Dueles.

¡Camina!

Tomamos caminos  separados, y debido a que aun tenia suficiente tiempo para arreglarme y llegar a tiempo,  decidi ir mas lento que nunca,  parecia como si estuviera contando mis pasos,  dejando a cada silaba un segundo de diferencia.  Hacia frío, pero no puedo negar que me encanta este ambiente,  siempre he pensado que es mejor el frió al calor. 

Mientras caminaba por la acera,  veía como pasaban los automóviles,  con mi rostro a gachas y con ganas de llorar,  recordé cuando pasaba por allí en las madrugadas con Daniel,  tomados de la mano como cual pareja de recién casados,  que estaban llegando de su luna de miel,  recuerdo que tomó mi mano sin que yo hiciera alguna suplica para esto,  lo que produjo que lo mirara tiernamente,  el me respondió con una sonrisa de lado y un brillo en sus ojos...  Amaba verlo y que fuera como si solo Existieramos el y yo caminando sin rumbo. 

En Esa caminata considero que tuve un tiempo de reflexión,  o bueno tiempo para extrañar sin dar explicaciones a nadie,  enserio que dolía cuando pensaba que ya no tendría sus besos,  sus abrazos,  sus mirabas...  Sabia que todo había acabado,  pero me negaba a aceptarlo,  me niego a aceptarlo. 

Estaba Tratando de distraer mi mente en cualquier otra cosa,  asi que comencé a pasar por las calles observando las prendas en las vitrinas de los almacenes de ropa,  disfrute inmensamente pasando por el área de perfumería,  y cuando empecé a sacar de mi cabeza aquellos momentos del pasado,  pasó algo que sin duda me hacia pensar que el destino estaba en mi contra. 

A lo lejos vi a Daniel, Con su sonrisa de oreja a oreja,  con un pantalón ajustado,  una camiseta blanca y una chaqueta de cuero,  lucía renovado, emocionado,  por poco y se da cuenta que aun seguia admirandolo a lo lejos,  gracias a Dios corri hacia atras con cuidado pero con rapidez,  senti como me sonrojaba Y Mis Nervios se pusieron inmediatamente de punta,  senti un escalofrío en todo mi cuerpo,  que termino en lágrimas cayendo de mis ojos...  Y justo cuando pensaba irme y tratar de ignorar el hecho de verlo, vi como se le acercaba una mujer,   sonreía,  era igual de alta a mi,  con cabello rubio, no tenia mucha figura,  era flaca pero debo admitir que muy hermosa...  Supuse que era una de sus amigas,  y que el había estado tomando la costumbre de salir con toda aquella que se ofrezca,  pero esa idea se fue rápidamente cuando me di cuenta de que el le obsequió un peluche,  y ella se emociono y dió un corto beso en sus  labios. 

¡¡Mierda!!.  Fue lo unIco que pasó  por mi mente en ese momento,  como pude salí corriendo sin que pudieran verme, sinceramente no me fije el rumbo que tomaba,  no veía con claridad a donde me llevaba la tristeza y los sollozos que no me permitían ver. 

-¿Eres idiota o que?- Fueron las palabras que grité debido a que acababa de chocar con un hombre,  no mire siquiera su rostro,  acomodé mi ropa y Alegué una que otra cosa que ahora que lo pienso,  nisiquiera tenían sentido,  y yo era la tonta que no había visto por donde caminaba. levanté mi rostro y me encontré con un hombre muy apuesto,  de ojos grises,  alto,  acuerpado y con músculos,  en sus brazos pude ver que habían unos cuantos tatuajes,  y no podía faltar mencionar que tenia sus labios muy bien definidos y con color natural adornado con un lunar encima.  El me miro con mucha molestia y gritó que yo era una ignorante por no fijarme de lo que hacia.  Lo moré mal, con ira y tristeza. me fui solo dejando que mi hombro chocara con su brazo,  debido a que era mas alto que yo. 

Decidí tranquilizarme y secar todas mis lágrimas para no tener algún otro encuentro molesto,  caminé con mas cuidado pero con un poco de afán pues ya se me estaba haciendo tarde y no alcanzaría a arreglarme como a mi me gustaba.  

Llegue a mi casa,  un tanto decaída por lo que acababa de ver,  pero es de esperarse,  Daniel ahora era un mujeriego,  pero el siempre asumia y contaba que era mejor estar con muchas,  a arrepentirse por no haberlo intentado. Aun no entiendo por que mi corazon después de tantas cosas,  despues de tantas humillaciones,  engaños y mentiras,  seguia extrañando ese ser que era tan insignificante,  pero bueno,  no podía seguir perdiendo el tiempo,  debia arreglarme muy pronto ya era las 6:30.

Entre a la ducha,  sali y Sequé mi cabello para que quedara lacio,  estaba aun embuelta en mi toalla,  empece a maquillarme,  no me gustaba que pareciera un pallazo,  pero a mis amigos les encantaba cuando me maquillaba,  pues cambiaba mi semblante y decían que me veía mas atractiva de lo normal,  encrespe mis pestañas,  y debido a lo que me había aplicado,  mis ojos se veían mas grandes y seductores, pinte mis labios con un rojo fuerte,  pero oscuro,  cerca a un vino tinto,   puse un vestido negro de falda corta,  señido a mi cuerpo y escotado en la parte de atras,  me puse unos zapatos altos,  pero no mucho,  no Queria cansarme rápidamente,  puse unas cuantas pulseras en mis brazos y una en mi tobillo,  pero se me daño el momento al ver que aun quedaba una pulsera en mi caja,  era la que me había regalado Daniel en unos de nuestros aniversarios,  trate de ignorarla cerrando la caja,  termine por completo de Arreglarme y me sentía muy segura de mi misma mientras me observaba en el espejo de cuerpo completo que había en mi habitación. 

Ya era las 7:30, así que decidí salir temprano,  con eso daria una vuelta,  mis padres quedaron Sorprendidos por mi aspecto,  aseguraban que no parecia yo,  pero que me veía totalmente hermosa,  no me dieron hora de llegada,  solo me dijeron que me diviertiera como nunca,  a lo que asentí con emoción,  me despedí de ellos y de mi hermano Kael,  el era menor que yo,  tenia mucho parecido con mi padre,  y ciertos rasgos de los ojos de mi madre.  Sali y decidi caminar hasta llegar a la cafetería,  y cuando iba pasando por el parque,  se lanzó sobre mi,  un pitbull terrier americano,  era enorme,  pero no lo suficiente para tumbarme,  enloqueci al ver que habla dejado un gran razguño en mi pierna,  me dio mucho coraje,  pues mis piernas son de las cosas que mas cuido en mi,  cuando de inmediato se acerca un hombre a pedirme disculpas,  estaba ardiendo la herida,  pero me dije que se fuera,  que tuvieta mas cuidado y fuera menos ignorante de sacar a su perro sin correa,  pero claro esta que lo dije en tono molesto y retador,  subí mi rostro y resultó siendo en mismo con el que había chocado esta tarde,  lo mire con odio,  y me fui dándole la espalda sin permitirle decir palabra alguna,  me encontré  con los chicos,  estaban aputandome para que fuera mas rápido.  Sofia con voz dominante gritó ¡Camina!   No tenemos todo el día. 




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