Dimitri Alves
A poca distancia se encuentra mi amor, tan bella y natural como de costumbre. Sus pechos son cubiertos por algo llamado crop top, su cintura entallada en una falda, sus ojos azulados resaltados por el negro del lápiz y la sombra; labios carnosos cubiertos por una diminuta capa de labial rosa pálido, pestañas rizadas. Detallo cada parte de su cuerpo y sus gestos. Mis ojos no pueden apartarse de ella, esta noche tiene un aire angelical. Es como si fuese una criatura de otro mundo, tanto que me hace olvidar el mal rato de hace dos horas.
—Cierra la boca hombre —bromea Danilo—. Límpiate la baba —vuelve a carcajearse.
—Está divina, es un pequeño ángel, una hermosa hada que te hipnotiza al sólo mirar —suspiro un poco, veo que detrás de Cassie viene Tati—. Oh amigo, Danilo ve a Tatiana, parece una diosa —mi amigo voltea y surge el efecto en él, se queda estático observando a la mujer que ama—. ¿A quién se le cae la baba ahora?
No responde a mi pregunta, dirijo mi mirada en dirección donde está la de él. Cassie se aproxima a mí moviendo sus caderas a un ritmo enloquecedor. Al llegar a mí, nos vemos fijamente, su mirada tiene un brillo diferente, puedo sentir la picardía recorrer entre nosotros.
Sus brazos van a parar a mi cuello, mis manos inmediatamente a su cintura, acerca mis labios a los de ella, antes de depositar un besito en su comisura izquierda acaricio su nariz con la mía. Beso sus labios con suavidad y delicadeza; poco a poco se va incrementando la pasión en el beso, me separo un poco y ella gruñe. Tira de mi labio superior con un poco de rudeza, pero al hacerlo deja escapar una sonrisa hermosa. Su agarre se afianza un poco más en la base de mi cuello.
Esta vez es mi niña la que me da paso a su boca, todo pensamiento que había en mí, es nublado por una ola de pasión, introduce su lengua en mi cavidad bucal, tenta la mía.
—¡Chicos! estamos frente la casa de Danilo, tienen suerte que no ha pasado nadie —suelta Akira de repente, a quién no había visto—. ¿Nos vamos?
Cassie y yo nos vemos, es inevitable no soltar algunas carcajadas.
Ya son pasadas las diez de la noche, la fiesta está animada, hay unas inyectadoras de gelatina con vodka, la verdad es que son adictivas; perdí la cuenta de cuántas le vi a Cassie y Tatiana en las manos.
Bailo con mi novia, noto sus movimientos sugerentes, una sonrisa pícara de instala en mi rostro, creo que lo hace para calentarme, ¿desde cuándo ella baila así? ¿o ya bailaba así?
Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando veo a Akira y Flora por una esquina, se sonríen. ¿Flora venía y no me dijo nada? ¿Entonces lo del cine que fue? Esas preguntas me tienen confundido. Las veo desaparecer en el jardín, las pierdo de vista.
En un movimiento Cassie queda pegada a mí, es una posición un poco incómoda, no soy de piedra y claramente lo está haciendo para provocarme. Toda mi nube se ve afectada al visualizar a Sonia. caminando hacia mí, mi cuerpo se tensa.
¡Maldita mujer!
—¿Qué pasa? —cuestiona, Cassie confundida.
—Sonia —sólo puedo articular su nombre.
Cassie toma mi mano, nos saca de la pista y nos dirige a los banquitos de la piscina que están desocupados.
—Cariño ¿qué pasó con ella? ¿por qué te pones así cada vez que la ves? Entiendo que no sea tu persona favorita en el mundo, a mí no me cae, y no es porque sea tu ex, simplemente me parece que algo oculta. Se ve tan tierna, tan dulce, pero es evidente que detrás de todo eso, hay algo turbio u oscuro, ¿me equivoco?
—No te equivocas, Cassie. ¿Qué tan duro te resultaría encontrar a tu mejor amigo con tu novia?
Se queda paralizada, su rostro es todo un poema. Puedo escuchar los engranajes en su cabeza moviéndose. Mi niña abre la boca y vuelve a cerrarla.
—Dimi, Dimi, Dimi. Hablándole mal de mí a tu querida novia, Uy cariño que malo ¿no? —enmarca su ceja, se ve como todo lo que es, una víbora.
—Ay Sonia, deja tu teatro que no te queda bien. Aquí no tienes que aparentar ambos sabemos la clase de persona que eres, ¿o acaso vas a negar que te encontré semidesnuda en los brazos de Parker? ¿Lo vas a negar? —suelto con desprecio y cólera.
No lo veo venir, solo noto el impacto de la mano de la arpía en mi mejilla, ¡Joder! ¿Qué demonios le pasa? ¿quién se cree?
—¿Como te atreves hablarme así? No seas descarado. Las cosas no pasaron así. —su mano se vuelve a elevar y espero una segunda bofetada que no llega, Cassie, mi Cassie está sosteniendo su mano.
—No vuelvas a pegarle, ¿me entendiste? No te aproveches que eres una dama, si así se te puede llamar —Cassandra emana ira, impotencia, primera vez que la noto así. Ella es dulce, tierna, pero este momento parece una fiera. Mis labios pasan de estar aplanados a esbozar una sonrisa bobalicona.
Sonia transforma su gesto, se hace la ofendida, luego se muestra tal y como es con su lengua viperina.
—Ay niñita no sabes con quien te estás metiendo, no me conoces —señala Cassie con su dedo, y ésta no le muestra miedo, luego se dirige a mi—. Y tú no te vas a librar tan fácil de mí. Recuerden que Alessandro es mi cuñadito ahora, alguna ventaja tengo que sacar de eso, ¿no creen? —y se va por donde vino.
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Editado: 27.12.2023