Droga para la Bestia. [bestia] Libro 1

°.Capítulo 11.° Amigos y drogas. ✓

Maratón de Drogas 3/5                                  
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Aún recuerdo cuando mamá me decía que no podía confiar en nadie, ni siquiera en mis amigos ni en mis familiares, ya que en cualquier momento te traicionan y cuanta razón tenía. Estaría mintiendo si digo que la extraño, ya que no la extraño, ni siquiera extraño a papá cuando sale de viajes y no llega en meses.

Increíble como mi propia mejor a amiga me traiciona, como habla peste y mierda de mi a mis espaldas. Pero le seguiré el juego y no pienso quedarme de brazos cruzados mientras ella me traiciona.

Ayer me quedé dormida y deje que Ilarien se quedara en mi casa, la cosa es que luego desperté y su celular estaba sonando, lo tome y  eran mensajes de un tal Víctor. Leí los mensajes y no podía creerla:

"Tiene trastorno, ya no la soportó, siempre tengo que estar defendiendola de todo"

"Está completamente loca, debería ir a un psiquiatra"

"Ni siquiera su papá la quiere"

"Mela da lástima, a parte tengo que fingir ser su amiga"

"Me carga cuando besa a mi Abdiel, lo contagia con su saliva asquerosa"

"Mela no es mi amiga en verdad"

Mientras leía todo eso, lágrimas brotaban de mis ojos, yo pensaba que era mi amiga y todo este tiempo me estuvo engañando, pero luego comprendí que no debería llorar y así fue. Nunca pensé que tendría una "amiga" que me decepcionaria.

Aunque no es mucho, ya que mis primas, primos y familiares también me han decepcionado. Pero Ilarien...Ilarien inventó todo un teatro. Y eso yo no lo perdonó.

¿Que aras ahora? —la voz de mi cabeza me habla y se que es Kassia.

Ya no le tengo miedo, estoy aprendiendo a convivir con ella, a parte ya recuerdo cuando me desmaye, cuando papá me trajo la muñeca, el chico de los tatuajes vino a dejarme el maletín y me dijo Kassia, cuando entre en transe y vi a una mujer...recuerdo todo.

Y creo que estoy enferma, por eso papá me inyecta y todo.

—Pagarle con la misma moneda—le respondo.

Como dije, se acabó la niña dibilucha que tiene corazón noble y llora por todo, se acabó.

Ilarien se fue para su casa temprano y yo actúe normal, como la típica amiga que la quiere. Papá llegó anoche y hoy en la mañana lo vi. Le mentí diciendo que la furgoneta se había quedado en pana y que nos tuvimos que quedar a dormir en la casa de un amigo. El obviamente se lo creyó.

Fui a comprar cera para depilarme y me depile. Luego hice las tareas, Frank no me a llamado y yo no quiero hacerlo, me da vergüenza mirarlo a la cara después de lo que icimos en la fiesta.

Termino de hacer mi cama y ordeno un poco el clóset.

Escucho que papá me llama y ruedo los ojos. Dejo de hacer lo que estaba asiendo y bajo las escaleras encontrándome con los socios de papá y más encima con Cristopher, si, el mismito, con el que perdí mi virginidad y deje que me drogara.

Aunque la droga que me dio no es tan mala.

Saludo a los socios de papá y veo de reojo que Cristopher me mira de pies a cabeza, como no lo va a hacer si ando con mi pijama de princesas.

—Hola—me saluda y yo le devuelvo.

—Hija—me llama mi padre.

—Mm—es lo único que digo.

—Hoy a las seis me voy de viaje, pero dejaré a Cristopher a cargo tuyo y el se encargará de darte la inyección. —mi boca se habre de lo sorprendida que estoy.

¿Mi padre me dejará con este...huayo?

—Pero papa... —iba a protestar, pero Cristopher me interrumpe.

—No se preocupe, su hija está en buenas manos—lo miro y este me da una sonrisa de lado.

Tengo el presentimiento de que esto no saldrá bien y para nada.

Mi padre asiente satisfecho.

—Okey, entonces está todo arreglado. —me mira y luego se va con sus socios al despacho dejando me sola con este imbécil.

—Pues...¿Y que aremos? —me volteo como la niña del exorcista.

—Pues simple, tu por tu lado y yo por el mío. —dicho eso, subo las escaleras.

Me encierro en mi habitación y veo la hora, ya son las tres de la tarde. Queda mucha tarde por delante.

Mi celular suena y veo que es un mensaje de Ilarien, le dejo en visto y dejo mi celular ensima del velador.
De Abdiel no he sabido nada, sólo espero que el tampoco este conmigo por lástima o por...no se. Sólo espero que no me decepcione.

Las cortinas están corridas y veo a Frank sin polera paseándose por su habitación. Si que está bien bueno el chamaco, me muerdo el labio y suspiro. Dudo mucho que se fije en mi, ya que como dijo Ilarien; tengo trastorno y a parte no se que enfermedad tengo.

Nota mi mirada y me sonríe. Sacudo mi cabeza y voy rápidamente a cerrar las cortinas para no verlo. Las cierro y la habitación queda a oscuras, como me gusta.

Tocan mi puerta y suspiro.

¿Es que acaso no puedo tener paz?

La abro y me encuentro con Cristopher.

—¿Que quieres? —le digo fastidiada.

—Pues...sólo venía a verte, es todo. Tu papá se va en unos minutos, el vuelo se adelantó, a parte traje un regalo.

Lo miro con una ceja alsada.

—¿Y que regalo? —le pregunto.

—Primero déjame pasar —la pienso y luego asiento.

Pasa y cierro la puerta. Se sienta en mi cama y ve toda mi habitación.

—Ya me acorde—hablo rápido y me mira.

—¿Que te acordaste? —se cruza de brazos.

—De... —pero me arrepentí. Le iva a decir que me acordé cuando me dijo Kassia, pero será mejor que no. —De nada, no me acordé de nada—desvío la mirada un poco avergonzada.

—Okey. —veo que saca una bolsita pequeña que tiene una cosa blanca adentro que parece harina, pero no es harina.

—¿Es cocaina?—pregunto incredula.

—Es polvito de hada que te ara volar. —sonríe con malicia.

—Pues no quiero tu polvito ni ninguna droga—me cruzo de brazos viéndolo a los ojos.

—Entonces...tendré que decirle a tu padre que perdiste tu virginidad conmigo—lo miro incrédula sin poder creer lo que me acaba de decir.



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En el texto hay: bestias, osciridad, romance amistad

Editado: 09.06.2021

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