CAPÍTULO 11

SAE:

Me sentía fatal. Estaba aturdida y confusa. Sentía mis ojos pesados y mis mejillas estaban rojizas. Escuché que alguien me hablaba cogiendo mis hombros. Levanté mi mirada hacia aquel chico. No reaccioné como solía hacerlo, pero me extrañó su atrevimiento. Estaba sin fuerzas y sólo lo miré. Su rostro me parecía haberlo visto en algunas de las clases.

-¿Le puedo ayudar?

-Gracias. Ya estoy bien -dije mientras intentaba calmarme, pues no  era bueno continuar llorando frente a un extraño.

-Pues, no parece. No te asustes. También estudio aquí -dijo.

-Eh... Qué bueno -logré decir.

-Sé que recién me conoces, pero podemos iniciar una amistad, si me lo permites -muy resuelto, se sentó a mi lado- No haré preguntas, sin embargo, puedes desahogarte si quieres. En circunstancias como esta, es un gran alivio hacerlo.

Rompí en llanto silenciosamente. Intenté controlarme, pero no podía. Lamentablemente, me sentía muy frágil y vulnerable. Después de tranquilizarme, añadió.

-Mi nombre es Min Yoongi, pero si deseas, dime Suga.

-Disculpa, Suga. Este es un mal momento. Yo soy Sae.

-No te preocupes, Sae. En ocasiones, también yo he pasado por circunstancias parecidas. Si ya te sientes mejor, puedes compartir tu tristeza.

Lo miré dudosa. Miré alrededor y los alumnos iban y venían. Me sentí segura de no estar en peligro. Ya bastante tenía con lo que me pasaba. En esos instantes, necesitaba hablar sin que escuche reproches ni críticas.

-Es algo simple -moví mis manos de nerviosismo- Mi madre y mi hermano, excepto mi padre, no aceptan mi amistad con... un compañero de clases y nadie me da las razones. Me entristece y, a la vez, me ofusca demasiado esa actitud. En casa, ellos me ignoran y hacen como que yo no existo. Sólo se dirigen a mí para expresar sus prohibiciones y reproches. Por si no fuera poco, mi mejor amiga, también, terminó su amistad por ese mismo motivo. 

-Si se puede saber, ¿y quién es ese misterioso chico?

-Hum... ¿En que ayudaría?

-Bueno, tienes razón. Ya habrá otro momento en que me digas  el nombre. Recuerda algo: siempre estaré a tu lado. Eres una chica como pocas. 

Me extrañó lo que acababa de decir. Apenas me conoce y me hace una promesa. En cambio, Jungkook jamás me dijo algo parecido en este mes de amistad. Es algo confuso, pues son tan diferentes. Mi conocimiento en cuanto a los chicos es escasa. Sería muy apresurado formular un juicio acerca de ellos. Solo trataré de estar atenta a sus actitudes, su forma de hablar, pensar y sentir. Volví a mirarlo a sus ojos, pero había algo en él que me inquietaba, sin tenerlo claro.

-Suga, dime algo de ti -dije.

-Hum... ¿Qué te puedo decir para que confíes más en mí? Pues... soy hijo único y primo de Jeon Jungkook. Lo debes conocer. Su apellido es reconocido en los medios. 

-¿Jungkook? Él no me lo dijo que tenía  un primo.

-Le comprendo, lamentablemente, mi tío murió hace poco. Fue una gran pérdida para la familia. Te soy honesto,  digamos que... no somos muy cercanos con él. Más adelante lo sabrás -dijo notándose un cambio en su rostro.

-Por mi parte, tengo un hermano mayor. Él es muy sobreprotector y me cuida muchísimo. Vivir con él, es un caos. Sus amor y cuidados me alteran los nervios. Siempre supervisa con quiénes me relaciono y mucho más con los varones. En cuanto al nombre de la persona que te hablé y el motivo de las contrariedades con mi familia es... tu primo Jungkook.

-Hum..., ya veo -se quedó unos segundos en silencio- Ahora, ¿también me rechazarán? Tengo que estar alerta, entonces.

Ambos reímos. Estaba claro que él intentaba sacarme de mi tormento por un rato. Ya me siento mucho mejor por compartir con alguien sobre mi problema.

-¿Qué curso te toca? -dijo mientras nos poníamos de pie. Ya había tocado el timbre.

-Química -dije.

-¡Qué coincidencia! A mí, también.

-Vamos -por fin logré sonreír.

JUNGKOOK:

Después del incidente. Me quedé unos minutos más con la mirada perdida, apenas tarareaba el ritmo de la música. Desperté de mi letargo, por el sonido del timbre. Me tocaba Química. Es aburrido: tablas periódicas y no sé que más. Jamás me interesó ese curso. Me dirigí al aula desganado. Me senté a esperar al profesor, pero veo que entra Sae con... ¿Suga?

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