Drygol, Un Diamante De Fuego

CAPÍTULO 1

DISFRUTA LA LECTURA!

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<Te deseo suerte, te deseo la mejor suerte del mundo Claver.

<Pero me traicionaste, me entregaste a la boca del lobo sin ningún remordimiento.

<Te amo, lo sabes no fue...

<¡No me amas! nunca me has amado. Mira cómo estoy ¡Vete! ¡Vete de mi mente! ¡Te odio! ¡Te odio Darius!

—Claver, anda despierta solo es un sueño, ¡Despierta! —El chico la levantó del sueño llevándola hasta pasto verde, el aire del bosque venía suave y agradable al día caluroso—. Vamos mujer despierta.

Claver abrió los ojos lentamente encontrándose con la sonrisa de Byron, frunció el ceño y trató de levantarse de golpe, pero Byron la detuvo —Darius —Susurró mirando a todos lados.

—Él no está aquí, solo es un sueño; tranquila —Byron intentó sentarle hasta que lo logró.

—Me traicionó. Me traicionó —Sollozó entre los brazos de Byron, el chico la agarró y dejó que ella limpiara toda sus lágrimas en su pecho.

—Tranquila —El chico la despegó de su pecho y quitó el cántaro que ella traía en su correa—. Toma, bebé un poco —Claver tomó el objeto y se lo pegó a la boca bebiendo toda el agua que traía.

—¿Dónde estoy? —Claver miró a su alrededor y su mente se fue aclarando poco a poco. El ambiente era cálido el cual le permitía tener un poco de tranquilidad con todo el alboroto que llevaba en su mente.

—Estas en el bosque aún, no sé que ha pasado con los chicos ¿Tú sabes? —Byron se levantó buscando algo para darle de comer, la chica estaba algo débil bostezó y arregló su chongo, entre cerró los ojos poniendo sus pensamientos en orden.

—La reina le pegó un hechizo a las hadas y tiene a Dereck ¿Qué haremos? Estamos solos en esto.

—¿Dónde están? —Cuestionó Byron, cuando desapareció no supo que pasó con el grupo por suerte Byron era inmortal y solo necesitaba tiempo para recuperarse.

—No lo sé, tal vez en Lovely —Claver intento levantarse, pero prefirió quedarse allí pese a su debilidad en el momento—. ¿Estás bien?  

—Sí, solo tarde dos días en recuperarme —Respondio Byron—. ¿Tú estás bien?

—¿Dos días? ¿He estado inconsciente dos días?

—No, una semana de hecho. Yo te encontré a dos días sé que no estabas muerta porque sentía tu respiración —Byron se fue de aquí para allá entre sombras y persona.

—¿Dónde estaba yo? —Ciestiono ella con curiosidad.

—Los busqué por todo el lugar, el árbol de las hadas está desolado así que volví hacia atrás algo en mi mente decía que volviera, luego encontré todo extraño y seguí un rastro eras tú, los árboles te tenían en una especie de ataúd de ramas, pero estabas viva, claro solo te protegían de las criaturas del bosque.

—¿Estamos cerca del árbol de las hadas?

—No, estamos cerca de donde te encontré, los árboles no me permitían pasar con tu cuerpo hacia atrás, de ese lado del árbol de las hadas; no pude llevarte a Lovely por esa razón —Se sentó a su lado dándole unas frutillas que encontró cerca—. Pero me alegra no haberte llevado a Lovely, tal vez el bosque te protegía de algo malo —Claver tomó aquella comida y la devoró en un santiamén.

—Gracias —Susurró con la boca llena el chico afirmó con una sonrisa y esperó a que ella terminara de comer—. ¿Qué hacemos?

—No lo sé, el único que nos puede ayudar es Drygol. Si la reina los tiene a todos volvemos solos y somos pan comido —Byron tenía razón, pero contar con ese dragón tampoco era seguro al menos que hubiera una forma.

—Tienes razón ¿Crees que mandará a matarnos?

—Quizás piensa que estás muerta, o no lo sé.

—Darius aún entra en mi mente sabe que estoy viva.

—¿Te ha dicho algo?

—Me deseo suerte... Dijo —Claver sollozó —. Dijo que me ama —Byron la miró con tristeza, respiró profundo y le dio toquecitos en la espalda.

—Sí, Quizás está hablando verdad, si no fuera así ya estarías en manos de la reina.

—Byron no importa lo que me diga al final todo lo que está pasando conmigo es su culpa, algo debe hacer no, por lo menos en nombre de sus hijos debe hacer algo. Porque a mí ya me perdió —Se levantó del suelo algo mareada y sacudió su vestimenta—. Falta poco para que llegue la noche y necesitamos a Drygol.

—Sí eso, vaya —Byron se echó hacia atrás en el suelo.

—¿Qué, qué pasa?

—Está un poco lejos Claver.

—¿A dónde Byron?

—Hacia allá —Claver miró a donde había señalado Byron y abrió los ojos bien abiertos.

—Santos cielos —Exclamó, luego respiró profundo —. Ni siquiera en un año llegaremos allí —Gritó negando con la cabeza—. Por un dragón que probablemente nos mate, bien me rindo —Se sentó otra vez al lado de Byron, este sonrió al escuchar lo último.

—Ya basta Claver no seas dramática no está tan lejos solo se ve así porque es una montaña, llegaremos más o menos en tres días ¿Eso es mucho para ti?

—Claro, ni siquiera tengo agua —Señaló su cántaro.

—Mujer esto es un bosque aquí hay de todo ¿o de dónde crees que traje esas uvas?

—¿Eran uvas?

—No sé, pero estaban buenas ¿verdad?

—Sí —Contestó risueña. Byron volvió a sonreír y se levantó del suelo sacudiendo sus manos, le pasó una para que la chica al tomarla se levantara—. Bien, de todos modos prefiero morir de un dragón que de la mano de esa reina —Dijo al levantarse caminando detrás de Byron.

—La vieja compañía entonces —Comentó Byron.

—¿De qué hablas?

—Tú, yo y el peligro del bosque.

—Vaya sí, que suerte tenemos.  

—Terrible —Byron carcajeó rodando en un árbol. Luego siguió caminando delante de la chica. Pasaron a una parte donde daba más el sol que sombra, Byron quitó su chaqueta y se la pasó a Claver para que se tapara del sol, esta parte era larga parecía una especie de siembra que no tenía sembrado más que hierbas al final antes de pasar por una piedra de mármol volvían a estar entre los árboles no tan extenso como de donde ellos venían, pero que si lo cubrían del sol.




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