SAE:
-¡Sae! -la escuché decir.
-Uhm. Un rato más -dije revolcándome en mi cama.
-Se te va a hacer tarde para el Instituto -dijo mi madre.
-¡Ah! -me levanté de un salto - Dame 10 min. y bajo -dije mientras tendía mi cama.
Ayer estuve leyendo hasta tarde y creo que por eso aún tengo sueño. Hoy es mi primer día en el Instituto.
Entré a la ducha y me cambié rápido. Me hice una cola y bajé.
-Buenos días -saludé a mi familia.
-Buenos días, hija. ¿Cómo durmió mi princesa? -preguntó mi padre.
-Bien y ¿ya se va a trabajar? -pregunté triste.
-Sí, Sae. Sabes cómo es mi trabajo. Bueno, me voy. Estudia mucho, adiós. -cogió su maleta.
-Adiós -susurré.
-Hija, hoy tu hermano te llevará al Instituto. Ya hablé sobre eso con tu padre -dijo mi madre.
-¿Qué? ¿Por qué? -chillé -Ma, cómprame un auto. Hoseok tiene y por qué yo no.
-Porque aún eres pequeña -dijo mi hermosísimo hermano con sarcasmo.
-¿En serio? Tengo 17 años y no es necesario que me lleven. NO soy una bebé -bufé y me senté a tomar mi desayuno.
-Sae, debes comprender. Tú eres la menor, por lo tanto, debemos protegerte de cualquier peligro. Sabes que tu padre tiene enemigos hasta de sobra y ¿si uno de ellos te secuestra o te asesina? -dijo mi madre alterada.
-Aunque no te guste, es la verdad. Además, no quiero que a mi hermanita se le acerquen hombres pervertidos. Mi Sae es sólo una niña y es muy inocente --dijo mi hermano.
-¿Terminaron? Ok. Muchas gracias. Estuvo deliciosos. Adiós, ma -dije levantándome y cogí mochila.
Salí de casa y subí al auto. Pronto cumpliré 18 y podré manejar mi propio auto. Hoseok, a veces exagera. Es muy sobreprotector. Eso me molesta. Jamás le gustó que tenga amigos, en especial hombres. ¿Acaso yo le prohíbo que tenga amigas? No jamás. Es más, ni me hace caso. Mi hermano interrumpió mis pensamientos.
-Bueno, hermanita. Ponte el cinturón -dijo insertando la llave del carro.
¿Es en serio? ¿Por qué me trata como si fuera pequeña, si sólo me lleva unos cuantos años? Qué molestoso. Después de 10 min. llegamos al Instituto. Espero no llegar tarde. Se detuvo el auto y me dispuse a bajar.
-Ya sabes, Sae. Ningún amigo, si un tipo se te acerca, golpéalo y corre -dijo mi hermano seriamente.
Reí -Sí, por supuesto que lo haré -cerré la puerta del auto- Adiós.
Bueno, Sae. Vas a conocer a nuevos amigos y profesores. Espero te lleves bien con todos aquí y tener un buen día de comienzo. Di una bocanada de aire y me encaminé a la entrada, pero una voz me detuvo.
-¡Sae! --escuché.
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