Drygol, Un Diamante De Fuego

CAPÍTULO 3

DISFRUTA LA LECTURA!

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Claver y Byron caminaban por paisajes oscuros, el aire estaba un poco tenso, ya estaba oscureciendo, Byron se sentía tan extraño llevaban horas caminando, parándose y caminando y se empezaba a preocupar, nada había pasado desde hace rato se preguntó cuando aparecería algo raro. Una persona como Claver llamaba la atención de cualquier criatura de este bosque, pero en este punto no había pasado nada. Llegaron a un pequeño río que bajaba en línea vertical eso quería decir que para ellos cruzar al otro lado debían meterse en aquel río. La corriente estaba algo densa así que se detuvieron para estudiar como debían pasar.

Claver se fue a la orilla y llenó su cántaro y bebió del agua, lavó su rostro y se quitó las sandalias metiendo los pies para refrescarse, echó también agua entre sus hombros no tanto para mojar su vestimenta por completo.

—Tendremos que pasar con cuidado, debes agarrarte fuerte de mí, porque si no, con la fuerza que tienes ese río estoy seguro de que te irás río abajo. No dudo de eso.

—Ah ridículo, ha puesto a que si puedo pasarlo y te dejo con la boca abierta —Respondió Claver saliendo de la orilla y sentándose en las piedras para ponerse nuevamente sus sandalias.

—Quieres apostar —Comentó Byron mirando el río y luego hacia ella con un eja alzada.

—Lo que quieras —Dijo Claver levantándose del suelo sacudiendo sus manos.  

—Bien, Bien, déjame pensar.

—No pongas nada raro —Comentó la chica cruzándose de brazos mirando el río, casi por echar para atrás con la apuesta al ver su densidad. El sol se había puesto asiendo que entre la noche poco a poco aunque todavía estaba la claridad del día.

—Así va la puesta. Si pasas, cuando amanezca voy a llevarte a caballitos durante el día completo, pero si no pasas tendrás que llevarme a mí. Piénsalo bien si no pasas no te voy a considerar tendrás que llevarme a cargo todo el día Claver, de acuerdo?.

—Pero descansando ¿verdad?

—Ya estás segura de que vas a perder.

—No, solo estoy aclarando lo que hay que hacer en caso de que pierda, pero voy a cruzar así que prepárate —Sacudió sus manos y recogió de sus brazos las mangas de un suéter imaginario miró a Byron y sonrió alzando las ejas.

—Sí, claro que sí—Byron le dio el paso caminando hacia atrás con una sonrisa burlona en su rostro. Claver empezó a caminar entrando en la orilla del río, empezó a dar paso en zancadas levantando los pies altos para poder pasar las corrientes, dio otro paso sintiendo como el agua arremetió contra sus rodillas desequilibrando sus músculos, ni siquiera estaba en medio del río cuando perdió el equilibrio por completo y empezó a rodar río abajo. Byron negó con la cabeza, agarró la rama que llevaba en sus manos y se volvió sombra apareciendo delante de Claver dentro del agua.

—¡Byron, ayuda! —Claver se hundió en el agua y Byron la agarró por un brazo, él sabía nadar y también sabía como salir de corrientes de esa magnitud y más altas, pero con Claver se le hizo un poco más difícil hasta que logró buscar orilla. Claver tocio, había tragado un poco de agua aunque no se había ahogado Byron lograba sacarla arriba a tiempo cuando duraba mucho bajo el agua.

El chico se quedó mirándola con una sonrisa en sus labios, Claver traía el corazón a tope sentía que pronto se le saldría del pecho—. Más te vale que cojas fuerzas porque serás mi carruaje durante el día de mañana —Le guiñó un ojo y caminó un poco más arriba lejos de las orillas del río y comenzó a quitarse su ropa tendiéndola en el suelo.

—¿Qué estás asiendo? —Preguntó Claver mirándolo desnudo.

—No vez por tu culpa mi ropa está mojada —Dijo sentándose en el suelo. Claver se sentó a su lado ignorando su desnudez.

—Pues yo soy una mierda, 

—Sí —Contestó él—. ¿Estuvieras al lado de Benjamín como estoy así normalmente?

—¡Oye no!, Benjamín es un fortachón y todo, pero estoy segura de que él y Maya están totalmente enamorados.

—Tú también lo notaste.

—Claro, quien no lo notaría, como él la mira, como ella lo mira es puro y sano a pesar de sus temperamentos. El amor es tan bonito —Claver suspiró.

—Lamento que para ti no lo sea —Comentó Byron abrazándola, recostó su cabeza en el hombro de la chica.

—No pasa nada, esta vida es muy rara —Dijo bostezando, se acostó en el suelo y Byron se acostó a su lado aún abrazándola.

—¿No tienes frío Byron?

—No, tú eres una mamá caliente digo calidad —Ambos carcajearon sintiendo el sueño apoderarse de cada uno, hablaron un rato más y de repente cesó el sonido de sus voces.

Claver abrió los ojos cuando sintió el sol en su frente, pestañeo varias veces para acomodarse a la claridad y se levantó para salir del sol sentía su piel bastante quemada del sol, corrió hacia la sombra y encontró a Byron acostado en un árbol traía su ropa puesta y estaba rendido en un sueño.

—Mira ese maldito me dejo en el sol —Lo pateó en el hombro, pero este ni siquiera se inmutó siguió en su sueño, Claver bebió agua y oyó su estómago gruñir.

—Vaya

—Ay!

—¿Ese es tu estómago?

—¡Pretendes matarme del corazón Byron! —Gritó-Preguntó Se levantó del lugar donde se había sentado mirando a su alrededor para ver si encontraba algo de comer.

—Tu estómago fue el que me sobresaltó —Respondió encogiéndose de hombro.

—Sí claro, tengo hambre; apenas comí las uvas que me trajiste ayer. Vamos a buscar ven!

—¿Ven? Vamos, recuerdas la apuesta de a noche.

—Byron es en serio desde ahora.

—Una apuesta es una apuesta. Debes cumplirla.

—Pero tengo hambre.

—¿Y a mí que me afecta eso?

—No tengo fuerza, además ¿Dónde voy a encontrar algo para comer?

—Este bosque está lleno de árboles de frambuesa y Uva y otras frutillas, pero no podemos comenzar a caminar si no me cargas —Byron abrió las manos para que ella lo cargara Claver rodó los ojos y comenzó a levantarlo del suelo.




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