Adrien
Pocas veces he entrado a lugares como este y las veces que lo he hecho simplemente han sido para cerrar negocios. El sonido de las máquinas sé que es adictivo, en todos lados solo se ven personas que juegan su dinero esperando tener suerte, muchos solo vienen a ver y a beber, otros con una clara intensión de robar y la gran mayoría por el juego, da igual si pierden o ganan, no dejan de venir. Alfred es quien va moviendo mi silla hasta que visualizo a Max, está en una de las mesas, con cartas en las manos y una hermosa rubia sobre sus piernas, niego con la cabeza cuando le veo beber un trago y luego de hacer una jugada la chica besa sus labios.
—Me uno al juego —digo al llegar colocándome a un lado de la mesa, Max me mira alzando sus cejas y ríe.
—Adrien, ¿estás dispuesto a perder? —sonríe —Puede que te quedes hasta sin silla —vuelve a beber y yo sonrío.
—La verdad es que llevo una buena racha Max —expreso viendo como la jugada acaba y Max ha ganado —hasta me he casado y por cierto, no me has felicitado —veo como tensa su mandíbula mientras reparten nuevas cartas y tomo las mías.
—Pareces feliz —dice casi farfullando
—Lo estoy —sonrío haciendo mi primera jugada —¿acaso no viste el video que te envié? —una vez más se tensa —lo estamos
—Ya sé que sabes sobre mi relación con Judith —habla ahora jugando —por eso enviaste ese video, pero yo también sé que todo es mentira Adrien —él vuelve a beber y yo niego cuando iban a servirme un trago.
—¿Eso crees? ¿Acaso el beso te pareció falso? —lo miro —creo que sabes que Judith siempre estuvo enamorada de mí
—Eso es pasado —dice mientras aprieta fuerte sus cartas y sé que ya le he enojado —hasta que me conoció a mí
—Hasta que me vio casado con Lía tengo entendido —él da un golpe sobre la mesa
—Romperé tu cara si no te callas —me mira enfadado y solo sigo sonriendo.
—¿Así como mandaste a romper los frenos de mi auto? —me acerco más a él —sé que tú y tu familia lo hicieron
—Y es una lástima que hallas quedado con vida —bufa
—No te preocupes, vida es lo que me sobra para acabar contigo y tu familia Max y con todos los negocios sucios que hacen que por cierto, era lo que Lía quería y lo que yo pienso terminar —él ni se inmuta y solo juega
—¿Te crees valiente al venir aquí, a mi lugar, en donde están mis amigos y mis socios a hablar mal de mí y mi familia? —suspiro
—¿acaso he dicho alguna mentira?, solo mírame, ya me gané a la chica. —Max ríe con ganas
—Eso crees —mira mis ojos —pero estás lejos de eso Adrien, Judith es mía y de ella solo tendrás lo que yo quiero que tengas —sonríe —solo mira, le dije que se casara contigo y lo hizo, ella hace lo que yo quiero
—Está ciega entonces, ¿tan tonta es? —dejo de mirarlo
—Ella me ama y yo a ella y sí, es tan tonta que solo te dará lo que yo quiera que te dé, así que no te hagas ilusionar —ríe —si le pido que esté contigo lo hará Adrien, pero solo para complacerme a mí, si le pido que te deje también lo hará y correrá hacia mí —siento un mal sabor en la boca debido a sus palabras —Ella es mía, siempre será así y escúchame bien, no te hagas ilusiones, yo fui su primer hombre —suelta orgulloso y siento asco de escucharlo —yo le enseñé todo lo que sabe, si obtienes algo de ella solo serán sobras Adrien.
—¿Cómo es que la amas y hablas así de ella?
—Hablo como se me da la gana, para eso soy su maldito dueño, ahora vete de aquí —él lanza sus cartas sobre la mesa
—¿Y sabe Judith que gastas todo el dinero en este lugar, en juegos y... en mujeres como la que tienes ahora sentada sobre ti? —Max se pone de pie.
—La fidelidad es de estúpidos, y aunque ella supiera sobre eso, créeme, no me dejará —habla más que convencido y odio eso —jamás confiará en tu palabra Adrien, para ella eres un monstruo, quien provocó el accidente de Lía —sonríe y aprieto mis dientes —y yo, yo soy lo que ella quiere Adrien y eso no cambiará, a Judith le digo que salte y ladre y lo hará, ahora lárgate de aquí —masculla rabioso y veo como algunos de sus amigos nos miran, solo sonrío mirando sus ojos.
—Mira mis cartas —señalo estas que están en la mesa —has perdido —agrego y luego solo paso por su lado, me muevo por el lugar hasta detenerme frente a una puerta y empujo esta, al entrar veo a Judith, la pantalla frente a ella en donde podía ver a Max al parecer la ha apagado y tiene la mirada perdida en la pared de enfrente, yo solo me quedo quieto y retiro el micrófono que traía, ella ha escuchado todo y además, también lo ha visto.
—Aún no entiendo qué hago aquí —dice cuando me acerco —¿querías hacerme escuchar las palabras de alguien que claramente ha pasado muchas horas bebiendo? —suspiro quedando frente a ella, la tristeza se refleja en sus ojos.
—Quería que escucharas lo que él piensa sobre ti Judith —veo como aprieta su mandíbula —quería que escucharas que provocó mi accidente, quería que supieras que no te es fiel, ¿seguirás diciendo que te ama? —ella mira mis ojos —porque entonces no entiendo esa clase de amor —hay lágrimas en estos que ella evita derramar.
—Quiero irme de aquí —pide sin dejar de mirarme —a la casa Adrien —asiento con lentitud —y si esto es todo
—Apenas empiezo Judith —la interrumpo sonriendo —hoy solo te he hecho escuchar, pero luego tendrás pruebas, pruebas de todo lo malo que Max y su familia hace —prometo y muevo mi silla —volvamos a casa.
—¿Provocaste el accidente de Lía? —me detengo cuando la escucho —Max me mostró muchas pruebas, fotos, incluso tuviste fuertes discusiones con Lía antes de eso Adrien, ¿vas a negarlo? ¿Qué dirás al respecto?
—Un paso a la vez Judith —digo sin mirarla —ten paciencia, poco a poco irás viendo todo y luego harás lo que quieras —solo salgo de ahí sin mirar atrás sabiendo que ella me sigue.
Al llegar a la casa Judith baja rápido del auto, yo gracias a mis piernas no puedo seguirla y maldigo no poder hacerlo, hoy apenas le he mostrado una parte, pero poco a poco sabrá la verdad, solo espero que sea tan fuerte como para aguantarla. Al entrar a la casa sé que seguirla es lo que menos ella necesita y solo voy a mi despacho, una vez ahí busco en mi laptop los videos de las cámaras de la casa y sonrío cuando la encuentro a ella bañándose en la piscina, como si quisiera que el agua fría se llevara sus lágrimas, cuando la puerta de mi despacho se abre rápido cierro la laptop y bufo cuando Lion entra.