Dulce castigo

Capítulo 16: Nerviosa

Judith

Camino por la casa en busca de Lion y no le encuentro en ningún lado, cuando estoy a punto de rendirme abro una puerta y alzo mis cejas al ver la piscina bajo techo, algo queda claro, hay lugares de esta casa que no conozco para nada, me adentro al lugar que está iluminado y entonces le veo, Lion nada en el agua, yo solo me quedo a unos metros de él observándole, debo decir que hay cierto parecido entre Adrien y él aunque Adrien es más alto y para mí, un poco más guapo. Al darse cuenta de mi presencia Lion deja de nadar y me mira sonriendo.

—¿Quieres entrar? —él se acerca hasta el borde

—Debe de estar muy fría

—Cierto —ríe —recuerdo cuando en esos campamentos a los que íbamos odiabas entrar a la piscina —sonrío —aunque a veces lo hacías y debo decir que me encantaba mirarte —me quedo callada mirando sus ojos y entonces él sale de la piscina, rápidamente me giro dándole la espalda y puedo escuchar su risa.

—Quiero que hablemos de lo que pasó en la boda.

—¿Hablas del delicioso beso? —susurra en mi oído y rápido me alejo, cuando le miro ya hay una toalla que cubre de su cintura hacia abajo, Lion tiene algunos tatuajes en sus brazos y pecho, pero rápido llevo mi mirada a sus ojos.

—Había bebido demasiado.

—Dijiste que todo era falso —sigue mirándome.

—Adrien y yo nos casamos para que este no perdiera la custodia de los niños —una de sus cejas se alza —sí, es falso —aparece su sonrisa —pero eso apenas importa Lion, quiero que olvides el beso y quiero que dejes de mirarme como si fuera un trozo de carne, además, exijo respeto, soy la esposa de tu hermano.

—Pero —se acerca más a mí —acabas de decir que todo es falso, Judith.

—Por ahora si —miro sus ojos —pero eso no elimina los sentimientos —su sonrisa disminuye —quiero a Adrien —suelto algo que pone mi corazón a latir a mil a pesar de ser una mentira —estoy enamorada de él desde que era una niña y lo sigo estando, es más, en la boda estaba celosa —la sonrisa de Lion ya se ha borrado por completo y me alejo unos pasos —y eso es todo lo que tenía que decir, ya he dicho la verdad, espero me hallas entendido y no hagas más dramas de un simple beso sin importancia —me giro y me quedo de piedra al encontrarme con Adrien que está en la puerta, siento al instante mis mejillas arder y entonces voy hacia él, no le miro, no le hablo y solo paso por su lado aunque nada evita que él agarre mi mano, algo que estremece cada centímetro de mi cuerpo.

—Saldremos esta noche —lo miro

—Adrien

—Pediste pruebas y te las daré —solo asiento mirando sus ojos y con una lentitud que parece tortura Adrien suelta mi mano, es entonces que rápido me alejo.

El libro en mis manos ya me cansa y es que no he podido leer ni un capítulo completo, cada segundo miro la hora, esperando que llegue rápido la noche, hoy Adrien dice que me dará pruebas en contra de Max y quiero saber de qué habla. Cuando levanto la mirada los veo, frente a mí hay tres pequeños que me miran rabiosos y solo sonrío mirándolos, habían tardado.

—¿Qué has hecho con mis muñecas Judith? —pregunta Elise y me hago la pensativa

—¿Hablas de esas cosas que parecían brujerías y estaban bien feas? —veo como su rostro se torna rojo y sé que solo me estoy poniendo a la altura de unos críos pero es divertido

—¿Y mis autos? —miro a Leo y sonrío

—Y las pelotas —Vicky también habla —y mi oso —suspiro mirándolos.

—Entréganos nuestros juguetes —pide Elise —hazlo o

—¿O qué? —cierro el libro que leía —¿van a llorar? —sonrío —¿les alcanzo un pañuelo? —la niña forma una fina línea con su boca y sé que estoy siendo cruel —ustedes arruinaron mi boda

—Tú nos quitaste a papá —gruñe Vicky y río

—Los juguetes están en el sótano —los ojos de los tres se abren como platos —si, el mismo sótano que llenaron de esa sustancia negra y resbalosa, si quieren salvar algo, tendrán que bajar ahí —mi sonrisa aumenta, Elise es quien da un paso hacia mí.

—Te vas a arrepentir —viro los ojos

—Hagan algo más y lo siguiente que haré no les gustará —ellos se dan la vuelta —por cierto, hoy cenaré fuera con Adrien —suelto viendo como se tensan —pasaremos la noche fuera, no nos esperen despiertos —cuando salen corriendo solo me echo a reír.

—Dicen que las madrastras son malas, pero has pasado a otro nivel —me tenso cuando escucho su voz y rápidamente me pongo de pie, veo a Adrien que está sonriendo.

—Yo, bueno

—Tranquila, no voy a estar en medio de ustedes, pero les has declarado la guerra Judith y creo que quien podría salir llorando eres tú —él sonríe y yo también lo hago.

—Ya lo sé —Adrien sigue mirando mis ojos —decidí decirle a Lion la verdad, al menos de por qué nos habíamos casado, Adrien en cuanto a lo demás, yo

—Sé que quieres a Max —asiento con sus palabras —pero tranquila, hoy eso dejará de pasar —lo miro entrecerrando los ojos.

—Estás demasiado seguro de que Max me va a decepcionar —él suspira

—Lo lamento Judith —Adrien mueve su silla alejándose de mí y ahora estoy nerviosa, ¿tan malo es lo que no se sobre Max? ¿Qué podría mostrarme que yo no sepa ya?

El auto se mueve despacio por las calles, no dejo de mover nerviosa mis manos y aunque he enviado varios mensajes a Max preguntando cómo está y qué hace, este no me ha respondido, muevo una de mis piernas cuando ya no puedo más, no sé a donde vamos y eso me tiene mal, me tenso cuando Adrien coloca una de sus manos sobre mi pierna y entonces le miro.

—Hay algo de lo que no hemos hablado —sigo mirando sus ojos —el beso de la boda —dejo de mirarlo.

—Sé que lo hiciste para enojar a los niños y yo también lo hice por esa razón, además —el auto se detiene y miro por la ventanilla —¿un club? —mi ceño se frunce

—Max está dentro y no es un club, es un casino —suspiro y vuelvo la mirada a Adrien que sigue son su mano en mi pierna.

—Sé que Max juega —sonrío —no me gusta que lo haga, pero lo se Adrien, si crees que eso hará que deje de amarle —río —te has equivocado —él sonríe.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.