Papá se enteró que mi vecino me había invitado a cenar y me regaño. Luego yo regañe a mis amigos por metiches. En estos dos días, he notado que Ilarien mira mucho a Abdiel, pero lo mira de una forma diferente. Yo soy muy observadora y creo que a mi mejor amiga le gusta.
No he querido decirle nada para que no se sienta incómoda, pero la curiosidad de saber si Ilarien siente algo por Abdiel me mata.
He ido al colegio y a mis terapias. La doctora me receto más pastillas y un líquido rosa más raro que papá en ropa de deporte. Me lo tengo que tomar día por medio y es super malo. Pero noté que cuando me lo tomo, me siento más relajada y a la vez inperactiva.
Los tres chicos que se creen malos y son mujeriegos, me miran como si tuviera doble cabeza y cinco ojos, osea en jeneral creo que me tienen mala. Pero...¿Zion? Creo que así se llama, el a tratado de acercarse a mi, a lo mejor cree que soy igual que las demás y me acostaré con el, pero se equivoca.
Recien llegué del colegio y de nuevo no está mi padre. Debe de estar en la empresa.
Una idea vino a mi cabeza, tomo mi bolso con mi celular y sacó dinero. Por último tomo las llaves y salgo fuera. Camino unas cuadras y llego a la parada de Autobús. Espero pacientemente la micro y en eso veo a mi vecino. Yo desvío la mirada disimuladamente y trató de tapar mi cara para que no me reconozca.
Pero el se hacerca y me saluda como si nada.
-¿Como has estado? -me pregunta.
-Pues...bien, creo. -el asiente y mete sus manos en los bolsillos de su pantalón.
-¿Y adónde vas? - lo miro.
-Pues... -No quiero decirle a donde voy, pero si insiste... -voy al sementerio ¿y tu? -es mejor decir la verdad.
-Yo también -susurra.
Asiento.
-¿Tu madre?
-¿Que? -lo miro.
-Si vas a ver a tu madre. -desvío la mirada y mis ojos se llenan de lágrimas.
Un recuerdo fugas pasa por mi mente y se instala.
-¡Mami! -grito, pero creo que no me escucha.
Su piel está pálida y tiene mucha sangre por todo su cuerpo.
Suelto el cuchillo que tenía en mi mano y papá se hacerca a mi y me da una cachetada, Caigo al suelo.
Siento unos brazos rodeandome y salgo de mi trance.
-Perdón.... -me susurra mientras me abraza más fuerte.
Le devuelvo el abrazo y apoyo mi cabeza en su pecho. Su olor llega a mi y me envriago con su olor. La aspiro fuertemente y me tranquilizó. El me da tanta paz...
-Ya está llegando la micro. -me dice.
Me separo de el y limpio mis lágrimas.
-No fue mi intención....
-Descuida. -le resto importancia con mi mano.
Me subo a la micro y le pago al chofer. Luego Frank hace lo mismo y se sienta junto a mi.
El trayecto de aquí al cementerio igual es largo, asi que colocó música y me colocó mis audífonos. Apoyo mi cabeza en el hombro de mi besino y este rodea mi sintura atrayendome más a el.
Cierro los ojos y permito que la música inunde todo mi ser...
Siento como me sambarrean y abro los ojos sacandome los audífonos.
-Despierta, llegamos - me incorporo y tomo mi bolso.
Nos bajamos de la micro y Frank me da la mano entrelazando nuestras manos.
Miro disimulada mente nuestras manos y me sonrojo. Entramos por el gran portón.
-¿Y tu aquien vienes a ver? -le pregunto mientras caminamos por un camino de tierra.
-A mi hermno -me detengo en un puesto donde venden flores.
Compro las flores y seguimos caminando. Mi becino tambien compro flores.
-Lo siento -digo.
-¿Porque?
-Porque aber preguntado. -suelto nuestras manos.
-No te preocupes -sonríe cálidamente.
La devuelvo el gesto y veo que ay mucha gente.
El cielo está gris y está empezando hacer frío. Frank lo nota y saca su poleron y me lo pasa.
Lo resivo avergonzada y creo que mis mejillas están más rojas que un tomate.
-Así que eres Virgen ¿he? -me sonrojo aún más. -El que te la quite será muy afortunado. -desvío la mirada avergonzada.
-Pues...Me da miedo... -susuro, pero no lo suficiente bajo para que no me escuché.
-¿Porque? -porque hace tantas preguntas...
-No se...Pienso que cuando la pierda, dejaré de interesarle y ya no sere valiosa. -su risa me causa escalofríos.
-Claro que serás valiosa, tendrá que que ser muy idiota como para no ver cuanto vales -lo miro.
Nunca nadie me havia dicho lo valiosa que era, excepto mis amigos por supuesto.
No digo nada y seguimos caminando.
Llego a la tumba de mi madre y sonrió.
-Hola mamá -me arrodilló con la atenta mirada de mi besino.
-Bueno...yo me voy, si me necesitas, estaré un poco más aya.-asiento y este se va dejándome completamente sola.
Gotas de agua caen y aterrizan en la lápida de mi madre.
Sorveteo mis mocos y limpio mis lágrimas con el poleron de Frank.
-Pues...Hola de nuevo. Ya se que no he venido muy seguido y que te tengo un poco olvidada -colocó las flores en un florero y le echo agua. -Pero...He estado un poco ocupada, con todo esto del colegio nuevo y mis pesadillas.... -me detengo. -¿Sabes? Te echo mucho de menos y no sabes cuánto te estraño. Papá también te extraña y yo...yo aún más. -más gotitas empiezan a caer desde el cielo. -Mañana me toca terapia y la doctora me receto más pastillas. -paso mi mano por el pasto que ya está largo.
Miro para todos lados y a lo lejos veo a mi vecino.
Sonrió.
-Me hecho un nuevo amigo ¿y adivina quien es? Es mi vecino, se llama Frank. -sonrió. -Hoye Mami....¿Tu crees que tenga sentimientos? -me quedo en silencio y lo único que se escucha son las hojas de los árboles moviéndose de un lado a otro.
-Bueno, me tengo que ir -antes de levantarme le doy un beso en la lápida de mi madre.
Me levanto y sacudo mi ropa. Le echo un ultimo vistazo y empieso a caminar.
Me aferró al poleron de mi besino y notó que más gotas de agua caen asiendo que el poleron se moje.
-Mela- escucho mi nombre y me detengo.