? —se acerca.
—Bien... —me abraza. Le correspondo y nos mantenemos abrazados por un buen rato.
Si tan solo supiera que lo quiero....
—Ve a tu habitación y descansa. Y cualquier cosa que te diga, no le agas caso, ¿oiste?. —toma mi cara y me mira.
—Okey —asiento.
Me da un beso en la frente y me giro para subir a mi habitación, no sin antes ir a la cosina por algo de comer.
Saco un Pingüino y me lo llevo.
Entro y cierro la puerta con llave. Me quito la ropa y quedo en ropa interior. Coloco musica en mi cel y me pongo a bailar; mientras mi mundo jira y empiezo alusinar, mientras mi vesino de diesiocho años me mira por su ventana, mientras que un gato me mira desde el tejado.
Mi vesino niega con la cabeza y sierra las cortinas de su ventana. El gato se jira y se va. Boy y cierro las cortinas.
Me siento en la cama y me como el Pingüino.
Me acuesto en mi cálida camita y me tapó con las frazadas. Cierro los ojos y me dejo llevar por el sueño que me consume.
La alarma suena y gruño. La alarma sigue sonando y recuerdo que hoy tengo clases en mi nuevo colegio. Me levanto mas que rápido y voy a la ducha. Me baño y luego voy al closet a por algo de ropa, no sin antes lavarme los diente..
Opto por un jeans azul marino, una blusa seleste y una chaqueta de jeans y por supuesto mis vans blancas.
Me coloco crema en el cuerpo, desodorante, y colonia de princesa por mi cuerpo desnudo. Me coloco la ropa interior y luego la ropa. Me suelto el pelo y me lo seco con el secador de pelo. Me lo peino y lo dejo suelto. No soy amante del maquillaje, así que me echo brillo en los labios y listo.
Voy por mi mochila y echo los cuadernos y el estuche con las lapiceras. Escucho una vosina y se que son mis amigos. Me coloco la mochila al hombro y antes de salir me echo colina de princesa por mi ropa y cuello. Bien perfumada.
Bajo las escaleras y me topo con mi padre.
—Inyección —entro a su despacho y me coloca la inyección.
La inyección es cada seis horas, y si me atrazo, ya saben lo que sucede.
—Bay, te quiero. —me despido de mi padre y salgo fuera. No sin antes tomar las llaves de la casa e ir por un Pingüino y un yogurt.