Dueles.

Vamos a sonreír.

Claramente,  todos estaban enterados de lo que pasó con Daniel,  y ¿cómo no hacerlo? Él,  Habia Sido durante mucho tiempo de nuestro "grupo",  y aunque los chicos trataban de disilumarlo,  sabian que estaban intentando cualquier cosa para sacarme sonrisas reales,  no lo niego,  he sentido que han pasado los peores meses de mi vida,  y aunque no comparta y haga públicos mis sentimientos con los chicos,  no significaba que ellos no lo notaran. 

Diego,  al ver mis grandes bolsas debajo de mis ojos,  y deducir que Había llorado toda la noche,  decidió  que todos fuéramos por un café,  me gustaba ir allá,  era un lugar tranquilo,  el olor que destilaba era muy complaciente,  alli iba seguido para leer y desahogarse un poco. En Este Lugar atendían Arturo y Deicy,  los conocía ya hace bastante tiempo, ellos son pareja,  y los dos son tal para cual,  ellos me entendían a la perfección y daban los mejores consejos, ¡lo hacen ver todo tan fácil! 

Nos sentamos en la mesa del fondo, al lado de la ventana,  desde alli se podia ver la Tv y de lado, luego de cruzar la calle,  los arboles del bosque,  una que otra vez se veían a la orilla los majestuosos ciervos de cola blanca,  sin duda aquel que podia llegarlos a ver por mas de 10 segundos,  deberia sentirse muy afortunado.  Cuando era pequeña, fuimos a dar un paseo con mis padres por el bosque en invierno,  y a lo lejos pude admirar uno,  ¡enserio que es hermoso! Y luego de esto,  mi padre nos llevó a comer helado, fue uno de mis mejores días. 

Me quedé  observando el paisaje por unos cuantos minutos, pensando en las veces que pasé por allí  con Daniel,  tomados de la mano y caminando sin rumbo fijo; era de mis caminatas con el preferidas,  en ese momento recordé cuando en una de nuestras caminatas,  decidió de un momento a otro tomarme sin que pudiera evitarlo,  me sostuvo en  sus brazos y me dió un tierno,  lento y largo beso,   al terminar,  me miró a los ojos con una dulzura que no te deja pensar que algún día pueda terminar,  y dijo con voz delicada "te amo mas que a nadie en este mundo que seria gris de no ser por ti" Volví  A besarlo sin dudarlo dos veces,  solte una pequeña sonrisa. Pero luego volví a mi presente,   de repente,  me invadió la tristeza,  como dolía recordar esos momentos en los que era tan feliz,  enserio te extraño,  MI AMOR!  

-¡LAURA! - escuché a mis amigos decir a coro.  - Despierta por favor,  te han estado preguntando que peridás para tomar. -sonó la voz de Andres. 

-Dame un Café Moca,  y que quede bien cargado por favor. - Le dije a Deicy tratando de disimular mis sollozos.

Sofia notó al instante,  que de nuevo,  me habia perdido en mis recuerdos,  queriendo dar marcha atras de todo lo que pasó con Dani.

-Oye Laura.  - dijo mariana un poco desanimada.

-dime. -dije tratando de olvidar lo que me agobia.

-¿Estás Bien?! - lo que dijo me sorprendió,  me dejó sin ganas de dar respuesta a su pregunta.

- ¿Tanto se nota?. - pregunté a todos,  Y como era de esperarse,  bajaron la cabeza sin ganas de mirarme a los ojos.

Odie ese momento tan incómodo,  duramos unos cuantos minutos en un completo silencio,  Gracias a Dios que esto acabó con la llegada de los cafés a nuestra mesa, pero esta vez llegó Arturo,  y nos dirigió una sonrisa amable,  pero hizo un gesto de desconcierto al verme,  -¿qué pasa?  Parece que Viste un fantasma.  - le dije un poco confundida por su reacción,  e hizo una pregunta que era mas que clara que haría,  -¿y Daniel? - esto hizo que sintiera como si me estuviera atravesando una espada por el corazón,  baje la cabeza y dije,  -¡Todo acabó! - Diego notó que el ambiente se hizo incómodo de nuevo,  y le hizo unos gestos a Arturo,  todo para que no preguntara la razón,  y por el contrario,  intentara cambiar el tema.  El entendió de inmediato esto,  y sin dudarlo dos veces,  - Ya se! ,  Chicos hoy iremos a un lugar para olvidar las penas,  y  tú Lau,  no puedes negarte.  De ahora en adelante,  ¡Vamos a sonreír!,  los espero a las ocho aquí mismo,  y vengan bien arreglados. - fue lo que dijo, me puso un poco nerviosa ,  pero por lo que noté,  no permitirian que fataran,  y además me sentaría bien un respiro, asi que asentí con la cabeza, y seguí bebiendo mi café.

Todos se pusieron muy contentos con mi respuesta y la ayuda de Arturo,  hablamos un poco de todo,  y al acabar,  tomamos caminos separados y quedamos de encontrarnos en el Café  a las 7:50.




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