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Punto de Vista de Hakyeon
Como toda historia la mía tiene un punto de partida, puede que comenzara antes, pero francamente, no lo recuerdo, soy de esas personas a las que se les olvidan las cosas importantes y en su defecto, recuerdan las estupideces o errores que nadie quiere llevar en su mente...
Toda mi vida había sido un ir y venir, al cumplir los diez me había mudado más que cualquier persona que conociera, y al tener diecinueve me sorprendía el hecho de que en algún punto de esos años y mudanzas, me había dejado de molestar. Mis padres eran la definición de personas estrictas, no me dejaban salir, ni hablar con otras personas, solo me permitían ir a la escuela, ya te imaginaras el lío en el que me metí cuando les confesé que estaba enamorado de un chico, en algún momento creí que estaban dispuestos a matarme, en aquel momento, me asuste. Me gritaban palabras tan singulares como "no puedes amar a nadie" "no tienes corazón" "te arrepentirás de esto", sin embargo, nada de lo que decían llegaba a lastimarme, porque siendo sincero, no las entendía, solo pensaba en lo injusto del comportamiento de mis padres y analizaba todos los años de sufrimiento que pase gracias a ellos y me enojaba conmigo mismo por nunca haberme quejado, el que pensara que yo no podría amar me parecía tan estúpido como imposible, yo sabía lo que sentía, esa felicidad que me inundaba al estar con esa persona era real, pensaba que el no dejarme amar, era inhumano.
Mi novio se llamaba Hongbin, era menor que yo y para mí, la persona más hermosa de toda la galaxia, en ningún momento me falto valor la noche que nos escapamos, pues ver aquella sonrisa y notar sus ojos brillar era lo único que necesitaba para vivir, si él me amaba sabía que mi vida sería perfecta...
Nos mudamos con unos amigo, tenían un apartamento suficientemente grande para vivir seis personas sin ningún problema gracias a la fortuna de una de ellos, Wonsik, tenía la misma edad de Hongbin, pero era empleado de su propio padre haciéndolo el más exitoso del grupo, el señor Kim era uno de los hombre más poderosos del país y al que solo vi en una ocasión...
El secretario del distinguido señor también era nuestro compañero de piso, su nombre era Lee JaehWan y llevaba una clandestina relación con Wonsik, era interesante observarlos, ambos eran dos personas muy cariñosas, aparentemente inseparables, sin embargo, en la calle parecía que ni se conocían, fuera del apartamento era el director Kim y secretario Lee.
El más pequeño de todos era Hyuk, un ser inquieto que llenaba las paredes del lugar con música, era talentoso y siempre iba de arriba hacia abajo cargando una guitarra, siempre sonreía y cantaba, tal cual un niño lo haría...
La última persona que convivía con nosotros era TaekWoon una persona callada y reservada que no hacía más que comer y acosar a Hyuk, todos creíamos, que estaban enamorados en secreto.
Juntos éramos felices, ignorando lo que había fuera de nuestras paredes todo era perfecto, no nos faltaba nada y nos sobraba alegría, queríamos creer que nuestro pequeño mundo duraría para siempre, pero no fue así, cosa que nos enseñó que la vida siempre tiene complicaciones...
Hongbin y yo nos pasábamos los días en completa calma, a excepción de las veces en las que se enojaba sin razón, como aquella vez en la que observábamos el televisor mientras él cambiaba los canales sin saber que dejar realmente, presionaba enérgicamente los pobres botones del control con el ceño fruncido como si le molestara algo
– ¿Qué te pasa? –Le pregunte, el me ignoraba dejándome confundido, le arrebate el control de las manos captando por fin su atención, me miro indignado y yo le sonreí, continuo observándome unos segundos hasta que pareció rendirse al recostarse del sofá soltando un suspiro de cansancio, me acerqué a él dando un beso en su mejilla y volví a preguntar– ¿Qué te pasa mi amor?
– ¿Extrañas a tus padres? – ¡Que estupidez! Pensé en aquel momento al escucharlo preguntar algo tan irreal, era una tontería de su parte preocuparse por algo tan imposible, odio a mis padres
– ¿Por qué lo preguntas? Ya ha pasado un año
– Es solo que –Me miro con tristeza– No lo sé
– No te preocupes cariño –Lo rodee con mis brazos– tu eres el único que necesito, la persona más importante en mi vida, solo tú puedes hacerme feliz
Recuerdo como ni me miro, claro que no me enoje, volví a besar su mejilla, luego su cuello repetidas veces hasta que sonrió, era nuestra forma de arreglar los problemas y eso me encantaba, lo amaba, lo amo tanto...
Días después todos estábamos reunidos en la sala de estar viendo las noticias, en las cuales seguían las tragedias, en esos días habían descubierto más de quince asesinatos a manos, decían los periodistas, de un solo hombre, contaban que golpeaba a sus víctimas hasta dejarlas hechas trisas, casi siempre censuraban la escena del crimen en las imágenes por ser demasiado sangrientas, en aquel momento, solo de pensarlo se me erizaba la piel, me resultaba aterrador. Hongbin siempre se sentía mal después de ver las noticias, pero aquella vez fue especial, en las imágenes presentaban la escena del crimen con especial cuidado en no perder ningún detalle, la sangre, el estado de los cuerpos y el miedo que infundía en las personas no dejaba dudas de que había sido el mismo acecino, Hongbin miraba la pantalla desde la cocina mientras preparaba bebidas para los demás, pero un estruendo desvió nuestras miradas del televisor, los vasos habían caído al suelo, Hongbin parecía congelado a medio camino de llegar a nosotros, sus ojos estaban muy abiertos, se notaba el miedo y la sorpresa en su mirada, todos estábamos desconcertados, no entendíamos su comportamiento hasta que Hyuk señalo la tv y con voz asustada dijo