El viento soplaba tranquilamente, arrastrando a un jugador por los cielos, en dirección a la puerta Oeste.
El paracaídas de color oscuro se deslizaba por el cielo nocturno, sobrevolando el terreno central a una gran altura.
‒Pero qué vista se tiene desde aquí
El jugador montado en el paracaídas estaba eufórico debido al pequeño viaje que estaba tomando.
‒El paracaidismo es muy arriesgado, así que no está mal el poder practicarlo totalmente gratis y sin temor a caer desde las alturas, bien, olvidemos esa parte, ya que no quisiera probar el caerme desde aquí
Finalmente, el pequeño paracaídas y su piloto tocaron tierra a unos 200 metros de la entrada Oeste.
‒Y, gracias por volar con AIR-YO
El jugador seguía perdido en su tren de los sueños, hasta que por fin pudo volver a la realidad, o, espera, ¿eso no sería si se desconecta?, bueno, no importa.
Rápidamente recoge su paracaídas para evitar ser visto por algún otro jugador que rondase el lado interior de la cordillera.
El paracaídas fue guardado en el inventario del jugador, el cual, una vez que completó la acción, se dispuso a partir hacia la parte interior de la cordillera.
Pero, se detuvo en seco antes de dar siquiera dos pasos.
La razón era muy simple.
‒No tengo munición…
Debido al prolongado conflicto que había tenido en la North Central Tower, su reserva de munición se había agotado por completo, dejándole indefenso ante cualquier ataque.
‒Demonios, ¿por qué no pensé en ello antes?
Dándose cuenta de su grave descuido, el jugador se escabulle entre las montañas, aguardando que un jugador pase frente a él para acabarlo con su cuchillo, ya que esa era la única manera con la que él podría seguir haciendo bajas.
Aunque, esa no es la manera más efectiva para acabar con los jugadores, ya que, no todos desconocían el arte de las emboscadas y el combate cuerpo a cuerpo.
Por lo que seleccionar a los objetivos sería de vital importancia si este quería continuar en el juego aún.
‒Bueno, creo que iré a mira qué sucede en este lugar
De pronto, cientos de disparos se escucharon por todo el lugar, al mismo tiempo de que un grito estridente se oyó.
Un jugador había sido eliminado, quedaban 7 restantes aún.
*****
‒Parece que las cosas van mucho mejor aquí que en la zona Oeste, menos mal que nos vinimos hacia este lado
Un par de jugadores estaban apostados cerca de la entrada Este de la cordillera, atacando a todo jugador que pasase por ese lugar.
‒Si, parece que el lado Oeste se ha convertido en un infierno en estos momentos, sí que la tienen difícil los que están en ese lugar, pero, espero que todo esto acabe pronto
En total, habían abatido un número mucho mayor a 400, pero, aún les faltaba mucho, ya que seguían llegando, como si estuvieran jugando algún tipo de supervivencia zombi por oleadas, o algo por el estilo.
Las municiones eran cada vez más escasas, ya que ONLINE no era un juego apto para combates de desgaste como los que se estaban librando por todo el mapa, sino que era más bien para batallas de minutos de duración, no más.
Pero debido a la imprevista invasión de jugadores externos, esto se había convertido en un duelo de resistencia.
Las barras de HP correspondientes a ambos jugadores estaban aún en 100%, ya que no habían sido siquiera detectados por algún jugador enemigo, lo cual facilitaba mucho el trabajo.
Dos líneas de fuego cruzaban el lugar, impactando a los jugadores y eliminándolos antes de que tuvieran tiempo de reaccionar siquiera.
Parecía una especie de “tiro al pavo” a una distancia mayor a 500 metros.
Las multitudes que se aproximaban eran reducidas en menos de 10 segundos a nada.
‒Cambiando cartucho
Pequeños diálogos se podían escuchar entre ambos jugadores, los cuales estaban concentrados en la eliminación de jugadores antes de que abordaran la parte central del mapa.
Los casquillos caían de forma elegante a un lado de las armas de ambos jugadores, soltando humo debido al realismo que implicaba el disparo.
Las balas surcaban el cielo con una dirección establecida, impactando los cuerpos de los jugadores de una manera sumamente mortífera.
Hasta que, por fin sucedió lo que todos temían…
Los cartuchos llegaron a su final para ambos jugadores, los cuales decidieron detener el ataque conservando solo uno de ellos por si se necesitaba combatir
Ambos jugadores se movieron a lo largo de la colina, descendiendo hasta casi llegar al suelo, donde se volvieron a apostar boca-abajo, esperando la oportunidad de recoger la munición que era soltada de vez en cuando por los jugadores abatidos por ambos.
Y, estos no tardaron en aparecer.