Enamorarte por primera vez es algo maravilloso. Te llena de emociones intensas y sensaciones que parecen sacadas de un cuento: esas mariposas revoloteando en el estómago, el corazón acelerado cuando cruzas miradas con esa persona especial, el nerviosismo de cada encuentro.
La verdad es que, cuando yo me enamoré por primera vez, no fue tan mágico como esperaba. Sí, sentí todo eso: nervios, ilusión, esa emoción que te hace sonreír sin razón. Pero todo cambia cuando te enamoras de tu mejor amigo. Nada es sencillo.
Quería contarle todo. Quería que supiera que me gustaba, que deseaba algo más que una amistad. Pero también tenía miedo… miedo de perderlo, de arruinar todo lo que habíamos construido. Mis amigos —Josh, Karla y Marlen— me animaban a dar el paso, convencidos de que a él también se le notaba algo. Estaba emocionada.
Durante mucho tiempo me lo pregunté: ¿se lo digo o no? Hasta que un día, me armé de valor. Todo parecía alinearse. Tenía la esperanza de que él sintiera lo mismo.
Ese día, al terminar las clases, salimos juntos como siempre. Hablábamos de cosas sin importancia, riendo. Me di cuenta de que estábamos solos; nuestros amigos se habían quedado atrás,dándonos ese espacio a propósito. Era el momento.
—Tengo algo que decirte — le dije con el corazón en la garganta.
Me miró curioso, regalándome una de sus sonrisas.
—¿Qué tienes que contarme?
Las palabras no salían. Jugaba con mis dedos, mordía mi labio.
—¿Por qué estás tan nerviosa? — pregunto, y note que él también comenzaba a ponerse tenso.
—Es que... no sé cómo decirlo.
—Solo dilo.
—Lo que quiero decir es que… me gustas.
Se detuvo de golpe. Lo miré, esperando su reacción. Seguía sonriendo, pero su ceño se frunció apenas. No sabía qué significaba esa expresión, y eso me asustó.
—Di algo, por favor. Estoy muy nerviosa.
Se acercó y me tomó suavemente de los hombros. Estaba tan cerca. Mis ojos bajaron a sus labios, preguntándome cómo sería besarlo…Solo necesitaba su respuesta.
—Me siento muy halagado — dijo. Y yo sabía lo que venia. —Pero lo que yo siento por ti es cariño de amigo. No te lo voy a negar, al principio, cuando recién te conocí, también me gustaste…pero luego te fui conociendo y ese sentimiento cambió. Me encariñé, pero solo como amiga.
Sus palabras eran suaves, su sonrisa seguía ahí, pero yo solo sentía un nudo en la garganta.
—No confundas mis palabras, eres hermosa y tienes cualidades increíbles, pero no eres la chica para mí… y yo tampoco soy el chico para ti. Te mereces algo mejor, Joce.Te quiero, y no quiero perder tu amistad.
Me obligué a sonreír. No lo miré a los ojos porque sabía que si lo hacía, rompería en llanto. Me tragué el nudo y hablé.
—Te entiendo. No te preocupes… tampoco quiero perder nuestra amistad. ¿Qué te parece si hacemos de cuenta que esto nunca pasó y seguimos siendo los mejores amigos de siempre?
—Me parece muy bien.
Sí… pues a mí no. Pero no podía permitirme perderlo.
Me conformé con tenerlo cerca, aunque fuera solo como amigo, incluso si eso me rompía el corazón un poco más cada día.
Con el tiempo, todo cambió. Nuestra amistad se enfrió. Erick se alejó, hizo nuevos amigos, cambió su lugar en el salón… Y conmigo apenas hablaba.
Y eso me destrozó.
Con el tiempo, todo cambió. Nuestra amistad se enfrió. Me sentía culpable, pensaba que todo fue mi culpa por haberle confesado mis sentimientos. Por suerte, mis amigos estuvieron ahí. Me acompañaron en todo ese proceso, incluso cuando Erick empezó a salir con alguien más… y eso me dolió más de lo que imaginaba.
Aunque, siendo sincera, nunca lo superé del todo. Aprendí a vivir con ese amor no correspondido, como quien carga con una cicatriz que ya no sangra, pero sigue doliendo de vez en cuando.
Pero como dicen, el tiempo lo cura todo.
Y cuando pensé que ya no había espacio para el amor en mi vida…cuando creí que jamás volvería a sentir algo así… apareció Osvaldo.
Un viejo amigo de la secundaria.
Un reencuentro inesperado
Y un futuro incierto.
Editado: 26.04.2025