Dulce atracción

Decepciones.

Cassie Beckham

Estamos a inicios de agosto y no puedo creerlo… En un mes y dos semanas Dimitri se irá a Olipolis. Siento tristeza, pero sé que él volverá. Tarde o temprano lo hará. No creo que vaya a ser tan bobo para echar por la borda nuestra relación, mi madre lo adora, mis hermanas también, excepto mi hermano Alessandre.

Estoy consciente que todo esto es debido a la susodicha venganza de Sonia, ¿qué más podría ser? Se llevaban bien y de la noche a la mañana ya no lo toleraba, mucha coincidencia.

Por fin nos encontraremos con el novio de mamá y sus hijos. A última hora se cambió la dirección y ahora será en un restaurant porque es una velada especial, sobre todo para mi madre.

Son las seis de la tarde, mi hermana Carol ya se fue arreglarse, hoy pasamos toda la mañana con Dimitri y su amigo Parker. Dani y Tati, salieron a un centro comercial, mientras que Akira y Flora están viendo una película en casa de los abuelos de mi novio. Los padres de Dimitri se fueron de improviso a Olipolis.

Me llega un mensaje de Dim.

Dimitri Alves: Amor mío, pasa una estupenda noche, recuerda darle mis saludos a tu madre. No me vayas a cambiar por uno de los hijos del novio de la señora Carolina. No discutas con tu hermano por mí. Te amo ojitos lindos.

Me derrito de amor, y así es él, en los momentos menos inesperados me sorprende con su ternura, una lagrimilla rebelde rueda por mi mejilla al caer en cuenta que en mi cumpleaños no estará. Aprovecho para llamarlo, al cuarto repique contesta.

—Amor justamente me iba alistar cuando llegó tu mensaje. —suspiro—. Haré lo que esté en mis manos para no caer en las provocaciones de Sandro. Cariño, yo también te amo.

—Mi niña tu sabes lo mucho que te quiero ¿verdad? —hace una pausa y luego continúa—. Todo lo que hemos compartido ha sido increíble, ¿lo sabes verdad?

Me da la impresión que se estuviese despidiendo de mí.

—Dimitri, ¿por qué me hablas así? ¿cómo si de la noche a la mañana fueses a desaparecer? ¿tú nunca te irías sin despedirte de mí o sí?

—Cassandra de los Ángeles lo digo por el poco tiempo que nos queda, porque todavía no logro hacerme una idea estando por allá sin ti. Tú eres parte de mi ser. —en el fondo se escuchan unos ruidos—. Princesa estuve contigo y fue lo mejor del mundo. No me gustan las despedidas.

—Cielo sé que podremos sobrellevar la situación, no te rindas. Creo que este tema deberíamos hablarlo en persona.

—yo también, hasta mañana mi dulce niña te amo.

—y yo a ti amor.

Después de hablar con Dimitri finalmente me voy arreglar. No sé qué ponerme, paso por la habitación de Carol y está como toda una modelo, aunque todavía no está lista. Tiene un vestido vinotinto ajustado su silueta, se ve de maravillas, unos tacones vinotinto con negro. Está fabulosa y eso que todavía no está maquillada.

Empiezo a ver mis vestidos y no me decido si el blanco con perlas muy delicadas en el escote, o el negro con blanco y plateado. Los dos se ven excelente. En ese momento mi hermana Alessia entra a la habitación y me dice que el negro con blanco y plateado se me verá mejor. Ella está con un vestido azul rey que realmente le queda divino, unas zapatillas beige que hace juego con un cinturón, su maquillaje lo más delicado y natural posible. Mi hermana mayor no es amante a los vestidos y tacones, pero esta noche está radiante. Ya sabemos quién es la reina de la noche.

A las ocho de la noche todos estamos listos, antes de irnos Carol me toma una foto y se la envía a mi novio

Pd: Cuñadito de lo que te pierdes esta noche.

Reconozco que hice un gran trabajo con lápiz y sombra, aunque ni yo me lo crea, resalta mis ojos azules, mi cabello está suelto. Mi vestido es blanco en la zona de mi busto, en la cintura negro con pequeños detalles plateados, unos tacones de plataforma negros y de accesorios me decidí por un choquer triple y unos pendientes de mi madre.

Mamá nos abraza a todas mientras nos dice que somos sus princesas.

Al principio iríamos a cenar a casa del novio de mamá, pero a último momento se cambió para un restaurante en Weston, cercano a donde viven mi hermano y mi cuñada. Después que todas estuviésemos listas emprendimos rumbo a esa ciudad.

Llegamos al restaurant, su vista es fabulosa, demasiado bella para ser real, tiene dos zonas una que da a la playa una vista es impresionante y la otra que es un poco más reservada.

Al llegar nos encontramos con un señor y dos chicos, inmediatamente sé que es él, porque es tal cual mamá me lo describió. Alto, ojos castaño claro, de porte imponente y guapo. Sus hijos están de punta en blanco, ambos con pantalones de vestir negro y camisa de botones azul cielo. Parecen muñequitos de torta. Si Dimitri estuviese escuchando o leyendo mis pensamientos se pondría celoso, trato de morderme los labios al eso hacerme gracia.

A mamá se le ilumina el rostro, es como si hubiese visto al mismísimo Dios del Trueno, su mirada transmite mucho más que un simple cariño por su novio, detrás de esa mirada se esconde algo más profundo y mejor no saber qué. Me resulta raro saber cómo es mi madre en la intimidad.




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