Drygol, Un Diamante De Fuego

CAPÍTULO 2

          ¡AGRADABLE LECTURA!
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La reina encerró a Dereck en una celda que estaba llena de huesos, el cuerpo del chico tenía varios moretones entre ellos en su rostro. Dereck se negaba a tomar su brillo que al parecer debía consumirlo para que este entrara a su diamante.

—Una vez más te voy a pedir que lo hagas, o tendré que matar a tú amiguitas —Benjamín, Maya, Camilo y Jack se encontraban amarrados delante de él, lo habían sacado de otras de las celdas. El hechizo no había durado lo suficientemente para mantenerlos a todos a su lealtad, pero la ayudó mucho a que ella tomara el control sobre ellos quitándole todas sus armas.

—No lo hagas, no importa lo que suceda —Gritó Benjamín unos de los guardianes de la reina le metió un puñetazo asiendo que sangre saliera de su boca, las manos de aquel soldado traían una especie de guantes con piedras de mármol incrustados así para que el golpe sea mucho más potente. Dereck se miró aquellos con desesperación.

—Sácala —Ordenó la reina señalando a Maya.

—No la toques —Gruño Benjamín tratando de zafarse de sus cadenas.

—Déjala —Susurró Dereck sollozando.

—Sea lo que sea que te haya pedido no lo hagas Dereck —Dijo Maya llevándose un gran puñetazo asiendo que esta cayera al suelo adolorido.

—Noo! —Gritó Benjamín.

—Ya basta, basta —Imploró Dereck hincándose.

—No, no lo hagas —Susurró Maya en el suelo, el guardia la levantó por los cabellos desbaratando casi por completo el chongo que ya de por sí le faltaba poco. La agarró por el cuello estrangulando.

—No.

—No.

—No. —Camilo, Jack y Benjamín empezaron a implorar hacia la reina esta sonrió mirando a Dereck. —¿Dejarás que tu amiga se muera?

—No, por favor, no la mates. Haré lo que me pidas.

—Ya es tarde —ordenó a que el guardia le rompiera el cuello.

¡—Nooo! NOOO! —Benjamín Calló al suelo al escuchar el crujido del hueso de la garganta de Maya, el cuerpo de la líder hada cayó al suelo sin vida.

—No, no, no, por qué, por qué; dije que lo haría —Tartamudeo Dereck entre llanto.

—Lo harás o prefieres que siga con uno de tus amigos —Señaló A Jack y a Camilo los cuales estaban llorando la perdida de Maya—. Lleva su cuerpo al foso de los leones. —No, te lo suplico; No lo haga Dereck dile que no —Suplicó Benjamín, Dereck estaba temblando sin saber qué hacer. Afirmo con la cabeza aunque no estaba seguro de lo que estaba diciendo Benjamín.

—Déjale el cadáver a ellos. Yo haré lo que usted me pida.

—Bien —Comentó la reina sonriendo victoriosa—. Ahora nos estamos entendiendo eso me alegra —El guardia arrastró el cadáver de Maya hasta la celda en donde se encontraba Dereck dejándola en una esquina boca arriba. Sacaron a Dereck y metieron a los tres hombres, Benjamín fue directo al cadáver de Maya llorando. Recostó la cabeza de su vientre.

—Lo siento Benjamín, lo siento —Musito Dereck cuando fue agarrado por los guardias.

—No es tu culpa —Respondió el hombre aún recostado en el vientre de la mujer. Cerró los ojos sintiendo los movimientos de Camilo y Jack suplicando a los espíritus que regresaran la vida Maya, pero sabía que no podían hacer eso.

—Lo siento de verdad —Susurró Camilo a su lado —Es mi culpa por defender a mi padre.

—No es culpa tuya ni de nadie —Volvió a Susurrar Benjamín, Jack no encontraba palabras para decir sabía que Benjamín estaba herido, su ceño, sus ojos, su cuerpo cada parte de su ser reflejaba ese dolor.

—Ella era buena —Musito Jack después de largos ratos.

—Maya lo siento, no pude protegerte —Susurró Benjamín separándose de su vientre, Camilo lo miró entristecido y lo abrazó.

—Lo lamento tanto.

Dereck fue escoltado hasta una habitación bastante limpia y ordenada. —La reina procura que te duches y vistas elegante, hoy habrá una fiesta —Comentó uno de los sirvientes. Dereck frunció el ceño negando con la cabeza.

—¿Fiesta? —Susurró con tristeza, miró el suelo y se dejó llevar por aquella persona hasta el baño. Quitaron su ropa entre dos chicos jóvenes no más jóvenes que él y lo metieron a la ducha. Lavaron su cuerpo y lo sacaron. Al cabo de dos horas entre revoloteo y quejas de Dereck lograron ponerle una ropa adecuada lo cual Dereck no estaba acostumbrado y sentía que le picaba todo el cuerpo.

—No te lo quites —Casi gritó unos de los sirvientes cuando vio que Dereck trataba de desabrochar el cinto que traía en el cuello.

—Me come la piel —Dijo rascando en el lugar, uno de los sirvientes se acercó y vio un moretón en el lugar.

—Tiene...

—Sí—Interrumpió uno de los que lo habían bañado—. Cuando llegó tenía el moretón solo tratamos de que no se vea. El sirviente que estaba a su lado tomó polvo y le colocó en el cuello.

—La reina por primera vez invito a Reyes de las islas del rededor. Solo quiere alardear que tiene dos diamantes —Le habló el sirviente que había colocado el polvo en su cuello.

—¿Dos diamantes? —Comentó Dereck, entonces recordó el diamante que da vida—. Vaya nos tienes a los dos —Dijo por último.

—¿Cuál diamante eres tú? —Cuestionó el sirviente delante de él.

—Alex deja de hacer preguntas de la cuales te puedes arrepentir —Comentó uno de los sirvientes que habían duchado a Dereck, terminaron de ponerle los zapatos y Dereck se sentía aún más molesto.

—Cuando llegaste no llevabas calzado debe ser difícil acostumbrarse —Dijo Alex dándole una sonrisa. Dereck le devolvió la sonrisa al chico.

—Un poco, se siente extraño.

—El rey de la isla de Batroom cercana llegó —Comentó un sirviente cuando entró en la habitación—. Ya vienen a buscarte para que te conozca primero con el diamante blanco.

—¿Cómo se llama?

—Alena, es muy divertida he estado mucho rato con ella, pero no es mi tipo —Comentó Alex.

—Alex no creo que a él le interese cuál es tu tipo —Respondió uno de los sirvientes que lo había duchado. Este también le había terminado de poner perfume, pasó el cepillo para peinar su cabello algo rebelde.




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