KIM JOO-SHE (papá de Sae)
Desde que era un niño, mi padre me enseñó a cómo lograr ser líder en cualquier lugar o campo de trabajo. Esto me ayudó a ser exitoso y obtener muchas ganancias económicas. Él tuvo constantes disputas con la empresa de los Jeon, su principal adversario. Por eso le prometí, antes que falleciera, que lograría deshacerme de ellos. Así lo hice , pues logré desaparecer a Jeon Lee Suk , aunque quedó su heredero, Jeon Jungkook. Jamás olvidaré su nombre, pues era la figura de su padre, pero no es de temer y nunca será un problema para mí.
Me quedé a cargo de la empresa de mi padre a los 20 años. Fui preparado en las mejores universidades de Corea y EE.UU., pues mi padre me necesitaba para proteger el dinero que provenía del narcotráfico. Cuando lo descubrí, me impactó sobremanera y me rebelé como todo joven que crece con la falsos ideales y sentimientos sanos. Mi padre logró convencerme de nuestra realidad y cuán importante era para toda la familia, pues representaba la herencia de nuestros antepasados imposible de renunciar. Me endureció implacablemente, sin dejar rastros de debilidad en mí.
Mi Sae es todo para mí. Ella es el centro de mi vida y todo cuanto hago es para verla feliz. Deseo que se quede a cargo de todos los negocios limpios, pues Hoseok es muy débil y falto de carácter, pero no le reprocho por eso, pues me hace recordar viejos tiempos. En cambio, Sae es la indicada. Es bastante inteligente, hábil y valiente: el perfil ideal de todo padre.
Quise dar una sorpresa y llegué a casa en la tarde y no encontré a mi hija.
-¿Y Sae? -pregunté a Yiang.
-Ha salido, aún no llega.
-¿A dónde fue?
-Salió con un amigo. También te quería hablar acerca de un tema de...
No continuó cuando se escuchó la bocina de un auto.
Me asomé a la ventana y vi a mi Sae saliendo de un automóvil. Entró y, al momento de verme, corrió a abrazarme.
Cuando empezamos a conversar me llevé la sorpresa de que Yiang no le da cariño y atención a mi hija querida. ¿Cómo es posible que una madre sea indiferente? Me dolió en la forma que mi hija se expresaba y pensaba acerca de su madre. No voy a permitir que su madre sea la culpable de sus inseguridades y temores.
Mi pobre Sae se desahogó como jamás lo hizo y entendí, claramente, que necesitaba del calor y atención de su madre. Era de esperar, el motivo de esta rencilla es la presencia de un jovencito, de quien mi pequeña mencionó muchas virtudes. Su entorno amical ya comenzó a cambiar sin darnos cuenta y creo que su madre y yo no podemos inmiscuirnos y, menos, controlar.
-Se llama Jeon Jungkook -sonrió al nombrarlo de una forma peculiar que recién descubría.
No me gustó para nada esa confesión. Mi sorpresa me lo guardé y disimulé hábilmente. ¿Será posible lo que estoy pensando? Todo mi cuerpo se estremeció al escuchar ese nombre. Temí lo peor. Algo en mí me decía que era la misma persona indeseable. ¡Cómo se atrevió a acercarse a mi hija! Tengo que alejarlos de manera muy discreta. Ahora entiendo el porqué actuaba así Yiang. Yo hubiera hecho lo mismo, pero suelo ser más cauteloso e implacable sin que me descubran y eso me lo debo a mi padre.
-Espero un día conocerlo. Pero a horas vas a dormir. Es ya muy tarde y debes descansar -le di un beso y la dejé acostada.
-Tú también descansa, papito ¡Buenas noches!
-Buenas noches, hija.
Salí de su habitación y fui a la mía para hablar con Yiang. Entré y vi a mi esposa sentada en el sillón. Me acerqué a ella.
-¿Qué pasa Yiang?
-¿Todavía me preguntas? Seguro tu hija ya te lo dijo. Para ella soy lo peor. Y todo es tu culpa -me señaló con un gesto de rabia.
-¿Mi culpa? -dije algo alterado- Eso te pasa por no actuar como debe ser, con inteligencia y astucia. Nunca has logrado ser como yo -recibí una cachetada.
-¡Cállate! Es verdad. Difícilmente, seré como tú. Un falso hombre, que se cree el Todopoderoso. Eres muy hábil al desenvolverte en tus turbios negocios y no tienes el valor de mostrar tu verdadera cara a tus hijos. Mi hija me odia por tu culpa. Tú empezaste todo esto. Ya lo hiciste con Lee suk, ¿ahora lo harás con su hijo, también?
-Así es y no te equivocas, pero esta vez será muy diferente ¿Quieres que te diga cómo lo voy a desaparecer? -sonreí irónicamente.
-¿Por qué no aprendes a tener una vida como el común de las personas? Ellos no te hicieron nada ¡Ya basta con esto! ¿No te das cuenta que tus acciones nos hacen daño y, especialmente, a Sae? Ella me pregunta porqué lo hago y no sé que decirle. Me niego a pensar que ese jovencito, que puede ser nuestro Hoseok, sea otra víctima más.
-¿Acaso te obligo que no le digas? Puedes decirle y ella no te creerá, absolutamente nada. En cuanto a ese jovencito...
-¿No le temes a Dios? Te lo pido, recapacita. De todas maneras harás daño a Sae.
-Aún no sabes de lo que soy capaz. Aún no me conoces del todo. Ya me duele la cabeza, voy a dormir. ¡Y este tema se termina aquí!
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