SAE:
Era hora de salida y me dirigí hacia la puerta principal. Allí estaba Suga, esperándome al parecer.
-Hola, Sae. Si Jungkook no te lleva a tu casa, yo lo hago ¿Qué dices? Pero no traje mi auto.
-No importa, vamos.
Estuvimos hablando de cosas triviales, mientras caminábamos, pero Suga me preguntó algo que jamás pensé en mi vida.
-¿Te gusta Jungkook? -dijo- Eres muy buena con él. Veo cómo lo tratas y ya sabes a lo que me refiero.
¿Cómo sabe acerca de mi actitud hacia Jungkook? ¿Acaso me estaba ya observando desde antes? Su pregunta me extrañó y me cogió desprevenida.
-¿Eh-h? ¡Hum... No, claro que no! Ser solidaria y amable con una persona, no significa que me guste -dije mecánicamente sin dejar de sonrojarme.
-¿Segura? Eso no parece.
-¿Cómo crees? Es imposible que me guste ese chico -dije algo nerviosa y no sé porqué lo estoy.
Cambié de conversación porque ya estaba incómoda. Él es un chico muy atrevido al hacerme esa pregunta.
-Bueno, ya llegamos. Muchas gracias por acompañarme.
-Es un placer para mí. A partir de ahora, cuenta conmigo, pues...
En esos instantes, la puerta de mi casa se abre y sale mi hermanito querido.
-¡Hola, hermanita! -dijo sonriente.
Pero como era de esperarse, la intensidad de su sonrisa desapareció al ver a Suga. Se tornó serio en segundos.
-¿Quién es? ¿Es ese Jungkook? -interrogó Hoseok.
-¡No! El es Suga, un amigo.
-Muchos amigos en un corto tiempo, ¿no crees, Sae?
-Mi nombre es Suga -hizo una reverencia- Bueno Sae, hablamos luego. Es gusto. Adiós -dijo mientras se iba.
-Adiós -dije mientras empujaba a Hoseok adentro de la casa.
-Buenas tardes, mamá -dije forzando una sonrisa.
Raras veces establecía una conversación con ella, sólo lo básico. Confieso que las dos hemos cambiado y mucho. Dejé mi mochila, me lavé las manos y me senté para almorzar.
-Madre, ¿Sabías que un tal Suga trajo a tu Sae a casa? -lo dijo con una sonrisa irónica.
Yo guardé silencio ante ese comentario y proseguí comiendo. No sé qué hice para merecer tener un hermano como él. Era curioso, yo intentando resolver los problemas entre Suga y Jungkook y no sé qué hacer con los míos.
-¿En serio, hija?
-Sí y qué tiene de malo. Ahora también me alejarán de él -dije de mal modo.
-Sae, no me gusta la forma en que respondes. Tu comportamiento provoca que me faltes el respeto. Ya no se te puede decir nada. Tendré que hablar de esto con tu padre.
-Habla con él. ¡Y también le dices que me quieres apartar de las personas que estimo!
-¿Qué dijiste? ¡Todo lo que hago es por tu bien!
-¡Todo es por mi bien! ¿Acaso hay alguna razón? ¡Ya estoy harta que me digas lo mismo sin dar más explicaciones ¡No me entiendes! -me fui corriendo hacia mi habitación.
Cerré de un sólo golpe la puerta. Sentí que mi sangre hervía de cólera, pues me prohíben de manera antojadiza. Si mi padre estuviera aquí, todo sería diferente. Me tiré sobre mi cama y lloré silenciosamente.
Me sentí extraña al tener esa actitud ¿Qué es lo que me sucede? Necesito a mi padre, pero él solo viene los fines de mes. Estoy segura que me comprendería y no me reprocharía como lo hace mi madre y mi hermano.
...
Hoy 24 de abril iré con Suga al cine, pues me había invitado y quería cumplir mi palabra, aunque sin mucho ánimo. Esta invitación representaba un premio sobrentendido , pues la relación entre los dos había mejorado, pero aún noto algo de tensión entre estos dos chicos.
Bajé de las escaleras y me encontré a Hoseok y Suga conversando de los más ameno. Era bastante raro cómo ambos se hayan familiarizado tan fácilmente. Tanto mi hermano como mi madre ignoran que sigo saliendo con kook.
-¡Hola! ¿Qué hacen? -interrumpí.
-Pues charlando un poco -dijo mi hermano mirando a Suga.
-Vamos, Sae -dijo dirigiéndose al auto.
-Si ya voy.
Estaba por salir, pero mi hermano me detiene.
-¿Qué sucede?
-Toma, por si lo necesitas -me dio discretamente un taser.
-Bueno, adiós.
Mi hermano cerró la puerta y en cuanto pude, antes de subir al carro, lo arrojé al basurero, pues no era necesario.
SUGA:
Hoy saldré con Sae al cine. Hasta ahora va marchando todo bien, como yo lo quería. Me estaba alistando cuando recibí una llamada tan inoportuna.
-¿Qué pasa? ¿Qué quieres? -dije.
-Nada señor. Sólo le llamaba para decirle que todo está listo, sólo falta que usted lo apruebe.
-Ok. Iré más tarde. Yo te aviso -colgué.
Subí a mi auto y llegué a la casa de Sae. Toqué el timbre y salió su hermano. No me cae bien, pero me servirá su amistad.
-Hola, vengo por Sae.
-Sí, ya baja. Te digo algo, me eres muy simpático y me agrada tu amistad con Sae. Ya habrá oportunidad para conversar más amenamente, no solo conmigo, sino también con mi madre.
-Muchas gracias, Hoseok. Es un placer escucharte decir que agrado a tu familia.
- Eso sí, te digo sin rodeos porque no es mi estilo: no te atrevas a lastimar a mi hermana -dijo fríamente.
-No vengo con malas intenciones. Sae es una persona genial y de buena formación.
-Eso espero.
En esos momentos, Sae bajó y le avisé para irnos. Salió de su casa y la vi tirar algo al basurero, pero no le pregunté.
La verdad es que la pasé muy bien con ella, después de tanto tiempo que no disfruté agradables momentos. Terminamos de ver la película y comimos algo. La quise llevar, pues era tarde, pero no quiso. No insistí, pues tenía algo que hacer y me retiré.
SAE:
Cuando terminó nuestra salida quise irme sola a casa, pues todavía era temprano. Tomé un atajo hacia mi casa y cogí mis audífonos para escuchar música, mientras tarareaba. Ya había caminado algunas cuadras, cuando de repente se apagan las luces. Me asusté mucho.